viernes, 12 de febrero de 2010

PREOCUPACIONES SOBRE HAITÍ, Liset Zamora Carrandi.

Santa Catalina, Santa Clara, Villa Clara, 28 de enero del 2010, (FCP). La madre Natura se ensañó en Haití, la tierra tembló y produjo el derrumbe de las ciudades, entre ellas la capital Puerto Príncipe, que a decir verdad no quedó ninguna edificación en pie. Según reportan los medios de difusión masiva de Cuba, que han dado seguimiento al desastre natural, donde hubo muchos muertos y heridos graves, así como desaparecidos, ha sido algo dantesco.

En días pasados el Noticiero Nacional de Televisión comunicó las reflexiones del ahora Compañero Fidel donde decía: “El país más pobre de América no necesita el control de los cascos azules de Las Naciones Unidas, sino que necesita médicos, medicinas, comida, agua potable entre otras cosas para cubrir las urgencias de la población”.

Fue suficiente para que el presidente Hugo Rafael Chávez de inmediato se hiciera eco de las palabras del líder de la Revolución Cubana, en el programa Aló Presidente y acusara al gobierno de los Estados Unidos de aprovechar la coyuntura actual para una intervención en el territorio. Para reforzar esta tesis los periodistas oficialistas comenzaron las entrevistar para aseverarla.

Los primeros en ser entrevistados fueron los médicos cubanos y a nacionales que estudian en la Escuela Latinoamericana de Medicina, que por supuesto, repitieron lo divulgado por Cuba. Se creó un estado de opinión desfavorable en contra de los norteamericanos. Lo que nunca se dijo fue que el presidente Preval solicitó esa ayuda militar.

Desconoce el compañero Fidel y su eco en Venezuela que después de todo desastre natural, sobreviene el caos social, que viene aparejado a la desobediencia civil, junto con la proliferación del bandidaje. Dada estas circunstancias, lo más lógico es imponer el orden, aunque este sea por la fuerza.

Se entiende que tras la angustia por la pérdida de los familiares más allegados, las personas queden desestabilizadas emocionalmente. Esto unido a la convivencia en las calles junto a los cadáveres insepultos y putrefactos, la falta de alimentos, higiene, agua, atención médica necesaria y las constantes replicas de temblores, hacen que los habitantes entren en pánico.

Al continuar los envíos de ayuda, que son recibidos en el aeropuerto de la capital, se produjo un embotellamiento en el tráfico aéreo. Ante esta situación los militares tuvieron que solucionar la problemática, así como defender dicha terminal del atraco que algunos ciudadanos pretendían efectuar en beneficio propio.

Más tarde estos escenarios se repitieron en las vías públicas, donde personas inescrupulosas asaltaron a sus compatriotas, que intentaban vender algunos productos de su propiedad.También se perpetraron saqueos en los centros comerciales y hogares en derrumbe. Parece que estas actitudes no son reprochables en momentos como este, pues la prensa cubana no los censuró.

De suma importancia resulta el control para repartir todas las donaciones y establecer un orden prioritario en su distribución, pues existen necesidades perentorias como hospitales, niños, embarazadas, jóvenes y ancianos. Los cascos azules junto a la policía nacional son los encargados de mantener el orden en el país.

Bueno sería que en Cuba hubiese existido un control parecido al de marras, en el pasado año 2008, cuando sufrieron los embates de tres ciclones, el país quedó devastado. La ayuda recibida para el pueblo, se observó como fue vendida en las redes de Tiendas de Captación de Divisas con precios muy altos.

Otros donativos fueron expendidos en Tiendas de Productos Industriales en moneda nacional (MN) con el equivalente de su precio en peso convertible cubano (CUC). Un ejemplo que ilustra lo dicho es que: los colchones de goma donados por Rusia para la población, se venden con un precio de 500 pesos MN. Estas situaciones se hubieran evitado de haber existido un buen control.

El país que todo lo controla y casi nada produce ha cometido errores garrafales. Por efecto de anteriores ciclones aquí existen familias damnificadas, sin hogar, que viven en albergues desde hace décadas. Entonces porqué echarle la culpa de una invasión a los que sólo cumplen un pedido del señor Rene Preval, en tal coyuntura ¿Cuál es la preocupación de Fidel y Chávez?







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