jueves, 13 de agosto de 2009

ENCRUCIJADAS DEL BÉISBOL CUBANO (I), Guillermo Fariñas Hernández.

La Chirusa, Santa Clara, Villa Clara, 13 agosto del 2009 (FDC). Para la idiosincrasia del pueblo cubano en general, el juego de béisbol forma parte de los rasgos distintivos de la mayoría de los isleños. Los patriotas de esta isla residan donde residan, llevan en su sangre las victorias y derrotas del deporte que es considerado como el nacional.

Como actividad atlética seguida por muchos compatriotas, se transforma en un auténtico espectáculo de masas. Que a su vez está enfrentado a las visicitudes por las que atraviesa la sociedad cubana en su conjunto, léase falta de credibilidad o inseguridad ante el sistema político-social en que se desarrolla.

Cierto es, que en Cuba existe una fuerte tradición beisbolística y se práctica desde las edades más tempranas de la vida, fundamentalmente entre los infantes varones. Una vieja y popular afirmación del refranero cubano dice: “Si nació macho, entonces nació con un bate, una pelota y un guante debajo del brazo”.

Las condiciones materiales en los terrenos e instalaciones donde deben realizar sus primeros pininos los futuros campeones dejan mucho que desear. Por lo general estas son malas, pues los recursos asignados al Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) son pocos, mal empleados y hasta desviados a otros menesteres no deportivos.

Cuba posee un engranaje de campeonatos año tras años celebrados de este deporte, que van desde las ligas escolares de 9-10 años, seguidas de las de 11-12, 13-14 y 15-16. Para complementar con el torneo juvenil de 17 hasta los 21 años, seguido de la Serie Nacional de Béisbol que es la máxima expresión de este juego dentro del archipiélago.

A su vez, por añadidura esencial a este elitismo en esta actividad muscular, paralelamente a la mencionada Serie Nacional se ejecutan las llamadas Liga de Desarrollo y Azucarera. Donde durante el mismo tiempo que el principal show beisbolero discurre otros jugadores practican este deporte y no pocos han llegado a la principal serie.

No obstante a eso, desde el punto de vista organizativo se cuenta a niveles nacional, provincial, municipal e incluso local con campos para su práctica. Lo que se complementa con un cuerpo de entrenadores duchos en su profesión, con nivel superior aprobado y en muchos de los casos ex – cooperantes de la especialidad atlética en otros países.

El clímax en la especialización en esta actividad competitiva lo tienen en primer lugar las Escuelas de Iniciación Deportiva (EIDE), donde los pequeños peloteros son concentrados desde los 10 hasta los 16 años. Posterior a esto los mejores pasan a las Escuelas de Perfeccionamiento Atlético (ESPA), donde les son pulidos sus defectos como atletas.

En el caso específico del béisbol dado su condición de deporte nacional, cuenta con un eslabón adicional en cada una de las provincias, para mejorar el desempeño de los jugadores. Fueron creadas para finales de los años 70, del pasado siglo XX las Academias Provinciales de Béisbol, que tienen como objetivo afinar fallas.

Sin embargo, la asistencia de la Selección Nacional de Béisbol a los últimos eventos internacionales ha causado frustración entre la fanaticada del país. Porque la afición nacional ha tenido que aguantar derrotas de países con una menor tradición beisbolera, pero cuyos directores técnicos y jugadores aplican en el terreno los avances científicos.

Se asegura que los equipos asiáticos como Japón y Corea del Sur, que son los que están hoy en la cima de este deporte a nivel mundial. Utilizan todos los métodos científico-prácticos conocidos para ganar las competencias, que incluyen desde la estimulación financiera hasta las más sofisticadas aplicaciones nutricionales en los atletas.

Algunos entrenadores cubanos en Japón, como el ahora exiliado Orlando Chinea Paret hablaba a sus colegas y admiradores en Santa Clara. Que en aquel lejano país los bateadores y lanzadores eran encerrados en cámaras oscuras a prueba de ruidos aprendían a tener tacto al batear o lanzar con pelotas fosforescentes.

Cuando trató de crear en su patria algo similar, resultó rechazado por la dirigencia del referido INDER, pues debían olvidarse de recursos destinados para levantar sus viviendas y la de sus incondicionales. Incluso Chinea Paret fue tildado de tener “problemas ideológicos”, porque no comprendía la situación de precariedad económica del sistema gubernamental.

Cual principal impedimento para el desarrollo al alto nivel actual del béisbol nacional es la innecesaria politización de esta masiva activa deportiva. Los analistas y manipuladores políticos al servicio del régimen castrista desean a toda costa y a cualquier costo, sacar provechos favorables a la elite de poder cubana de la popularidad del béisbol y sus atletas.


1 comentario:

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