El potente estado nazi había adquirido en ese entonces fuerza y negativo renombre y sólo cuando se vieron amenazados los demás estados fue que se movilizaron sus ejércitos mundiales. Por todos es sabido que esta indiferencia trajo consigo un mayor número de muertos y que la guerra se prolongara aún más, porque no se frenó a tiempo el poderío alemán.
Ahora entristece y agobia al pueblo cubano, lo que sucede a nivel mundial con la Cuba castrista, paradójicamente cuando el descrédito crece entre la población, aumenta la aceptación hacia el régimen de La Habana como paradigma de altruismo. Es política del gobierno ganarse sus afectos en la prestación de diferentes servicios.
Retiró la Organización de Estados Americanos (OEA) los cargos que pesaban contra el (des) gobierno comunista de la isla, como si lo que se reclamaba en el aquel entonces en Punta del Este, Uruguay, ya se hubiese resuelto. ¿Donde quedaron los reclamos por la liberación de los presos políticos y de conciencia? ¿Se le exigirá cumplir todos los Derechos Humanos a Cuba?
El Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas, levantó las medidas que gravaban sobre la isla, como si en este país ya no se violaran los mismos. Los ciudadanos frecuentemente sufren de atropellos por las autoridades gubernamentales, debido al desconocimiento de sus derechos y a la no información correcta.
Países de toda América Latina aclaman a la supuesta Revolución Cubana, como un digno ejemplo de la todavía no explicada “democracia participativa”. Se dice pretendida, porque nunca hubo una autentica revolución que triunfara, pues esta fue traicionada por Fidel y sus compinches antes de iniciarla.
Al huir Batista, los que luchaban por restablecer el orden constitucional fueron vilmente engañados y eliminados, como aquellos que pretendieron hacerlo ya fuera Antonio Miró Cardona como Primer Ministro y Manuel Urrutia Lleó en la presidencia. Por ello, la Constitución del 40 nunca se restituyó y mucho menos los derechos civiles y políticos.
Convocaron una falsa electoral en 1976, que “aprobó” una nueva constitución perennemente violada. Ejemplo de ello se demostró con las firmas recogidas para “El Proyecto Varela”, que pretendía cambiar la constitución vigente en base a la misma. El régimen al verse amenazado con sus propias leyes, decidió recoger rubricas para asegurar su permanencia en el poder.
Acudir a las “elecciones” en el archipiélago son cuasi-obligatorias y se vota por personas desconocidas, pero nunca directamente por el presidente de la república. Si es que se le puede llamar república y menos democracia a este totalitarismo, donde todos los poderes residen en una persona. Todo agravado con la prohibición del pluripartidismo.
En fin lo vive este sufrido pueblo parece no importarle a nadie, pero el monstruoso engranaje represivo extiende sus tentáculos invisibles hacia todos los rincones del orbe. Quiera Dios que esta indiferencia del mundo hacia el problema cubano no les vuelva a traer amargas consecuencias por no escuchar tampoco ahora.
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