lunes, 5 de abril de 2010

EN PELIGRO DE EXTINCIÓN por Clara Pérez Gómez.

Camajuaní, Villa Clara, 11 de febrero de 2010. (FCP). Todo parece indicar, que otra de las supuestas "bondades revolucionarias" difundida, por todos los medios de comunicación oficialistas, como uno de los más grandes logros gubernamentales, está por desaparecer. Comentario que trae inquietas a muchas madres trabajadoras.

En Cuba es muy aplicable el refrán que advierte: "Cuando el rió suena, piedras trae", es común en esta isla, al no tener una prensa que te informe, dejarse llevar por la voz popular como... de buena fuente. Y ya se habla, sin saber cómo se ha filtrado esta gran noticia, sobre la desaparición de los círculos infantiles como centros educacionales.

Estos lugares en sus inicios acogían a niños desde 45 días de nacidos hasta pasados sus cinco años, cuando terminaban el pre-escolar. Cada día eran entregados a sus progenitores al finalizar su jornada laboral, bañados y alimentados, incluida la última comida del día.

En los últimos tiempos, los trabajadores que milagrosamente alcancen a conquistar una plaza para sus hijos, en uno de estos establecimientos, deben comenzarlos a adaptar a la disciplina de dicha institución, al cumplir estos su primer año. Además de haberles enseñado con anterioridad elementales reglas de manumisión.

Ahora, diferente a sus comienzos, los privilegiados que logren asistir a estas instauraciones tienen que haber aprendido a caminar, vestirse, hablar, hacer sus necesidades fisiológicas sin ayuda de los mayores y casi ser graduados universitarios, antes de cumplir el año. Sólo así podrán empezar su adaptación en estos centros.

A pesar de no ser gratis, pues por cada infante se paga como mínimo la cuota de 40 pesos moneda nacional mensual, que va en aumento según el ingreso salarial de sus progenitores, sus atenciones han mermado un 90%. Ya no regresan a sus hogares limpios y bien nutridos.

Anteriormente no se aceptaba que el pequeño usara prenda de vestir llevada de su casa, al llegar por las mañanas el personal preparado para esta función, le sustituía sus ropas por las que debían usar allí dentro. Ahora además de tener que llevarla, nadie se hace responsable de su posible extravío.

No obstante las familias que laboran necesitan de este "favor" para poder sustentarse y se pelean por uno de estos puestos. Ya que hasta el momento, estos garantizan el cuidado de los párvulos y además la entrada segura de sus educandos a los también peleados centros educacionales seminternos, cuando cumplan los seis años.

Si como se vislumbra, desaparecieran estos centros de cuidado y enseñanza, aumentaría la lucha por conseguir quien se haga cargo de estos pequeños, mientras sus padres traten de buscar el sustento. Y habrá quien forzosamente tenga que dejar de asistir a su empleo.

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