El Condado, Santa Clara, Villa Clara, 6 de agosto del 2009 (FDC). La situación internacional se torna a diario más difícil y compleja. Resulta en extremo complicado hacer un juicio objetivo sobre cualquier acontecimiento por la velocidad en que transcurren los mismos, pues las fuerzas en disputas en la mayoría de las ocasiones ocultan sus verdaderas intenciones.
Guerra, paz, independencia, soberanía, libertad económica, democracia, estado de derecho, constitución, legalidad, son los múltiples conceptos alrededor de los cuales, se definen las posiciones políticas del momento actual. Que está cargado de graves peligros por el avance de las corrientes enemigas de la libertad del hombre.
Muchos viven intoxicados por el bagaje propagandístico de la prensa mediática oficial, para ello manipulan las noticias, deforman los hechos, tergiversan la realidad. Acusan de violadores de la constitución y de las leyes, a los que en realidad se hicieron escudos protectores de la misma, convirtiéndose en sus máximos exponentes.
Presentan la mentira como verdad, llaman traidores a los verdaderos patriotas. Levantan falsos conceptos de integraciones económicas, cuando buscan alianzas políticas para enfrentar a los que en éste continente defienden la democracia y el derecho de los pueblos a elegir libremente a sus gobernantes.
América Latina vive momentos transcendentales de su historia. Convulsionada como pocas regiones en el mundo, es escenario de los más duros enfrentamientos entre los partidarios de que prevalezcan los principios recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y los enemigos del progreso de las naciones.
Derrotado el Comunismo Internacional representado por la extinta URSS y el bloque de países socialistas de Europa del Este. Cuba se irguió como el mayor exponente del totalitarismo en el hemisferio occidental, que en su programa promete la abundancia y engendra la miseria, cacarea libertad e impone servidumbre.
En este archipiélago los comunistas en sus tesis doctrinarias predican la igualdad, cuando elevan la nomenclatura a clase privilegiada hasta un nivel desconocido, prometen respeto a la vida humana, mientras tratan a los presos políticos como bestias parlantes. No existe divorcio alguno en éstas tres concepciones ideológicas comunismo, nazismo y fascismo.
¿Dime con quiénes andas y te diré quien eres? Así reza un viejo refrán popular, que viene como anillo al dedo, en ésta época en que muchas instituciones democráticas han rodado por el suelo. Bajo el empuje de las doctrinas, que la nueva y la vieja izquierda pretenden imponer en latinoamérica.
Nicaragua fue el país sede, donde se reunieron los mandatarios de todos los países de la región. El motivo alegado era uno, la condena a la ruptura constitucional ocurrida en un país centroamericano, la República de Honduras. Lo que determinó fuera depuesto el presidente de esa nación Manuel Zelaya Rosales.
Junto al destituido presidente estaban los líderes políticos que condenaban el golpe. Unos preocupados por la violación del orden institucional. Otros por la evidente resistencia que esto significaba para las pretensiones de la extrema izquierda de utilizar la celebración de estos referéndums para modificar las Cartas Magnas de estas naciones.
Hugo Chávez, Evo Morales, Daniel Ortega, Rafael Correa y Raúl Castro agrupados en la Alianza Bolivariana para las Américas, ALBA, han sido los gobernantes que con más fuerza condenan el golpe de Estado a uno de sus países miembros. Esto les significa la ruptura de un eslabón de la cadena de estadistas de la izquierda radical.
Hoy el ex - presidente hondureño codo a codo marcha del brazo de los que en esta parte del planeta, impulsan el intervencionismo estatal en todas las actividades económicas. Basta ver con quienes andas para conocer las razones de sus posiciones, que no es otra que la de perpetuarse en el poder indefinidamente.
Guerra, paz, independencia, soberanía, libertad económica, democracia, estado de derecho, constitución, legalidad, son los múltiples conceptos alrededor de los cuales, se definen las posiciones políticas del momento actual. Que está cargado de graves peligros por el avance de las corrientes enemigas de la libertad del hombre.
Muchos viven intoxicados por el bagaje propagandístico de la prensa mediática oficial, para ello manipulan las noticias, deforman los hechos, tergiversan la realidad. Acusan de violadores de la constitución y de las leyes, a los que en realidad se hicieron escudos protectores de la misma, convirtiéndose en sus máximos exponentes.
Presentan la mentira como verdad, llaman traidores a los verdaderos patriotas. Levantan falsos conceptos de integraciones económicas, cuando buscan alianzas políticas para enfrentar a los que en éste continente defienden la democracia y el derecho de los pueblos a elegir libremente a sus gobernantes.
América Latina vive momentos transcendentales de su historia. Convulsionada como pocas regiones en el mundo, es escenario de los más duros enfrentamientos entre los partidarios de que prevalezcan los principios recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y los enemigos del progreso de las naciones.
Derrotado el Comunismo Internacional representado por la extinta URSS y el bloque de países socialistas de Europa del Este. Cuba se irguió como el mayor exponente del totalitarismo en el hemisferio occidental, que en su programa promete la abundancia y engendra la miseria, cacarea libertad e impone servidumbre.
En este archipiélago los comunistas en sus tesis doctrinarias predican la igualdad, cuando elevan la nomenclatura a clase privilegiada hasta un nivel desconocido, prometen respeto a la vida humana, mientras tratan a los presos políticos como bestias parlantes. No existe divorcio alguno en éstas tres concepciones ideológicas comunismo, nazismo y fascismo.
¿Dime con quiénes andas y te diré quien eres? Así reza un viejo refrán popular, que viene como anillo al dedo, en ésta época en que muchas instituciones democráticas han rodado por el suelo. Bajo el empuje de las doctrinas, que la nueva y la vieja izquierda pretenden imponer en latinoamérica.
Nicaragua fue el país sede, donde se reunieron los mandatarios de todos los países de la región. El motivo alegado era uno, la condena a la ruptura constitucional ocurrida en un país centroamericano, la República de Honduras. Lo que determinó fuera depuesto el presidente de esa nación Manuel Zelaya Rosales.
Junto al destituido presidente estaban los líderes políticos que condenaban el golpe. Unos preocupados por la violación del orden institucional. Otros por la evidente resistencia que esto significaba para las pretensiones de la extrema izquierda de utilizar la celebración de estos referéndums para modificar las Cartas Magnas de estas naciones.
Hugo Chávez, Evo Morales, Daniel Ortega, Rafael Correa y Raúl Castro agrupados en la Alianza Bolivariana para las Américas, ALBA, han sido los gobernantes que con más fuerza condenan el golpe de Estado a uno de sus países miembros. Esto les significa la ruptura de un eslabón de la cadena de estadistas de la izquierda radical.
Hoy el ex - presidente hondureño codo a codo marcha del brazo de los que en esta parte del planeta, impulsan el intervencionismo estatal en todas las actividades económicas. Basta ver con quienes andas para conocer las razones de sus posiciones, que no es otra que la de perpetuarse en el poder indefinidamente.
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