Santa Catalina, Santa Clara, Villa Clara, 11 de febrero del 2010, (FCP). Entre los días 27 y 29 de noviembre del pasado año, se conmemoró en Santa Clara, el Cincuentenario del Congreso Católico Nacional. Este evento se había realizado los días 28 y 29 de noviembre de 1959, pocos meses después del mal llamado Triunfo de la Revolución, cuando comenzaban a esbozarse los verdaderos intereses de sus dirigentes.
Los hechos se sucedían con extrema rapidez, los cambios bruscos no permitían pensar con claridad, unos anhelados por todos y aplaudidos por la jerarquía eclesiástica, como la Ley de Reforma Agraria. Otros en cambio, hacían sospechar que el triunfo había sido escamoteado y la añorada libertad se perdería nuevamente, esta vez en manos de los comunistas.
El líder de la Revolución, escondía sus verdaderas intenciones con un disfraz de humanismo, que poco a poco el pueblo iría descubriendo, para su decepción. El 16 de febrero de1959, deponía a José Miró Cardona, para ocupar su cargo de Primer Ministro y el 18 de julio de ese mismo año, tras una jugarreta política destituía a Urrutia.
Manuel Urrutia Lleó, había sido designado Presidente provisional del Gobierno Revolucionario, cuando este quiso someter el gobierno a elecciones democráticas, fue sustituido por Osvaldo Dorticós, verdadera marioneta de Fidel Castro. Hasta que en 1976, en la farsa electoral asume la presidencia Fidel.
Para la época, "El Congreso Católico Nacional… había de constituir la manifestación religiosa de mayor envergadura de la historia de Cuba, tuvo unos orígenes tímidos…. En las puertas de algunas pocas casas de La Habana aparecieron a mediados de octubre unos extraños carteles…pintado una Virgen de la Caridad...decían: CONGRESO CATÓLICO NACIONAL…".
"Semanas más tarde, el cartel se multiplicaba…jóvenes y damas comenzaron a llevar en sus solapas y en los parabrisas de sus automóviles, el emblema del futuro…Congreso" (P. Mariano Erraste). Los periódicos comenzaron a interesarse del mismo, todavía existía la libertad de prensa y más de 51 diarios nacionales, incluyendo la Revista Bohemia, alababan los preparativos.
Se encendió una antorcha, de la llama votiva que arde a los pies de la Virgen, en su Santuario Nacional del Cobre, el día 21 de noviembre, que pasaría recorriendo toda la isla, llevada por manos de los muchachos de la "Juventud Católica". En la Capital sería recibida por el Presidente Nacional de la Juventud Masculina de Acción Católica Cubana.
"A medida que la antorcha se acercaba… La Habana crecía en entusiasmo. Banderas y carteles adornaban los balcones, puertas y bocacalles. La radio y la televisión se habían sumado, espontáneamente, a la campaña… desplegada por la prensa" (Ídem). Las diferentes comisiones creadas para la organización no daban abasto.
Estas se dividieron el trabajo en: propaganda, alojamientos, finanzas, parqueo, transportación, distribución de ropas y utensilios de cocina entre los necesitados, confección de antorchas por parte de los alumnos de las escuelas religiosas. Estaba además la comisión encargada de los estudios y ponencias para revitalizar la caridad, la fe y la unidad nacional.
A pesar de que el Comité Organizador y la Jerarquía Eclesiástica repitieron y aclararon en varias ocasiones que: "del Congreso Católico queda excluido todo matiz político, pues será en defensa de la caridad y del amor a Dios…aspira a la posesión de la paz y del bien para la Patria…Vamos sencillamente a alabar y bendecir al Señor y a dar público y solemne testimonio de nuestra fe".
Hubo quien trató de poner la nota discordante, el Congreso había acaparado el interés de toda la nación, pero así como la mayoría se mostraba entusiasmada con la celebración. El Partido Socialista Popular (PSP), publicó unas declaraciones de rechazo, además de la denuncia posterior salidas de la pluma de Blas Roca, que lo calificó de "infame maniobra".
Las declaraciones del PSP decían: "En la mañana del viernes han aparecido algunos letreros en la calle Neptuno de La Habana con esta leyenda: Abajo el Congreso Católico, PSP. El Partido Socialista Popular rechaza y denuncia la infame maniobra con la que pretende crear un clima de hostilidad entre católicos, comunistas y revolucionarios en general".
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