jueves, 3 de septiembre de 2009

CON SOLO DESVESTIRME DE UNIFORME, Guillermo Fariñas Hernández.


La Chirusa, Santa Clara, Villa Clara, 3 de septiembre del 2009 (FDC). La propaganda oficialista del régimen totalitario todavía se atreve a afirmar, que la educación es un logro de la Revolución Cubana. Este aspecto junto a los de Salud Pública y Deportes constituyen la triada necesaria para embaucar a ingenuos foráneos.

Pero el propio aparato de Control Político-Social del gobierno sabe que internamente el Sistema Nacional de Educación se desmoronó hace un buen rato. Aunque este nunca resultó algo perfecto por su carácter doctrinario e intolerante, se podría asegurar que la debacle sobrevino tras la caída del campo socialista europeo y la Unión Soviética.

Como sistema autónomo, el de la educación en Cuba posee dos elementos humanos que lo conforman, el primeros de estos son los educandos y el segundo está compuesto por los educadores. Los alumnos conforman la mayoría del mismo y los profesores aunque minoritarios son quienes ostentan el poder dentro del binomio.

Ambos segmentos conviven al interior de la desajustada sociedad nacional sin poseer privilegios ostensibles, cuestión que los hacen propensos y vulnerables caer en la violación de leyes. Las necesidades materiales básicas no satisfechas por ambos grupos de intereses, los llevan a violar constantemente la denominada “legalidad socialista”.

Un profesorado insatisfecho y desilusionado ante las prebendas de quienes gobiernan y que por ello no cree en una espuria moralidad castrista oficial. Es blanco fácil de la tentación por obtener divisas libremente convertibles, para así aminorar las penurias insatisfechas por unos casi 20 años de prolongada crisis económica, nombrada Periodo Especial.

Si se tiene en cuenta, que la nomenclatura castrista se vio obligada a abrirse al mundo y permitir dentro de la isla un mayor flujo de turistas extranjeros. Como desesperada forma rápida de recibir capitales financieros para conservar el mando en el archipiélago y poder contar de manera inmediata con dinero para satisfacer sus consumistas gustos.

Entre los ciudadanos residentes en el exterior que arriban a diario a Cuba, se destacan quienes vienen a buscar aquí sexo barato, en comparación con los altos precios en sus países de origen. Y una parte de ellos desean acostarse con adolescentes como un modo morboso de compensar sus instintos eróticos.

Un gran flujo de pederastas fundamentalmente europeos cada día llegan a los aeropuertos y marinas de la isla. Su principal objetivo es fornicar con muchachas con edades entre 12 y 16 años, que por la obligatoriedad de estudiar en Cuba, están en distintos planteles escolares regidos por el Ministerio de Educación.

Existen muy jóvenes proxenetas que permanecen a la caza de los potenciales ejecutores del delito de Pederastia, por lo general estos llamados en el argot popular como “Chulos”, a su vez estudian en las mismas escuelas con las niñas-meretrices. Esto les facilita la comunicación y coordinación con sus coetáneas.

Por lo general, los turistas que ya hicieron el amor a las adolescentes cubanas, se comunican entre si por Internet y les trasmiten a otros interesados sobre sus vivencias con las pequeñas cubanas. También les dan el número de un teléfono móvil al cual llamar, que está en poder de un alcahuete adolescente, dispuesto a buscarles las apetecidas niñas por un precio módico.

Este personaje es muy demandado entre sus condiscípulas, pues es quien busca a los “yumas”, como se les dice a cualquier extranjero en el archipiélago, que de realizar actos sexuales con ellos ganaran entre 50 y 150 pesos cubanos convertibles. El monto de la ganancia depende de lo que ellas estén dispuestas a hacer, dígase hacer actos de lesbianismo o ser golpeadas.

Para que este comercio erótico ocurra tiene que ser con la complicidad de los profesores que están a cargo de sus alumnas por entre 10 y 12 horas. Estos educadores por la nimiedad de 10 a 15 pesos cubanos convertibles las dejan salir a fornicar con los turistas y les dan buenas calificaciones académicas, junto a la asistencia a clases.

Estas transacciones sexuales son frecuentes en las escuelas de La Habana y en algunas de ellas se han visto involucrados reconocidos colegios, al haber sido apresados empresarios extranjeros muy conocidos en sus países. Aunque esta modalidad de prostitución ya se puede observar en algunas ciudades del interior de Cuba, debido a que la inmoralidad está por toda la isla.

Una antigua meretriz de la ciudad de Santa Clara, quien ahora con 23 años reside en una urbe europea donde está bien casada, confesó que se inició en el meretricio cuando solo tenía 14 años y era alumna de una prestigiosa escuela. Ella contó en una visita a su patria: “Recuerdo que a mi los extranjeros me pagaban 50 euros en las citas amorosas, por solo desvestirme de uniforme”.



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