viernes, 12 de febrero de 2010

ENMIENDA DE ERRORES, Clara Pérez Gómez.


Camajuaní, Villa Clara, 21 de enero de 2010. (FCP). Es alarmante la preocupación que reina actualmente entre los Trabajadores Sociales, creados en el marco de la gran Batalla de Ideas. Hoy los “hijos de papá” como les llamaba de manera irónica el pueblo, no saben a que atenerse en cuanto a su situación laboral.

En el año 2001, el hoy enfermo ex - gobernante de la isla, ofreció a los jóvenes desvinculados, la bondadosa oportunidad, de formarse para llevar a cabo la tarea de apoyar según él, a su revolución, en cuanto a dificultades sociales se refería. Lo que causó un sinnúmero de comentarios negativos en la población.

Grandes ofertas tentadoras hicieron que la juventud que se encontraba en aquel entonces en la calle, a la caza de su manutención, en cuanto a necesidades propias de esa edad y que sus padres no podían satisfacer por sus bajos ingresos económicos, se sumaran a esta idea. Algunos se revindicaron.

Suntuosas escuelas se construyeron en Oriente, Centro y Occidente del país para este fin, en las que sus estudiantes gozaban de privilegiada alimentación, entre otras cosas. Estipendio de 50 pesos cubanos mensuales, módulo de aseo personal y uniformes de primera calidad, beneficiaban a sus estudiantes.

Terminaban en un año con su título de Trabajadores Sociales y Bachiller en Letras y Humanidades. Además del derecho a estudiar la licenciatura en cualquier especialidad comprendida en este bachillerato, durante los 10 años de servicio que debían jurar al ingresar en dichos centros de formación intensiva.

“Surgen los Trabajadores Sociales…”, frase dicha por el forjador del proyecto en su discurso inicial. Los que ya llevaban años en el ejercicio de esta profesión, que para nada era nueva, se sintieron ofendidos, máximo cuando estos aparecían con tanta predilección, especialmente en el salario que llegaba a doblar los de muchos con hasta más de dos décadas en el servicio.

Para acallar, un poco, tanta inconformidad, la segunda captación se hizo entre alumnos que cursaban el grado 11 en los diferentes Pre-Universitarios, estos no debían tener notas sobresalientes. Por lo que si algún inteligente, con verdadero interés optaba por ella, debía bajar su índice académico.

Ahora cuando todo en Cuba se tambalea con más fuerza y el sucesor hermano Castro, parece no estar de acuerdo con ninguno de estos bondadosos planes, se ha dedicado, al parecer, a enmendar errores. Ofrecerles un cambio laboral a estos jóvenes, es uno de los procedimientos escogidos, para las supuestas rectificaciones.

Al comienzo, para causar baja de este proyecto, por cualquier motivo, tenía que autorizarlo la Dirección Nacional al respecto, hoy cuando todavía ni los primeros graduados han cumplido con el juramento de los 10 años de Servicio Social, sufren de acoso para que deserten. De hecho, ya muchos lo han hecho.

Según se les informó, van a ser sometidos a un proceso de decantación mediante test mentales, verificaciones y no se sabe cuantas cosas más. Entre ellas, la oferta de otras opciones de trabajo, como Agricultura, Educación o Ministerio del Interior (MININT), de lo contrario, quedar a disposición del Órgano de Trabajo.

No más módulo de aseo personal, uniformes o cualquier otra ayuda, incluso pueden bajar el salario, al perder los 140 pesos cubanos, que reciben en calidad de dieta y los que queden sin trabajo, perderán el derecho a terminar su licenciatura, muchos después de casi seis años. No producen, no son rentables, le dan pérdida al Estado…esa es la explicación.




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