Parroquia, Santa Clara, Villa Clara, 13 de agosto del 2009 (FDC). El movimiento a favor del sufragio de la mujer surgió en Estados Unidos de América tras la Guerra de la Independencia de “Las Treces Colonias”. En Massachussets las propietarias pudieron ejercer su derecho al sufragio desde 1691 hasta 1780. Fue después de la I Guerra Mundial, en 1919, cuando el Congreso aprobó la 19ª Enmienda a la Constitución.
Esta determinaba que “ni los Estados Unidos ni ningún otro estado deberá negar o limitar el derecho de los ciudadanos a votar por motivo de sexo”. Ratificada el 18 de agosto de 1920, la referida enmienda se convirtió en ley nacional. Durante este tiempo y más adelante, la mayoría de las naciones del mundo promulgaron leyes relativas al sufragio femenino.
En la secuencia podemos ver los países y fechas en que adoptaron el voto de la mujer: Brasil y Uruguay, 1932, Chile, India e Indonesia, 1949, China y Argentina, 1947, Corea del Sur e Israel, 1948, Cuba, 1934, Ecuador, 1929, España, 1931, Francia, 1944, Italia y Japón, 1946, Sudáfrica, 1930, Turquía, 1934, Alemania, Polonia y Suecia, 1919, Australia, 1902, Austria, Checoslovaquia, 1919, Bélgica, 1948, Bélgica, 1919, Canadá y Luxemburgo, 1918, Dinamarca, 1915, Finlandia,1906, Noruega, 1913, Nueva Zelanda, 1893, Países Bajos y la Unión Soviética, 1917.
A pesar de la demanda de igualdad de derechos políticos que hiciera en la Asamblea de Guaímaro, Camagüey Ana Betancourt de Mora, en plena Guerra Independentista cubana, esta no se practicó. El advenimiento de la era republicana no trajo aparejado en Cuba, como en ningún otro país de América Latina la igualdad ante la ley entre hombres y mujeres.
La Constitución de 1901, expresaba en su Articulo # 38: “Todos los cubanos, varones, mayores de veinte y un años, tienen derecho de sufragio, con excepción de los siguientes…”. Entre las sociedades que lucharon por el voto femenino, figura en primer termino, el Partido Nacional Sufragista, creado en 1915, específicamente para luchar por la conquista del voto de las mujeres.
El Club Femenino de Cuba fue la mas antigua de nuestras sociedades en pro de la superación cultural de la mujer. Estuvo dirigido entre otras por Pilar Jorge y concibió la idea Emma López Seña, ambas fueron las fundadoras apoyadas por Pilar Monzón y Hortensia Lamar. Salió a la palestra pública no solo para defender a la mujer, sino para proyectarse ampliamente sobre todo el panorama nacional.
Uno de sus primeros actos de calle, fue la cívica protesta iniciada por don Cosme de la Torriente. Las mujeres del Club marcharon con su glorioso estandarte en la primera manifestación femenina, que salio a la vía pública contra el Proyecto de Ley que pretendía la anexión de Isla de Pinos al territorio de los Estados Unidos de América.
El Club también consiguió la primera obra de asistencia social en la época republicana, separar a las presas que compartían hacinadas con los hombres el inmundo Vivac y la Cárcel de La Habana y llevarlas a un reclusorio exclusivo de mujeres en Guanabacoa. El propio Club organizó allí la primera escuela de instrucción primaria para las condenadas, así como talleres de costura y servicios médicos.
Fue en Cuba el primer país de Latinoamérica, donde por primera vez se alzó la voz de una mujer para reclamar la igualdad de derechos entre los dos sexos. Aquí los delegados de la VI Conferencia Internacional Panamericana reunidos, en La Habana, en 1928, se vieron compelidos a discutir por primera vez sobre el asunto.
Se abordaron los distintos medios y estrategias para abolir las incapacidades constitucionales y legales que se oponían a que la mujer disfrutara de los mismos derechos civiles y políticos que el hombre. Pero se fue más lejos aun y de este conclave surgió la Comisión Interamericana de Mujeres, entidad que introdujo el polémico tema en la región.
Esta se reunió en La Habana, en 1930 y que estuvo adscripta a la Unión Panamericana que funcionó en Washington como organismo especializado en asuntos interamericanos con carácter permanente y consultivo. Para promover todos los temas que afectaban los derechos de las mujeres en toda América Latina.
Al fin con la Constitución de 1934, que en su Artículo # 39 estableció: “Todos los cubanos de uno u otro sexo tienen derecho de sufragio activo y pasivo en las condiciones y con los requisitos y excepciones que determinen las leyes”. Así llegó en nuestra patria el derecho de la mujer al voto ampliamente batallado por ellas mismas.
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