viernes, 12 de febrero de 2010

AMÉRICA, UN CONTINENTE EN ERUPCIÓN, Ramón Jiménez Arencibia.

El Condado, Santa Clara, Villa Clara, 4 de febrero del 20l0 (FCP). Movimientos políticos y económicos de toda índole tienen lugar en el continente americano. Esta región no podía estar ajena a las grandes transformaciones, que tienen lugar tanto en la base, como en la superestructura de los países, que aspiran a ingresar o mantenerse en el concierto de las naciones libres

Han ocurrido flujos y reflujos en los procesos económicos, políticos, también sociales, que caracterizan el territorio. Hoy se plantea con fuerza la necesidad de salvaguardar la libertad e integridad del ser humano, amenazada por las corrientes ultra izquierdistas, que aspiran establecer regímenes como el existente en Cuba.

¿Cómo logró establecerse un gobierno encabezado por marxistas leninistas, que proclamaron en el año 1961 del siglo pasado, el carácter socialista de la Revolución? Primero, quebraron todo el andamiaje democrático, disolvieron los partidos políticos, suprimieron la libertad de prensa y reprimieron con saña toda manifestación disidente.

El camino quedaba desbrozado, para que el totalitarismo asumiera su papel y el país se convirtiera en avanzada del comunismo en América. Comenzaron a aplicarse las medidas económicas, copias de las que existían en la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, a imagen y semejanza de las impuestas en Europa del Este.

Durante años se enarboló la bandera de que el Archipiélago era el primer país Socialista de América. Se instaba al resto de los países latinoamericanos de continuar el ejemplo. Fue entonces, que comenzó la gran ofensiva de la dirección partidista cubana, de querer exportar la revolución e imponer por la fuerza el comunismo.

Intervenciones que costaron miles de muertos, todas tuvieron resultados adversos. Muchos marxistas, no partidarios de la insurrección armada, criticaron estos métodos de lucha, consideraban, no existían las condiciones objetivas, ni subjetivas, para el desarrollo de la misma. Incluso su máximo exponente, el Che murió en el experimento.

No hay un país de la América del Sur y Centro América, que no se viera envuelto en este conflicto. Sangrientos fueron los procesos que tuvieron lugar en el Salvador, Guatemala, Uruguay, Honduras, Perú, México, Brasil y Nicaragua. Aún hoy, persisten grupos de narco-guerrilleros en Colombia, los cuales siembran dolor y luto.

Ninguno de los guerrilleros llegaron al poder en sus respectivas naciones, con excepción de Nicaragua. Los sandinistas contaron en todo momento con el apoyo logístico de los cubanos, unido a ello, el grado de descomposición de la dictadura somocista que concitó la repulsa de la población, lo que llevó a estos resultados.

La lucha armada se generalizó, los grupos que abrazaban este método para tomar el poder recibían de inmediato el apoyo político, material y financiero de los comunistas cubanos. En nombre del internacionalismo proletario se violaron flagrantemente, los principios de la no intervención en los asuntos internos de cada país.

Fracasada esta histórica ofensiva contra los gobiernos en el poder en Latinoamérica, estas fuerzas no se dieron por vencidas. Las izquierda del continente, comenzaron a reorganizarse, para los nuevos tiempos, la derrota del comunismo internacional, los obligaba a cambiar de táctica y trazar nuevas estrategias.

Penurias y miserias enfrenta el continente, producto de la incapacidad de los sucesivos gobiernos. El ejemplo de la prosperidad de las economías, de Singapur, Taiwán y Corea del Sur en el sudeste asiático, evidencia el daño ocasionado a sus pueblos con sus diatribas contra la globalización, el antiamericanismo y el neoliberalismo.

Histórica lucha se desarrolla en este hemisferio en todos los campos de la actividad política. Las izquierdas levantan un nuevo fantasma, el Socialismo del siglo XXI. Ya los demócratas han empezado a disputar terrenos, lo reafirman las elecciones en Chile y Panamá, que auguran cambios en América, un continente en erupción.

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