jueves, 13 de agosto de 2009

LA DOBLE CARA GUBERNAMENTAL, Licet Zamora Carrandi.


Santa Catalina, Santa Clara, Villa Clara, 13 de julio del 2009 (SDC). Desde que el pasado año los cubanos fueron visitados por tres eventos meteorológicos en la temporada ciclónica, surge la preocupante del abastecimiento de los productos agroindustriales a la población. Por supuesto que es de inquietarse, pues las ráfagas de viento suelen acabar con todos los sembrados.

Según Ulises Rosales Del Toro, ministro de la Agricultura, en su intervención ante los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular: “…todavía existen deficiencias en cuanto a las labores en la agricultura, los niveles productivos no cubren las necesidades del consumo nacional”.

Por todos es conocido que existen deficiencias en cuanto a las ofertas, demandas, variedades y precios de los productos, esta situación ha existido en el suelo patrio desde que se originó el llamado Período Especial. Es uno de los efectos negativos que sufre el pueblo cubano a consecuencia de tener el gobierno como costumbre el ser un parásito de los demás países.

En Cuba existían al triunfo de la Revolución alrededor de cientos de agricultores que garantizaban las zafras azucareras. Con la coexistencia en aquel entonces de pequeños ingenios, bateyes o fincas, un engranaje suficiente para que los colonos pudieran garantizar las producciones de azúcar de caña.

Los abuelos con frecuencia solían contarles a los nietos la variedad de frutos, cultivos, ensaladas y de hortalizas que existían. Hoy en día se habla del poder nutritivo que tienen estas últimas, pero resulta casi imposible comprarlas con frecuencias para llevar la dieta equilibrada debido a la carencia y a sus precios.

Y que decir de los establecimientos que se encuentran cerrados por trámites burocráticos, como el caso del agromercado de San Miguel, en el reparto El Condado de Santa Clara. La pregunta a hacerse es ¿Será justo tener cerrado un mercado por tales negligencias, en medio de una crisis alimentaria que se vive en el mundo, a la que Cuba no escapa?

Habría que preguntarles a los trabajadores agrarios ¿Por qué no desean trabajar las tierras? ¿Por qué no se motivan a producir alimentos en estos momentos tan cruciales para la población? ¿Cuál será el inconveniente que presentan para tal desinterés? ¿Estarán bien remunerados sus productos por el estado? ¿Podrán venderlos ante una alta demanda directamente a la población?

También es sabido que todo lo que se siembra en esta isla se da bien, pues el suelo es fértil por lo que no se debe achacar a las tierras la desdicha de la falta de productos. Será mejor decir que si los campesinos que la trabajan no son independientes de comercializar sus productos, entonces ¿Como se resuelve esta situación?

Se conoce por el Noticiero Nacional de Televisión que más del 51 % de las tierras están en manos del estado socialista, entonces ¿De quien es la culpa que existan tantos problemas en la agricultura? ¿Será la solución el cierre de los mercados? O por otra parte ¿Le tocará al pueblo pagar el alto costo de los productos? ¿Quiénes tendrán la culpa de este descontrol?

El pasado día seis de agosto, un vecino fue al mercado de “Buen Viaje”, al departamento de los productos cárnicos y se escandalizó al ver que se encontraban vacíos por la falta de mercancías que ofertar. También allí pasó algo de calor, porque los aires acondicionados estaban cerrados para ahorrar combustibles.

Al día siguiente, regresó y sorpresivamente este mismo mercado abarrotado de mercancías y los de la televisión cubana filmaban. Todo obedecía a la visita del vicepresidente José Ramón Machado Ventura, a los dirigentes de Villa Clara no les importó, en esa jornada derrochar energía, los aires acondicionados fueron encendidos ¡doble cara la de este gobierno!

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