Fuera una cuestión importante y esencial para los longevos gobernantes cubanos, junto a sus seguidores, que tratasen de interpretar el vocablo Soberanía. Por las implicaciones filosóficas, políticas, cívicas e ideológicas que esta palabra trae, para el pasado, presente y futuro de esta isla nombrada Cuba.
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (DRAE), dice: 1. Cualidad de soberano. // 2. Autoridad suprema del poder público. // 3. Alteza o excelencia no superada en cualquier orden inmaterial. // 4. (Antónimo). Orgullo, soberbia o altivez. // 5. (Nacional). La que reside en el pueblo y se ejerce por medio de sus órganos constitucionales representativos.
En el caso particular de precariedad material y espiritual por la que atraviesa el archipiélago nacional, a los ciudadanos de la nación les deben interesar esencialmente, la quinta y última acepción de este término. Pues, sin lugar a dudas de ningún tipo, el totalitarismo castrista le tiene embargada la soberanía a su propio pueblo.
Es un tema altamente doloroso para los compatriotas, que se interesan por el porvenir de la tierra que los vio nacer, el hecho cierto, que la República de Cuba pudiera ser más o menos independiente respecto a otros estados. Mas, lo que ya está fuera de toda discusión es que los ciudadanos no son soberanos en sí mismos.
Puesto, que si los cubanos no pueden expresarse libremente y sin temores objetivos a ser reprimidos por los representantes del Estado totalitario, entonces, no se pueden considerar entes individuales soberanos. Ellos, como súbditos de un gobierno totalitario constan cuales rehenes de aquellos de sus coterráneos, que detentan el mando ejecutivo.
Nada se puede demostrar a la opinión pública nacional e internacional, en cuanto a una supuesta y auténtica soberanía de la nación cubana, en la correlación a otras entidades nacionales. Como pudieran ser los Estados Unidos de América, la Federación Rusa, Unión Europea o República Bolivariana de Venezuela, si los cubanos de a pie no fungen como seres libres.
Cualquier nivel de libertad que se proclame abiertamente por los gobernantes, nunca debe ser sólo relativo a otras naciones. La soberanía de los pueblos pasa obligatoriamente por dos perspectivas insoslayables, la primera de estas es el grado de emancipación de los Estados con respecto a otros.
Pero, en segundo lugar y no por ello es menos importante, tenemos a la clase de potencia de que es dueña cada ciudadano en lo personal. La conjugación correlativa de la soberanía estatal con la personal, es la única manera de darnos una panorámica objetiva de la verdadera libertad que pueda existir en cada país.
Siempre será una burda mentira, asegurar ante el mundo espectador, que el pueblo cubano es soberano con relación a otros Estados del mundo. Si por desgracia, cada uno de los ciudadanos que conforman a la República de Cuba, no puede practicar una real libertad de pensar y manifestarse de un modo civilizado, democrático y no violento.
Ya fuera hora, que los convalecientes y ancianos dirigentes comunistas de la Mayor Isla del Mar Caribe, se percataran de la necesidad perentoria, para que coexistan ambas soberanías entre sus subordinados conciudadanos. Este es un requerimiento patriótico, el cual rebasa, más allá de cualquiera de los cánones ideológicos y políticos de la nación cubana.
FCP.
Lo mas triste de todo esto es que aun a los que reciden fuera de la isla, le toman como rehenes a sus familias en la isla para aún fuera del alcance del gobierno cubano , privarlos de decir publicamente lo que sienten y piensan. es la isla que mas caro cobra una llamada telefonica, una remesa de dinero y un evion humanitario desde el exterior.
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