Sakenaff, Santa Clara, Villa Clara, 6 de Agosto del 2009 (FDC). Santa Clara como todas las ciudades cubanas celebró, el primero de enero del 1959, la victoria de la Revolución Cubana. Se puso fin ese día al régimen de terror, impuesto por el general Fulgencio Batista, donde los adversarios políticos no tuvieron el más mínimo espacio durante los seis años, nueve meses y 21 días que duró aquella pesadilla.
A principios de los años 60 del siglo XX, la ciudad de Marta sufrió el derribo por simpatizantes revolucionarios de varios monumentos emblemáticos. La estatua de mármol blanco con la Virgen del Camino a la entrada de la ciudad, así como la esfinge del Niño de la Bota Infortunada, fueron desaparecidas por razones ideológicas.
El rumbo comunista tomado por el proceso social en esta propia década, motivó que algunos militares afines a este y parte de la población campesina, optaran por enfrentar esta decisión. Surgieron entonces las guerrillas anticomunistas, donde Santa Clara fue la base principal de la logística y la incorporación de hombres a las montañas del Escambray.
También por estas fechas se construyeron fábricas destinadas a dar mayor impulso a la capital del centro del país. Aparecen así la Industria Nacional Productora de Utensilios Domésticos (INPUD), Planta Mecánica, La Planta Conformadora “Enrique Villegas”. y la Industria Textil Sakenaff. Todas estas hoy prácticamente improductivas.
Después de la década de los años 60 del pasado siglo XX, en esta céntrica y estratégica urbe provinciana, solo se construyeron de mala gana otras dos grandes industrias nacionales. Ellas fueron La fabricas de Traviesas Ferroviarias de Hormigón y la Textilera “Desembarco del Granma”. Dicen algunos santaclareños que ya estaba muerto y enterrado el Che Guevara.
Estimados de población arrojan que en 1974, esta era de 145 034 habitantes, de ellos el 90, 86 % vivían en zonas urbanas. Ahora tras el último Censo Nacional de Población y Viviendas, en el año del 2002, todavía no se han publicado cifras oficiales de los residentes actuales en esta ciudad. Aunque datos no oficiales dan un número cercano a los 350, 000 habitantes.
Para 1980, sobrevino el segundo éxodo del período revolucionario, salieron en esta ocasión por el puerto habanero de Mariel. Santa Clara vio partir a varios miles de hijos. A muchos no les quedó más opción, pues no podían soportar la asfixia política reinante, algunos cientos de sus habitantes fueron obligados a marchar directamente de la cárcel al puerto.
Durante el año 1988, el otrora poblado surgido con el nombre de “Cayo Nuevo”, sufrió una parcial remodelación en la calle Independencia. Se crearon nuevos comercios sin cupones de racionamiento y agrandaron otros, aparecieron las “Tiendas de la Amistad”. Además el tráfico de cualquier vehículo por la popular arteria fue prohibido, nacía El Boulevard de Santa Clara.
Los días uno, dos y tres de junio de 1990, la ciudad perforada por el meridiano 80, fue testigo de un evento que marco pauta al quehacer musical cubano. Por primera vez se realizó un festival nacional de rock, se denominó “Ciudad Metal” y contó entre otras con bandas como Sentencia, Gens y los locales Alto Mando. En este año 2009, será su duodécima edición.
Ciudadanos que rompieron con el discurso oficial o simplemente exigían al régimen totalitario espacios plurales, crearon los primeros grupos de resistencia cívica en la región. Para inicios de los años 90, surgió la primera delegación del Comité Cubano Pro Derechos Humanos, encabezado por Gustavo Arcos Bergnes, que cubría la antigua provincia Las Villas.
En enero de 1995, surgió la publicación católica “Amanecer”, realizada por la Diócesis de Santa Clara, en este propio mes, pero tres años después, el máximo representante del Vaticano Juan Pablo II, visitó la isla de Cuba. Santa Clara tuvo el enorme privilegio de ser el territorio escogido por el Sumo Pontífice, para ofrecer su primera misa en suelo cubano.
Siete activistas pro democráticos villaclareños, van a prisión el 18 de marzo del 2003, durante una represión gubernamental contra el libre pensamiento. El periodista independiente Omar Ruiz Hernández fue uno de ellos y su ejemplo se multiplicó. El 10 de octubre 2003 se fundó en esta ciudad “Cubanacán Press”, una agencia de prensa independiente.
La ciudad capital de la más central de las provincias no es capaz de librarse de una alambrada hecha a su alrededor, realizada con odio mortal. Los tiempos en que sus pobladores encontraban lo necesario para alimentar el espíritu, estomago incluido o recrear el cuerpo, sin mostrar otra referencia que el propio rostro, quedaron en un olvido, que ya pasa del cincuentenario.
Autoridades gubernamentales no fueron capaces de crear nuevas construcciones o mejorar las actuales, se simuló solo un poco cuando se alardeó de rescatar un viejo edificio que debió proteger desde mucho antes, el todavía no concluido antiguo “Club Billarista”. Que no pudo ser acabado para este aniversario y será una exclusiva tienda de ropas por divisas convertibles.
Directivos del gobierno provincial se limitaron a volver a pintar las edificaciones existentes, aunque pudo reinaugurar el emblemático teatro “La Caridad”, si bien a los 4 días de la apertura resultó cerrado nuevamente por defectos constructivos. Santa Clara como ciudad parece detenida en el tiempo, algo incongruente para una localidad que recién cumplió su 320 aniversario.
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