La Chirusa, Santa Clara, Villa Clara, 20 de agosto del 2009 (FDC). Una nota de prensa sorprendió al mundo “Visitó Chávez a Fidel”, la misma fue publicada por el diario Granma, el 15 de agosto del 2009. Los cubanos que no creen en lo que informan los medios castristas de prensa, enseguida encendieron sus radales sobre las teorías de la conspiración.
Todos conocen de las fraternales relaciones amistosas entre el hoy enfermo Fidel Castro Ruz y Hugo Rafael Chávez Frías, por tanto no era de extrañar una visita el día de su cumpleaños. El propio presidente de Venezuela no pierde un instante para recordar en sus frecuentes y largos discursos su admiración hacia el líder cubano.
Lo que resultó raro en este caso es el carácter críptico de la entrevista de marras, pues tanto la opinión pública venezolana como la cubana se enteraron cuando ya todo había ocurrido. Si fue una conversación por el onomástico 83 de Fidel, entonces ¿Por qué el secretismo alrededor de este encuentro entre estadistas radicales de izquierda?
La propia noticia en su redacción da mucho que pensar y genera lógicas suspicacias, pues en su tercer párrafo dice: “La visita, convertida en una jornada de trabajo de dos prolongados encuentros en los que participó el General de Ejército Raúl Castro Ruz, se extendió hasta el 14 en horas de la tarde, en que Chávez partió de regreso”.
No hace falta tener vigilancia satelital o un sofisticado cuerpo de espionaje, para saber que los asuntos tratados versaron respecto a la conducta a seguir por la Revolución Bolivariana con la activación de siete bases militares estadounidenses en la vecina Colombia. Los dos bellos cuadros fueron solo el pretexto para acudir a confabularse.
A partir de ahora, veremos en la patria de Francisco De Miranda una escalada de recrudecimiento de la represión contra la oposición al chavismo. Los hermanos Castro le propusieron a Chávez que era mejor neutralizar a tiempo la contrarrevolución y debilitarla antes que concluya el primer mandato en la Oficina Oval del presidente Barack Obama.
Le sugirieron al cabecilla sudamericano que de indicaciones precisas a los infiltrados que tiene la Seguridad Bolivariana dentro de las filas antichavistas de crear provocaciones violentas. Es la forma menos costosa ante la opinión pública internacional de tratar y sacar del juego a los demócratas venezolanos.
Los consanguíneos nacidos en el oriental poblado de Birán, provincia de Holguín le explicaron a Chávez y a sus hasta ahora desconocidos acompañantes, que a sus adversarios políticos solo deben dárseles dos opciones. La primera es buscar un salvador y distante exilio, mientras la segunda sufrir largos años de encarcelamiento por estar contra el “Socialismo del Siglo XXI”.
Tanto invitados como anfitriones conocen de las tendencias hacia la derecha política que van “in crechendo” en América Latina. Le recordaron sin lugar a dudas, que Rafael Correa Delgado solo alcanzó el 52 % de los votos en las últimas elecciones de Ecuador. Así como la derrota legislativa en Argentina sufrida por los esposos Kirchner.
En el debate que duró dos días, según propia confesión periodística, se platicó sobre la subida al poder de los seguidores de la derecha en un país tan neurálgico como Panamá. Y de los augurios de futuras derrotas para la izquierda por las presidencias de Argentina, Brasil y Chile, cosa que cambiaría la actual correlación de fuerzas en Sudamérica.
Le aconsejaron a Hugo Rafael, estar preparado para una prolongada y eventual guerra de desgaste, a través de las extensas y vulnerables fronteras terrestres venezolanas. Proponiéndole que se documentara con la experiencia padecida por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), cuestión que trajo su derrota en las urnas, del año 1989.
Algo que nunca podrá entender el trío de dictadores americanos, es que el contexto histórico del mundo ha cambiado y casi todos apuestan por la democracia representativa. Si su histérico educando Chávez Frías trata de romper con las reglas democráticas, hasta sus partidarios izquierdistas moderados se les enfrentaran, porque hoy no existe la Guerra Fría.
Esos enclaves castrenses con tropas de Estados Unidos de América fue la respuesta al chantaje de los chavistas, al tratar de desconocer la voluntad del pueblo colombiano en las elecciones. Si la mayoría de compatriotas de Álvaro Uribe Vélez votaron por este, es un irrespeto ayudar a las narco-guerrillas con tendencias de izquierdas.
Publicar esta información en el Órgano Oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, denota el miedo existente a perder el control de la isla en la cúpula castrista. Que sabe que sin los ya menguados aportes de la solidaridad chavista a la Revolución Cubana, esta no sobrevivirá, pues nunca está de más hacerle algunas advertencias al alumno.
Todos conocen de las fraternales relaciones amistosas entre el hoy enfermo Fidel Castro Ruz y Hugo Rafael Chávez Frías, por tanto no era de extrañar una visita el día de su cumpleaños. El propio presidente de Venezuela no pierde un instante para recordar en sus frecuentes y largos discursos su admiración hacia el líder cubano.
Lo que resultó raro en este caso es el carácter críptico de la entrevista de marras, pues tanto la opinión pública venezolana como la cubana se enteraron cuando ya todo había ocurrido. Si fue una conversación por el onomástico 83 de Fidel, entonces ¿Por qué el secretismo alrededor de este encuentro entre estadistas radicales de izquierda?
La propia noticia en su redacción da mucho que pensar y genera lógicas suspicacias, pues en su tercer párrafo dice: “La visita, convertida en una jornada de trabajo de dos prolongados encuentros en los que participó el General de Ejército Raúl Castro Ruz, se extendió hasta el 14 en horas de la tarde, en que Chávez partió de regreso”.
No hace falta tener vigilancia satelital o un sofisticado cuerpo de espionaje, para saber que los asuntos tratados versaron respecto a la conducta a seguir por la Revolución Bolivariana con la activación de siete bases militares estadounidenses en la vecina Colombia. Los dos bellos cuadros fueron solo el pretexto para acudir a confabularse.
A partir de ahora, veremos en la patria de Francisco De Miranda una escalada de recrudecimiento de la represión contra la oposición al chavismo. Los hermanos Castro le propusieron a Chávez que era mejor neutralizar a tiempo la contrarrevolución y debilitarla antes que concluya el primer mandato en la Oficina Oval del presidente Barack Obama.
Le sugirieron al cabecilla sudamericano que de indicaciones precisas a los infiltrados que tiene la Seguridad Bolivariana dentro de las filas antichavistas de crear provocaciones violentas. Es la forma menos costosa ante la opinión pública internacional de tratar y sacar del juego a los demócratas venezolanos.
Los consanguíneos nacidos en el oriental poblado de Birán, provincia de Holguín le explicaron a Chávez y a sus hasta ahora desconocidos acompañantes, que a sus adversarios políticos solo deben dárseles dos opciones. La primera es buscar un salvador y distante exilio, mientras la segunda sufrir largos años de encarcelamiento por estar contra el “Socialismo del Siglo XXI”.
Tanto invitados como anfitriones conocen de las tendencias hacia la derecha política que van “in crechendo” en América Latina. Le recordaron sin lugar a dudas, que Rafael Correa Delgado solo alcanzó el 52 % de los votos en las últimas elecciones de Ecuador. Así como la derrota legislativa en Argentina sufrida por los esposos Kirchner.
En el debate que duró dos días, según propia confesión periodística, se platicó sobre la subida al poder de los seguidores de la derecha en un país tan neurálgico como Panamá. Y de los augurios de futuras derrotas para la izquierda por las presidencias de Argentina, Brasil y Chile, cosa que cambiaría la actual correlación de fuerzas en Sudamérica.
Le aconsejaron a Hugo Rafael, estar preparado para una prolongada y eventual guerra de desgaste, a través de las extensas y vulnerables fronteras terrestres venezolanas. Proponiéndole que se documentara con la experiencia padecida por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), cuestión que trajo su derrota en las urnas, del año 1989.
Algo que nunca podrá entender el trío de dictadores americanos, es que el contexto histórico del mundo ha cambiado y casi todos apuestan por la democracia representativa. Si su histérico educando Chávez Frías trata de romper con las reglas democráticas, hasta sus partidarios izquierdistas moderados se les enfrentaran, porque hoy no existe la Guerra Fría.
Esos enclaves castrenses con tropas de Estados Unidos de América fue la respuesta al chantaje de los chavistas, al tratar de desconocer la voluntad del pueblo colombiano en las elecciones. Si la mayoría de compatriotas de Álvaro Uribe Vélez votaron por este, es un irrespeto ayudar a las narco-guerrillas con tendencias de izquierdas.
Publicar esta información en el Órgano Oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, denota el miedo existente a perder el control de la isla en la cúpula castrista. Que sabe que sin los ya menguados aportes de la solidaridad chavista a la Revolución Cubana, esta no sobrevivirá, pues nunca está de más hacerle algunas advertencias al alumno.
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