jueves, 27 de agosto de 2009

UN RÉGIMEN ATROZ, Félix Reyes Gutiérrez.


Ranchuelo, Villa Clara, 27 de agosto del 2009 (FDC). El Informe Nacional de la República de Cuba al Examen Periódico Universal del Consejo de Derechos Humanos, del año 2009, plantea en lo referente al Sistema Penitenciario, en la página # 6: “La Revolución Cubana erradicó el régimen carcelario que heredo de la tiranía batistiana y construyó un sistema penitenciario totalmente humano….”.

Discordante afirmación si se tiene en cuenta, que en los aproximadamente 200 penales del archipiélago cubano prevalece la indiferencia de las autoridades carcelarias ante los disímiles problemas que padecen los reclusos. Caracterizados por las malas condiciones de hábitat, servicios de salud, alimentación, palizas y hasta muertes, lo que echa por tierra tal aseveración.

En la prisión Ariza-2 de la provincia Cienfuegos, por solo citar un ejemplo. Se observa, que el pasado 24 de junio, Rogelio Álvarez Calaña falleció producto de una negligencia médica. En horas de la mañana Álvarez Calaña se personó ante la doctora en medicina Suleidys González Hernández y la enfermera nombrada Grisel, ambas trabajadoras del penal.

Rogelio se quejaba de dolor en el pecho y una sensación de opresión en la cavidad toráxica. La galena le inyectó un medicamento del cual se desconoce su nombre y el recluso falleció en horario vespertino, según información brindada por Juan Ruperto Becerra Alfonso, también reo de la ergástula.

Minutos después, las autoridades carcelarias contactaron con los familiares del fenecido reo y les comunicaron que el condenado a dos años de privación de libertad, por el supuesto delito de “Peligrosidad Social Pre-Delictiva” había muerto como consecuencia de un infarto al miocardio.

Al mes siguiente, en este penal que alberga unos 2000 presos, también por indolencia médica, perdió la vida el recluso Osmany Poma Rodríguez, de 42 años. El residente en la municipalidad de Abreus, cumplía una condena de 12 años de cárcel por el delito de Robo con Fuerza en las Cosas.
Marcelo Cano Rodríguez, doctor en medicina además prisionero político y de conciencia, aseveró que Osmany padecía de Retraso Mental Moderado y Epilepsia. Pero la Carbamazepina y otros medicamentos anticonvulsivos que necesitaba tomar, no les eran facilitados por las autoridades de la penitenciaría, mientras le alegaban al hoy muerto, carecer de los mismos.

Incluso Marcelo trató el asunto con el primer teniente Disley Herrera Alburquerque, quien se desempeña como jefe de los Servicios Médicos del Ministerio del Interior en la provincia, situada en el centro sur del país. Y el uniformado prometió que se encargaría de suplir la carestía de fármacos en la prisión.
Por sus reclamos, Poma Rodríguez permaneció en solitario durante un año y medio, en la celda de castigo # 3. Donde se asfixio presuntamente con el agua que contenía un tanque metálico situado en el baño del calabozo, con capacidad de 55 galones de volumen.
Días antes de morir, el occiso quien también sufría una parálisis en sus miembros inferiores y se auxiliaba de sus manos para desplazarse, recibió una paliza de manos de los oficiales de la prisión nombrados Abel y Robaina, por órdenes precisas del jefe de la cárcel, mayor Guillermo González Mora.

Con el fallecimiento de Osmany, los guardias de Ariza-2, cual apodados por los condenados como “Escuadrones de la Muerte”, compilan en la ergástula situada en la municipalidad de Rodas de la provincia Cienfuegos un promedio de casi un fallecido mensual, solo en lo que va de año.

Es un régimen atroz, si a lo antes mencionado se le adiciona, que en el último trimestre, cerca de una decena de reos han sido descubiertos en intentos de ahorcamiento por los maltratos verbales, físicos y psicológicos que son objeto. Quienes en la madrugada utilizan sogas, cordeles de nylon y hasta las propias sabanas donde duermen para atentar contra sus existencias.

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