Santa Catalina, Santa Clara, Villa Clara, 4 de febrero del 2010, (FCP). Las condiciones del Presidio Político en Cuba son verdaderamente inhumanas, contrasta con las descritas por Mario Mencia en el libro La Prisión Fecunda. Básase esta obra en los testimonios de los asaltantes al Cuartel Moncada, cautivos en el Presidio Modelo de Isla de Pinos.
Llama la atención lo descrito en el texto que: “… sobre la 7:30 traían en un saco el pan y en latón la leche para el desayuno”. En cambio, para nadie es un secreto que los presos políticos en Cuba comunista no cuentan con estos privilegios, pues desayunan agua con azúcar, en una cantidad ínfima.
Cuenta además que: “Un lujo las tres duchas y los dos inodoros y el vertedero apretado en aquel recodo”. Tomarían los presos de esta isla en la actualidad contar con al menos un cubo de agua al día, porque a ellos sólo se les ofrece dos litros de agua diario, para todo, incluida la de tomar, tienen que volverse verdaderamente magos.
Expresa Fidel: “Comunicaron mi celda (que tu viste en Bohemia) con otro departamento cuatro veces mayor y un patio grande, abierto desde la 7:00 a.m. hasta las 9:30 p.m. La limpieza corresponde al personal de la prisión, dormimos con la luz apagada, no tenemos recuentos ni formaciones en todo el día…”.
Continuaba: “…nos levantamos a cualquier hora;…. Agua abundante, luz eléctrica, comida, ropa limpia y todo grande: No se paga alquiler. En el presente, las condiciones son pésimas: la comida es poca, mal elaborada y bien repetida porque siempre ofertan harina en el almuerzo, arroz y agua de chicharo en la comida con picadillo putrefacto de Tenca.
En cuanto a espacio respecta, es conocido que las celdas miden 2 ½ x 4 ½ metros, tienen 5 camas de cemento nombradas gavetas, además cuentan con la letrina y la bañera. Por lo que se deduce que se habita en condiciones de hacinamiento e insalubridad, con casos frecuentes de reos que tienen que dormir en el suelo por no tener cama, ya que rebasan la capacidad.
Se ven sometidos a un horario, el cual deben cumplir para entregar los colchones, la limpieza del calabozo y pararse al frente de la reja de la galera para el recuento. No se les permite a ningún periodista tomar fotos ni entrevistar a los condenados, incluye estas medidas a los familiares, han llegado al extremo de no poderse preguntar por ningún detenido, de hacerlo quedarías en prisión.
Alegan los oficiales del Ministerio del Interior y del Departamento de Enfrentamiento a la Actividad Subversiva que esta orden no está en el Código, es una medida interna tomada por ellos que se autotitulan la Ley. En los regímenes dictatoriales estas situaciones se ven muy a menudo, se viola todos los Derechos Humanos y Civiles de la población.
Armando Mestre escribía, el 17 de diciembre de 1953: “Hemos hecho del tiempo una vida digna estudiando once asignaturas, para el bien nuestro… Hemos fundado una escuela con el nombre de un compañero muerto, llamada Academia Ideológica: “Abel Santamaría” y una biblioteca con el nombre “Raúl Gómez”… con más de 600 libros”.
Argumentaba Fidel: “Aquí me paso el día leyendo…Tengo material abundante para el estudio de los grandes movimientos políticos contemporáneos: socialismo, fascismo”. Resulta increíble conocer la cantidad de libros a la que tenían acceso y su variedad en materias al incluir en estas a Marx, contrasta con las prohibiciones a la están sometidos los presos en la actualidad.
Narra Mencia: “Diez días después de finalizado el juicio a los moncadistas, Batista había anunciado que habría elecciones generales el 1ro de noviembre de 1954. Fue levantada la censura a la prensa y el 28 de octubre finalizaba la vigencia del decreto que había suspendido las garantías constitucionales”. En la Cuba de los Castros no se ha restituido la libertad de prensa.
Solamente existe los rotativos oficialistas, que alaban la dictadura, los demás periódicos fueron clausurados desde el triunfo de la revolución. Bajo la consigna fidelista: “Con la revolución todo contra la revolución nada”, se ahogó toda libre expresión y creación al dejar sin espacio a los intelectuales dignos, por su parte las garantías constitucionales no se han restituido en 51 años.
El “terrible dictador” Fulgencio Batista, el 24 de febrero 1955, planteó: “Yo aplaudo las leyes de perdón. El Gobierno dictó una no hace mucho, pero me parece que debe haber una Ley de Amnistía tan amplia como el pueblo aspire…”. Sin embargo la “magnánima” dictadura de la Dinastía de los Castro jamás ha otorgado indulto, prueba de ello son los casi 300 presos políticos.
Llama la atención lo descrito en el texto que: “… sobre la 7:30 traían en un saco el pan y en latón la leche para el desayuno”. En cambio, para nadie es un secreto que los presos políticos en Cuba comunista no cuentan con estos privilegios, pues desayunan agua con azúcar, en una cantidad ínfima.
Cuenta además que: “Un lujo las tres duchas y los dos inodoros y el vertedero apretado en aquel recodo”. Tomarían los presos de esta isla en la actualidad contar con al menos un cubo de agua al día, porque a ellos sólo se les ofrece dos litros de agua diario, para todo, incluida la de tomar, tienen que volverse verdaderamente magos.
Expresa Fidel: “Comunicaron mi celda (que tu viste en Bohemia) con otro departamento cuatro veces mayor y un patio grande, abierto desde la 7:00 a.m. hasta las 9:30 p.m. La limpieza corresponde al personal de la prisión, dormimos con la luz apagada, no tenemos recuentos ni formaciones en todo el día…”.
Continuaba: “…nos levantamos a cualquier hora;…. Agua abundante, luz eléctrica, comida, ropa limpia y todo grande: No se paga alquiler. En el presente, las condiciones son pésimas: la comida es poca, mal elaborada y bien repetida porque siempre ofertan harina en el almuerzo, arroz y agua de chicharo en la comida con picadillo putrefacto de Tenca.
En cuanto a espacio respecta, es conocido que las celdas miden 2 ½ x 4 ½ metros, tienen 5 camas de cemento nombradas gavetas, además cuentan con la letrina y la bañera. Por lo que se deduce que se habita en condiciones de hacinamiento e insalubridad, con casos frecuentes de reos que tienen que dormir en el suelo por no tener cama, ya que rebasan la capacidad.
Se ven sometidos a un horario, el cual deben cumplir para entregar los colchones, la limpieza del calabozo y pararse al frente de la reja de la galera para el recuento. No se les permite a ningún periodista tomar fotos ni entrevistar a los condenados, incluye estas medidas a los familiares, han llegado al extremo de no poderse preguntar por ningún detenido, de hacerlo quedarías en prisión.
Alegan los oficiales del Ministerio del Interior y del Departamento de Enfrentamiento a la Actividad Subversiva que esta orden no está en el Código, es una medida interna tomada por ellos que se autotitulan la Ley. En los regímenes dictatoriales estas situaciones se ven muy a menudo, se viola todos los Derechos Humanos y Civiles de la población.
Armando Mestre escribía, el 17 de diciembre de 1953: “Hemos hecho del tiempo una vida digna estudiando once asignaturas, para el bien nuestro… Hemos fundado una escuela con el nombre de un compañero muerto, llamada Academia Ideológica: “Abel Santamaría” y una biblioteca con el nombre “Raúl Gómez”… con más de 600 libros”.
Argumentaba Fidel: “Aquí me paso el día leyendo…Tengo material abundante para el estudio de los grandes movimientos políticos contemporáneos: socialismo, fascismo”. Resulta increíble conocer la cantidad de libros a la que tenían acceso y su variedad en materias al incluir en estas a Marx, contrasta con las prohibiciones a la están sometidos los presos en la actualidad.
Narra Mencia: “Diez días después de finalizado el juicio a los moncadistas, Batista había anunciado que habría elecciones generales el 1ro de noviembre de 1954. Fue levantada la censura a la prensa y el 28 de octubre finalizaba la vigencia del decreto que había suspendido las garantías constitucionales”. En la Cuba de los Castros no se ha restituido la libertad de prensa.
Solamente existe los rotativos oficialistas, que alaban la dictadura, los demás periódicos fueron clausurados desde el triunfo de la revolución. Bajo la consigna fidelista: “Con la revolución todo contra la revolución nada”, se ahogó toda libre expresión y creación al dejar sin espacio a los intelectuales dignos, por su parte las garantías constitucionales no se han restituido en 51 años.
El “terrible dictador” Fulgencio Batista, el 24 de febrero 1955, planteó: “Yo aplaudo las leyes de perdón. El Gobierno dictó una no hace mucho, pero me parece que debe haber una Ley de Amnistía tan amplia como el pueblo aspire…”. Sin embargo la “magnánima” dictadura de la Dinastía de los Castro jamás ha otorgado indulto, prueba de ello son los casi 300 presos políticos.
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