La Chirusa, Santa Clara, Villa Clara, 25 de junio del 2009 (FDC). Hoy por hoy, son pocos los jóvenes cubanos que no admiren la rebeldía implícita en los textos de las canciones del dúo musical “Buena Fe”. Ellas sacan a la luz con melodías pegajosas y atractivas, todo lo de sucio que se encuentran los nacionales en esta sociedad que les tocó vivir.
La desilusión colectiva que padece la gran mayoría del pueblo residente en la isla, se ve reflejada en las melodías tarareadas fundamentalmente por la juventud. A veces hacer catarsis con letras de baladas semisubversivas hace que renazca la esperanza, de que algún día podrán vivir como hombres y mujeres libres en sus públicos pensamientos.
Es sumamente doloroso no poseer esperanza ninguna, ante un sistema político-social que se hace asfixiante para personas con poca experiencia en la vida. Ellos necesitan proyectar sus egos para sentirse realizados como coetáneos e hijos de un mismo momento histórico irrecobrable, que significa para todo ser conciente el haber disfrutado o no de su juventud.
Cuales juveniles expectativas para poder tener resueltos problemas materiales, pero esencialmente los espirituales. Y que nadie vuelva a prometer que ahora es necesario sacrificarse, porque dentro de unos 25 años todo estará resuelto, asunto en que ya le han dado la palabra ocurrirá a los abuelos y padres, sin que nada se haya cumplido hasta ahora.
Donde la profanación de lo preestablecido se constituye en una norma para esa linda y peligrosa edad, que cronológicamente se está bien alejado de la vejez. Precisamente romper con las reglas de los adultos es la conducta propia de todo adolescente, de lo contrario no fueran gentes portadores de nuevas iniciativas.
En verdad ya son poquísimos los temas peliagudos políticamente, no abordados por la pareja de este grupo musical. Todo parece indicar que ellos están autorizados a plantear lo que a otros no les es permitido decir. A veces da la impresión que Israel Rojas y su colega poseyeran una especie de patente de corzo para criticar al gobierno.
Para los sujetos sociales que viven dentro del fenómeno dicotómico denominado “Revolución Cubana” no existen las casualidades. Ellos conocen, aunque sea de un modo intuitivo, que el sistema político sobrevive debido al alto nivel de control social, delación y represión entre los mismos gobernados del archipiélago.
Algunos espectadores algo más maduros se preguntan el motivo de esa tolerancia, respecto a las peliagudas críticas en lo político, social y simbólico de “Buena Fe”. No pocos creen, que alguna mano muy poderosa impide que caigan los sobrados brazos punitivos, sobre estos cantores de la llamada por cierta parte de los críticos especializados, la “canción inteligente”.
Una pregunta realizada en un popular programa de la televisión cubana al líder de “Buena Fe”, el compositor Israel Rojas enciende los focos rojos de la sospecha en los portadores de mayor paranoia. La conocida conductora Edith Masola, lo interrogó con una simple interpelación: ¿De qué especialidad universitaria eres graduado?
Lo que creó una autentica suspicacia entre los teleespectadores, que resultó algo más allá de la propia indagación, fue la respuesta dada por Rojas. El trovador solo dijo e informó a sus muchos seguidores una frase críptica para los demasiados entendidos: “Soy un joven cubano graduado de Licenciatura en Derecho”.
El secreto del asunto está en que no aclaró, en que especialización del derecho se graduó y sobretodo en que lugar se licenció como tal. El cantautor Israel Rojas es Licenciado en Derecho Penal y obtuvo el titulo en la Escuela Superior de Contrainteligencia “Hermanos Martínez Tamayo”, subordinada al Ministerio del Interior.
Tras recibirse, ejerció como represor de oficio en el Departamento de Enfrentamiento a la Actividad Subversiva Enemiga de la Seguridad del Estado, en su natal provincia de Guantánamo, por un periodo de 4 años. Por eso, a lo mejor pretende sustituir al ya envejecido Silvio Rodríguez Domínguez en la manipulación de la juventud, a través de supuestos cantos contestatarios.
La desilusión colectiva que padece la gran mayoría del pueblo residente en la isla, se ve reflejada en las melodías tarareadas fundamentalmente por la juventud. A veces hacer catarsis con letras de baladas semisubversivas hace que renazca la esperanza, de que algún día podrán vivir como hombres y mujeres libres en sus públicos pensamientos.
Es sumamente doloroso no poseer esperanza ninguna, ante un sistema político-social que se hace asfixiante para personas con poca experiencia en la vida. Ellos necesitan proyectar sus egos para sentirse realizados como coetáneos e hijos de un mismo momento histórico irrecobrable, que significa para todo ser conciente el haber disfrutado o no de su juventud.
Cuales juveniles expectativas para poder tener resueltos problemas materiales, pero esencialmente los espirituales. Y que nadie vuelva a prometer que ahora es necesario sacrificarse, porque dentro de unos 25 años todo estará resuelto, asunto en que ya le han dado la palabra ocurrirá a los abuelos y padres, sin que nada se haya cumplido hasta ahora.
Donde la profanación de lo preestablecido se constituye en una norma para esa linda y peligrosa edad, que cronológicamente se está bien alejado de la vejez. Precisamente romper con las reglas de los adultos es la conducta propia de todo adolescente, de lo contrario no fueran gentes portadores de nuevas iniciativas.
En verdad ya son poquísimos los temas peliagudos políticamente, no abordados por la pareja de este grupo musical. Todo parece indicar que ellos están autorizados a plantear lo que a otros no les es permitido decir. A veces da la impresión que Israel Rojas y su colega poseyeran una especie de patente de corzo para criticar al gobierno.
Para los sujetos sociales que viven dentro del fenómeno dicotómico denominado “Revolución Cubana” no existen las casualidades. Ellos conocen, aunque sea de un modo intuitivo, que el sistema político sobrevive debido al alto nivel de control social, delación y represión entre los mismos gobernados del archipiélago.
Algunos espectadores algo más maduros se preguntan el motivo de esa tolerancia, respecto a las peliagudas críticas en lo político, social y simbólico de “Buena Fe”. No pocos creen, que alguna mano muy poderosa impide que caigan los sobrados brazos punitivos, sobre estos cantores de la llamada por cierta parte de los críticos especializados, la “canción inteligente”.
Una pregunta realizada en un popular programa de la televisión cubana al líder de “Buena Fe”, el compositor Israel Rojas enciende los focos rojos de la sospecha en los portadores de mayor paranoia. La conocida conductora Edith Masola, lo interrogó con una simple interpelación: ¿De qué especialidad universitaria eres graduado?
Lo que creó una autentica suspicacia entre los teleespectadores, que resultó algo más allá de la propia indagación, fue la respuesta dada por Rojas. El trovador solo dijo e informó a sus muchos seguidores una frase críptica para los demasiados entendidos: “Soy un joven cubano graduado de Licenciatura en Derecho”.
El secreto del asunto está en que no aclaró, en que especialización del derecho se graduó y sobretodo en que lugar se licenció como tal. El cantautor Israel Rojas es Licenciado en Derecho Penal y obtuvo el titulo en la Escuela Superior de Contrainteligencia “Hermanos Martínez Tamayo”, subordinada al Ministerio del Interior.
Tras recibirse, ejerció como represor de oficio en el Departamento de Enfrentamiento a la Actividad Subversiva Enemiga de la Seguridad del Estado, en su natal provincia de Guantánamo, por un periodo de 4 años. Por eso, a lo mejor pretende sustituir al ya envejecido Silvio Rodríguez Domínguez en la manipulación de la juventud, a través de supuestos cantos contestatarios.
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