martes, 23 de marzo de 2010

DEL ESPLENDOR A LAS RUINAS,Joaquín Cabezas De León.







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L a Ceiba, Camajuaní, Villa Clara, 18 de febrero del 2010, (FCP). Situado en la calle General Naya, esquina Leoncio Vidal, el hotel cosmopolita de Camajuaní, en época republicana era el epicentro de la vida económica y social del municipio. Además de ser el hotel más importante del pueblo, por esa época su acera se le comparaba con la del habanero Hotel Inglaterra.


La historia de su construcción data de 1880, cuando se edifica la primera planta con fines comerciales. En los años finales del siglo XIX se construye una segunda, con propósitos de alojamiento, por el privilegiado lugar que ocupaba en la entonces pujante economía, del recién proclamado término municipal.


La construcción del Hotel Cosmopolita no corresponde a un plano elaborado, desde un inicio su edificación fue determinada por las necesidades de hospedaje y expansión que demandaba la briosa economía municipal. Por dos razones esenciales, su cercanía de la estación ferroviaria y ubicación, para 1918, se terminan sus dos plantas superiores.


Esta manera atípica de construirlo le imprimen su imagen ecléctica, donde se funde la arquitectura colonial con otras tendencia constructivas de la época. Además de su antiguo valor arquitectónico - ahora se encuentra en ruinas- posee valores históricos, en sus portales el Generalísimo Máximo Gómez, hizo campaña política en las primeras elecciones republicanas.


Personalidades de la cultura cubana e internacional se alojaron en sus habitaciones, basta mencionar a : Beni Moré el "Bárbaro del Ritmo", Ramón Veloz, el cantante español Pedrito Rico, el violinista cubano Brindis de Sala y el político de izquierda Antonio Guiteras, fueron celebridades que pernoctaron, en el hoy destruido y abandonado hotel.


Cuentan pobladores, que sobrepasan las ocho décadas, que al mirar para sus agrietadas paredes le parece revivir su esplendoroso bar de mesa de mármol, donde Paco el cantinero convertía su oficio en una religión. Lugar preferido por noctámbulos, parranderos y viajantes de todo tipo, que pasaban por el pueblo a ofertar sus mercancías.


En 1960, la planta alta del Hotel Cosmopolita se convierte en ciudadela y para 1968, su piso bajo es nacionalizado por los aires radicales y dogmáticos de la ofensiva revolucionaria, donde quedaban los últimos vestigios de su antigua grandiosidad. Con el tiempo, aquel símbolo de Camajuaní se destruye, por estar la edificación en flagrante peligro de derrumbe.


Para 1985 sus últimos moradores son reubicados en edificios parecidos a la Siberia y comienza su fantasmal existencia como letrina pública en horas de la noche y almacén de explosivos del Barrio de los Sapos, en épocas de parranda. El Hotel Cosmopolita es una suerte de reflejo de la incapacidad e insensibilidad de las autoridades municipales.


La burocracia local ha convertido al otrora afamado hotel en el termómetro de su poca visión para administrar los destinos de Camajuaní. Porqué construir edificios en la "Finca Siguanea" sin criterio urbanístico de ningún tipo y dejar destruir el Hotel emblemático e histórico del municipio, ¿es acaso que no lo perciben desde sus ladas y aclimatadas oficinas?


Todo camajuanense que se respete, esté donde esté, en la ceiba, en la loma, en pueblo nuevo, en Miami o España debe reclamar a las autoridades municipales un plan urgente de reconstrucción del Hotel Cosmopolita. Para que deje de ser ese fantasma permanente, que observa otros fracasos y su historia no sea ese tránsito del esplendor a las ruinas.







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