jueves, 14 de enero de 2010

ASÍ PIENSA EL CUBANO, Ramón Jiménez Arencibia.


El Condado, Santa Clara, Villa Clara, 7 de enero del 20l0 (FDC). Finalizó el año 2009, con ello mueren las esperanzas del pueblo cubano de alcanzar la prosperidad y el desarrollo prometido. Un trabajador manual, que realiza faenas muy duras, comentaba a otro: “… termina el año y todo sigue igual, más de 50 y no hemos progresado nada”.

Prosiguió: “… dentro de un tiempo hasta Haití, uno de los países más empobrecidos del mundo, nos dejará atrás.” Y agregaba: “…. esto si su Presidente Preval no sigue los pasos de Cuba y las recomendaciones del nuevo padrino de las América, el Presidente Hugo Chávez, que vomita fuego en sus discursos”.

Ambos amigos continuaron juntos el camino, hacia el centro de trabajo. Uno de los dos, el más esclarecido y despierto continúo, refiriéndose al mismo tema: “Esto parece no tener solución”. El otro le respondió: “…. mira la gente dice, que esto no lo arregla nadie, pero tampoco lo tumba nadie”.

El diálogo entre los dos continuó así: “…. eso decían de la antigua Unión Soviética, ¿En cuantos discursos el jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, manifestó que el Socialismo era irreversible, sustentado por un partido comunista, 20 millones de militantes y una economía poderosa? ¡Pues volvió a equivocarse!”.

“Ni fue el gobierno de los Estados Unidos de América, ni las actividades de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), los que derrocaron aquel sistema basado en la esclavitud humana. Sino la marcha inexorable de la historia, que barrió con una sociedad, en la que el ciudadano no tiene importancia”.

“Eso que tu dices es cierto y explica porqué los 20 millones de comunistas soviéticos, aceptaron la sustitución del régimen y la eliminación del partido único, sin tirar un tiro y menos con algún acto de rebeldía. Ello demuestra, que los pueblos cuando quieren un destino mejor, no hay obstáculo que los detenga”.

Esa es la opinión generalizada que hay en las calles cubanas, 50 años más, sin cambios significativos. Continúa el descalabro progresivo de la economía, a pesar de los petrodólares chavistas, los niveles productivos se reducen sistemáticamente, por ejemplo: la destruida industria azucarera, tabacalera y otras ramas de producción.

Quien haya seguido de cerca este intercambio de opiniones, entre estos dos trabajadores, coincide con ellos, de que en estas más de cinco décadas, el país no ha experimentado progreso alguno. Siguen estancadas las fuerzas productivas y frenada la iniciativa individual como motor del desarrollo. No tienen ya a quien culpar.

No hay cambios económicos, tampoco un período de transición en la economía y en la política. Así piensa el cubano, víctima de los errores de una política irracional en el orden económico, con su secuela de pobreza, racionamiento, penurias y necesidades cada día en aumento.

La larga lista de problemas que confronta el país es enorme. Cuba antes de Castro, ocupaba el tercer lugar en América Latina en consumo de alimentos por persona. Hoy ocupa el último lugar. El consumo percápita de cereales, tubérculos y carnes esta por debajo de los niveles de los años 50 del siglo pasado.

Causa en realidad un gran estupor, escuchar las cifras con las estadísticas del Producto Interno Bruto (PIB). Muy bien decía el obrero en su conversación: “No me explico como se atreven a informar que hay crecimientos en el PIB, si ni tú ni yo hemos mejorado nuestras condiciones de vida, seguimos tan pobres o más que antes.

Ni las subvenciones Soviéticas, ni el flujo de los petrodólares recibidos de Venezuela, no han sacado a Cuba del marasmo económico. Se especula el inicio de ciertos cambios, algunas aperturas al sector privado, pero existe la preocupación por experiencia, que sean simples curitas de mercuro cromo. Así piensa el cubano.

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