El Condado, Santa Clara, Villa Clara, 28 de mayo del 2009 (FDC). Para cualquier persona en condiciones psíquicas normales, es lógico que como reacción a determinadas actitudes del ser humano que olvidan la especie a la cual pertenecen, entonces violan con crueldad la integridad física de sus semejantes. Tengan su respuesta adecuada, la cual no debe ser nunca la venganza, sino la justicia.
La historia universal esta llena de convulsiones y conflictos bélicos originados por diferencias de intereses entre los grupos gobernantes, que usan la violencia en su más alta expresión. Para alcanzar sus objetivos estratégicos de perpetuarse en el poder, ocupar territorios ajenos o defender la soberanía de sus naciones.
Decía el incendiario alemán Carlos Marx: “La Violencia es la partera de la historia” .Esta filosofía es la que ha guiado a los movimientos comunistas, a los grupos de extrema izquierda, a los enemigos del orden constitucional y del Estado de Derecho, para imperar mediante la fuerza.
Los pueblos son los artífices directos de las grandes transformaciones políticas, que tienen lugar en los diferentes continentes en los albores del siglo XXI. Muchos partidos asumen la dirección del gobierno, enarbolan consignas demagógicas, comienzan a aplicar medidas que conducen a la dictadura y al derrumbe democrático.
Existen ejemplos recientes, donde las agrupaciones de izquierda que llegaron al poder mediante elecciones libres, inician el desmontaje de todo el andamiaje legal anterior. Ellos eliminan toda crítica sana, constructiva, arremeten contra la radiotelevisión y la prensa independiente, el camino hacia la tiranía se despeja.
Después vendrá el acoso a toda actividad oposicionista, la persecución a los luchadores por la libertad, la democracia y la vigencia de la constitución, así como las leyes. Las detenciones injustas, las largas condenas a prisión, los procesos amañados, las desapariciones y fusilamientos arbitrarios.
Para atemorizar a la ciudadanía y el pueblo rechace el cambio, la transición pacífica a un régimen de respeto absoluto a los derechos humanos. La élite gobernante desarrolla toda una campaña donde plantean, que los exiliados vienen a arrebatarles las casas y otros bienes entregados a una parte de la población.
No existen ejemplos de esta naturaleza en las transiciones que han ocurrido en España, Chile, en los países de Europa del Este e incluso en la extinta Unión Soviética. Mienten los que con sus cruzadas pretenden sembrar la inseguridad y la incertidumbre en el futuro de los cubanos.
Regresar a su patria es el anhelo de todos los que se vieron obligados a abandonarla. A trabajar por el cambio de toda la estructura económica, política y social, está en el proyecto que inspira sus acciones. Reconstruir a la nación como decía el apóstol José Martí: “Con todos y para el bien de todos”.
Muchos en el mundo son testigos de las abominables condiciones infrahumanas a que son sometidos los presos políticos o de conciencia en las cárceles cubanas, del acoso permanente contra los disidentes por su actitud inclaudicable. Han utilizado todo los métodos inimaginables para doblegar a la oposición no violenta.
Golpean a hombres y mujeres, arremeten en forma despiadada contra los portadores del cambio pacífico ¿Por qué tanto odio y crueldad? ¿A qué temen?, ¿Acaso esperan ver repetirse aquellas escenas dantescas de los fusilamientos, que siguieron a la caída del tirano Fulgencio Batista y Zaldivar?
Innegable, que estos horrores cometidos por la casta totalitaria de ensañarse contra los que han abrazado la verdad y luchan por ella no quedarán impunes. Estos patriotas aseguran a la opinión pública internacional, que no habrá revanchas, ni venganzas, pero sí justicia.
El Condado, Santa Clara, Villa Clara, 28 de mayo del 2009 (FDC). Para cualquier persona en condiciones psíquicas normales, es lógico que como reacción a determinadas actitudes del ser humano que olvidan la especie a la cual pertenecen, entonces violan con crueldad la integridad física de sus semejantes. Tengan su respuesta adecuada, la cual no debe ser nunca la venganza, sino la justicia.
La historia universal esta llena de convulsiones y conflictos bélicos originados por diferencias de intereses entre los grupos gobernantes, que usan la violencia en su más alta expresión. Para alcanzar sus objetivos estratégicos de perpetuarse en el poder, ocupar territorios ajenos o defender la soberanía de sus naciones.
Decía el incendiario alemán Carlos Marx: “La Violencia es la partera de la historia” .Esta filosofía es la que ha guiado a los movimientos comunistas, a los grupos de extrema izquierda, a los enemigos del orden constitucional y del Estado de Derecho, para imperar mediante la fuerza.
Los pueblos son los artífices directos de las grandes transformaciones políticas, que tienen lugar en los diferentes continentes en los albores del siglo XXI. Muchos partidos asumen la dirección del gobierno, enarbolan consignas demagógicas, comienzan a aplicar medidas que conducen a la dictadura y al derrumbe democrático.
Existen ejemplos recientes, donde las agrupaciones de izquierda que llegaron al poder mediante elecciones libres, inician el desmontaje de todo el andamiaje legal anterior. Ellos eliminan toda crítica sana, constructiva, arremeten contra la radiotelevisión y la prensa independiente, el camino hacia la tiranía se despeja.
Después vendrá el acoso a toda actividad oposicionista, la persecución a los luchadores por la libertad, la democracia y la vigencia de la constitución, así como las leyes. Las detenciones injustas, las largas condenas a prisión, los procesos amañados, las desapariciones y fusilamientos arbitrarios.
Para atemorizar a la ciudadanía y el pueblo rechace el cambio, la transición pacífica a un régimen de respeto absoluto a los derechos humanos. La élite gobernante desarrolla toda una campaña donde plantean, que los exiliados vienen a arrebatarles las casas y otros bienes entregados a una parte de la población.
No existen ejemplos de esta naturaleza en las transiciones que han ocurrido en España, Chile, en los países de Europa del Este e incluso en la extinta Unión Soviética. Mienten los que con sus cruzadas pretenden sembrar la inseguridad y la incertidumbre en el futuro de los cubanos.
Regresar a su patria es el anhelo de todos los que se vieron obligados a abandonarla. A trabajar por el cambio de toda la estructura económica, política y social, está en el proyecto que inspira sus acciones. Reconstruir a la nación como decía el apóstol José Martí: “Con todos y para el bien de todos”.
Muchos en el mundo son testigos de las abominables condiciones infrahumanas a que son sometidos los presos políticos o de conciencia en las cárceles cubanas, del acoso permanente contra los disidentes por su actitud inclaudicable. Han utilizado todo los métodos inimaginables para doblegar a la oposición no violenta.
Golpean a hombres y mujeres, arremeten en forma despiadada contra los portadores del cambio pacífico ¿Por qué tanto odio y crueldad? ¿A qué temen?, ¿Acaso esperan ver repetirse aquellas escenas dantescas de los fusilamientos, que siguieron a la caída del tirano Fulgencio Batista y Zaldivar?
Innegable, que estos horrores cometidos por la casta totalitaria de ensañarse contra los que han abrazado la verdad y luchan por ella no quedarán impunes. Estos patriotas aseguran a la opinión pública internacional, que no habrá revanchas, ni venganzas, pero sí justicia.
La historia universal esta llena de convulsiones y conflictos bélicos originados por diferencias de intereses entre los grupos gobernantes, que usan la violencia en su más alta expresión. Para alcanzar sus objetivos estratégicos de perpetuarse en el poder, ocupar territorios ajenos o defender la soberanía de sus naciones.
Decía el incendiario alemán Carlos Marx: “La Violencia es la partera de la historia” .Esta filosofía es la que ha guiado a los movimientos comunistas, a los grupos de extrema izquierda, a los enemigos del orden constitucional y del Estado de Derecho, para imperar mediante la fuerza.
Los pueblos son los artífices directos de las grandes transformaciones políticas, que tienen lugar en los diferentes continentes en los albores del siglo XXI. Muchos partidos asumen la dirección del gobierno, enarbolan consignas demagógicas, comienzan a aplicar medidas que conducen a la dictadura y al derrumbe democrático.
Existen ejemplos recientes, donde las agrupaciones de izquierda que llegaron al poder mediante elecciones libres, inician el desmontaje de todo el andamiaje legal anterior. Ellos eliminan toda crítica sana, constructiva, arremeten contra la radiotelevisión y la prensa independiente, el camino hacia la tiranía se despeja.
Después vendrá el acoso a toda actividad oposicionista, la persecución a los luchadores por la libertad, la democracia y la vigencia de la constitución, así como las leyes. Las detenciones injustas, las largas condenas a prisión, los procesos amañados, las desapariciones y fusilamientos arbitrarios.
Para atemorizar a la ciudadanía y el pueblo rechace el cambio, la transición pacífica a un régimen de respeto absoluto a los derechos humanos. La élite gobernante desarrolla toda una campaña donde plantean, que los exiliados vienen a arrebatarles las casas y otros bienes entregados a una parte de la población.
No existen ejemplos de esta naturaleza en las transiciones que han ocurrido en España, Chile, en los países de Europa del Este e incluso en la extinta Unión Soviética. Mienten los que con sus cruzadas pretenden sembrar la inseguridad y la incertidumbre en el futuro de los cubanos.
Regresar a su patria es el anhelo de todos los que se vieron obligados a abandonarla. A trabajar por el cambio de toda la estructura económica, política y social, está en el proyecto que inspira sus acciones. Reconstruir a la nación como decía el apóstol José Martí: “Con todos y para el bien de todos”.
Muchos en el mundo son testigos de las abominables condiciones infrahumanas a que son sometidos los presos políticos o de conciencia en las cárceles cubanas, del acoso permanente contra los disidentes por su actitud inclaudicable. Han utilizado todo los métodos inimaginables para doblegar a la oposición no violenta.
Golpean a hombres y mujeres, arremeten en forma despiadada contra los portadores del cambio pacífico ¿Por qué tanto odio y crueldad? ¿A qué temen?, ¿Acaso esperan ver repetirse aquellas escenas dantescas de los fusilamientos, que siguieron a la caída del tirano Fulgencio Batista y Zaldivar?
Innegable, que estos horrores cometidos por la casta totalitaria de ensañarse contra los que han abrazado la verdad y luchan por ella no quedarán impunes. Estos patriotas aseguran a la opinión pública internacional, que no habrá revanchas, ni venganzas, pero sí justicia.
El Condado, Santa Clara, Villa Clara, 28 de mayo del 2009 (FDC). Para cualquier persona en condiciones psíquicas normales, es lógico que como reacción a determinadas actitudes del ser humano que olvidan la especie a la cual pertenecen, entonces violan con crueldad la integridad física de sus semejantes. Tengan su respuesta adecuada, la cual no debe ser nunca la venganza, sino la justicia.
La historia universal esta llena de convulsiones y conflictos bélicos originados por diferencias de intereses entre los grupos gobernantes, que usan la violencia en su más alta expresión. Para alcanzar sus objetivos estratégicos de perpetuarse en el poder, ocupar territorios ajenos o defender la soberanía de sus naciones.
Decía el incendiario alemán Carlos Marx: “La Violencia es la partera de la historia” .Esta filosofía es la que ha guiado a los movimientos comunistas, a los grupos de extrema izquierda, a los enemigos del orden constitucional y del Estado de Derecho, para imperar mediante la fuerza.
Los pueblos son los artífices directos de las grandes transformaciones políticas, que tienen lugar en los diferentes continentes en los albores del siglo XXI. Muchos partidos asumen la dirección del gobierno, enarbolan consignas demagógicas, comienzan a aplicar medidas que conducen a la dictadura y al derrumbe democrático.
Existen ejemplos recientes, donde las agrupaciones de izquierda que llegaron al poder mediante elecciones libres, inician el desmontaje de todo el andamiaje legal anterior. Ellos eliminan toda crítica sana, constructiva, arremeten contra la radiotelevisión y la prensa independiente, el camino hacia la tiranía se despeja.
Después vendrá el acoso a toda actividad oposicionista, la persecución a los luchadores por la libertad, la democracia y la vigencia de la constitución, así como las leyes. Las detenciones injustas, las largas condenas a prisión, los procesos amañados, las desapariciones y fusilamientos arbitrarios.
Para atemorizar a la ciudadanía y el pueblo rechace el cambio, la transición pacífica a un régimen de respeto absoluto a los derechos humanos. La élite gobernante desarrolla toda una campaña donde plantean, que los exiliados vienen a arrebatarles las casas y otros bienes entregados a una parte de la población.
No existen ejemplos de esta naturaleza en las transiciones que han ocurrido en España, Chile, en los países de Europa del Este e incluso en la extinta Unión Soviética. Mienten los que con sus cruzadas pretenden sembrar la inseguridad y la incertidumbre en el futuro de los cubanos.
Regresar a su patria es el anhelo de todos los que se vieron obligados a abandonarla. A trabajar por el cambio de toda la estructura económica, política y social, está en el proyecto que inspira sus acciones. Reconstruir a la nación como decía el apóstol José Martí: “Con todos y para el bien de todos”.
Muchos en el mundo son testigos de las abominables condiciones infrahumanas a que son sometidos los presos políticos o de conciencia en las cárceles cubanas, del acoso permanente contra los disidentes por su actitud inclaudicable. Han utilizado todo los métodos inimaginables para doblegar a la oposición no violenta.
Golpean a hombres y mujeres, arremeten en forma despiadada contra los portadores del cambio pacífico ¿Por qué tanto odio y crueldad? ¿A qué temen?, ¿Acaso esperan ver repetirse aquellas escenas dantescas de los fusilamientos, que siguieron a la caída del tirano Fulgencio Batista y Zaldivar?
Innegable, que estos horrores cometidos por la casta totalitaria de ensañarse contra los que han abrazado la verdad y luchan por ella no quedarán impunes. Estos patriotas aseguran a la opinión pública internacional, que no habrá revanchas, ni venganzas, pero sí justicia.
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