martes, 23 de marzo de 2010

SEGURO, VALE LA PENA, Ramón Jiménez Arencibia.



Ramon-23.jpg



El Condado, Santa Clara, Villa Clara, 25 de febrero del 20l0, (FCP). No cesan "algunos lectores" del periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba (PCC), de dirigirse a ese diario, para expresar sus opiniones, sobre las cuestiones en debates. En la Sección Cartas a la Dirección se dan a conocer los criterios referidos a la privatización o no, del Comercio Minorista y la Gastronomía Popular.



La casi totalidad de "los que escriben", son partidarios del sistema socialista. No obstante, en sus misivas dejan ver, el reconocimiento de la incapacidad de la actual dirección política, para enfrentar el deterioro creciente de la economía. Algunos admiten, que la propiedad privada, evitaría el robo y la corrupción.



Incondicionales defensores del castrismo, al realizar sus análisis, las conclusiones a las que arriban son falsas. El temor y el miedo a las represalias, los llevan a omitir, que la responsabilidad de este descalabro permanente de la Micro y Macroeconomía, obedece a la centralización y control absoluto del Estado.



Es un paso de avance, que a pesar de la más fierra censura, la apertura de una válvula de escape, permita discurrir el pensamiento, aún amordazado. Ante la dura situación económica, política y social, que sufre el país, agravada por la profunda crisis financiera mundial, el cambio resulta impostergable.



Todos hablan de cambiar, algunos atados ideológicamente a la teoría marxista, defienden el papel del Estado en la dirección de la economía.Otros sin atreverse a romper con esa concepción obsoleta de la sociedad, afirman, que ciertos sectores pueden pasar a manos privadas, sin perderse la esencia del socialismo



Esta discusión, que ahora tiene lugar, en el órgano oficial del PCC se desarrolló con mayor fuerza en la década del 60, del siglo pasado. Los líderes revolucionarios de aquellos tiempos, mostraron preferencias nacionalistas, estatistas, de antimercado y exaltaban valores como: la voluntad, la conciencia, la moral y la austeridad.



Ernesto Guevara (Che) y un grupo de adeptos, influidos por el Comunismo de Guerra y por el Gran Salto Adelante Maoísta, se propusieron dos conjuntos de acciones. El objetivo esencial fue la eliminación del Mercado o Ley de la Oferta y Demanda, el otro propósito se dirigió a minimizar los estímulos materiales.



Se enfrentaban a los Guevaristas, un grupo dirigido por el economista Carlos Rafael Rodríguez, compuestos en su mayoría por miembros del Partido Comunista de Cuba, prosoviéticos. Estos creían en algunos principios del "Socialismo de Mercado", es decir, en la aplicación de determinados mecanismos en el marco de la economía socialista.



A ambos adversarios en esta discusión, los unía la misma plataforma política. Ocurre igual en este caso, entre los que envían sus misivas al periódico. El fin último que los une a pesar de estas superficiales diferencias, es la eliminación de la economía de mercado y la defensa del sistema socialista.


Hoy el totalitarismo o una de sus variantes, el autoritarismo, ha agotado sus posibilidades. A los dirigentes de la dictadura de la extrema izquierda, les es imposible detener el pensamiento independiente. Cada día son más los hombres y mujeres que aprovechan cualquier apertura, para señalar la incapacidad del sistema.



Inaceptables ante la situación actual, resultan las "curitas de Mercuro Cromo". El país exige que los cambios que se efectúen no sean transitorios y oportunistas, similares a los aplicados cuando el régimen agonizaba en la década del 90. Aquellas tímidas, vacilantes y reguladas reformas orientadas al mercado, paralizaron todo cambio verdadero.



Como un eco resuenan hoy, con más fuerzas, los criterios de los economistas independientes, no recogidos ni publicados en la prensa oficial. En sus medulares análisis clandestinos, dan respuestas a las interrogantes y a los criterios vertidos por los que escriben a Granma. Leerlos y analizarlos, de seguro vale la pena.





.


.

1 comentario:

  1. El sistema de Castro es el ejemplo más claro del "Todo Vale". En su caso vale, especialmente, la prisión y la pena de muerte para los que no piensan como él

    ResponderEliminar