jueves, 11 de junio de 2009

LOS DAMNIFICADOS OLVIDADOS, Licet Zamora Carrandi.


Santa Catalina, Santa Clara, Villa Clara, 11 de junio del 2009 (FDC). Cuba es un país donde la temporada ciclónica activa se inicia el 1ro de junio y finaliza el 30 de noviembre. Época en que los cubanos estamos sujetos a los desafíos de la naturaleza, debido a la incertidumbre que nos ha tocado vivir, es que se nos erizan los pelos ante los inminentes anuncios del estado.

Cierto es, que el gobierno toma medidas para evitar las pérdidas de vidas humanas y hasta materiales. Que parten de una evacuación de las familias, almacenar sus bienes personales, así como el resguardo de las entidades estatales. La elite gubernamental deposita todo su empeño en que no se pierda ni se dañe el más minino recurso de la nomenclatura.

La Defensa Civil adjunta al Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias se activa con el objetivo de salvaguardar las vidas, es lo que proclama el (des)gobierno castrista desde hace décadas. Estos no contemplan la existencia de los opositores pacíficos, como sutil represaría y prueba de ello son las decenas de denuncias que surgen tras el azote de las tormentas.

Todo lo que saben a ciencia cierta los isleños, es que luego de pasar un evento meteorológico por encima del archipiélago cubano, los destrozos son horribles. ¿Que puede quedar si en la temporada anterior cruzaron tres ciclones en tan poco tiempo?, por supuesto que no mucho, para no decir que nada.

Es asombroso ver, como en par de horas unas ráfagas de vientos te lo llevan todo. La casa, electrodomésticos, ropas, zapatos de los integrantes de la familia y hasta retratos y adornos. Pero el gobierno de La Habana induce a trabajar en la recuperación estatal del país y no en las perdidas individuales.

Muchas son las familias que hoy viven en distintos albergues preparados para residir de forma provisional por perder sus casas, que en su mayoría ya se encontraban deterioradas por el tiempo que llevaban sin reparar. Motivado por las diferentes trabas que pone el sistema gubernamental para la adquisición de los materiales de construcción.

A diversas incomodidades están sometidos los que allí residen, pues son muchos los afectados que comparten estos albergues, en espera del anunció que pueden comprar los materiales constructivos para levantar sus hogares. Soportar esta situación es una tarea titánica, porque en honor a la verdad casi nunca se hace cierto.

Nadie sabe cual es el orden de primacía, pero la práctica ha demostrado que no es la fabricación de las viviendas de los damnificados, ya que existen programas de edificación como el residencial del reparto José Martí de la ciudad de Santa Clara. Exclusivo para los médicos que regresan de cumplir colaboración en Venezuela y otros países.

De todas formas siempre existen oportunidades para los necesitados, lo único que no abunda es la buena intención de ayudarlos. Ha quedado demostrado con el amplio fondo habitacional desocupado por motivos migratorios, el cual prefieren transformarlas en oficinas estatales, antes de entregarlas a las familias desamparadas.

El Memorial “Ernesto Guevara De la Serna”, situado en el reparto “Virginia”, fue construido con el propósito de depositar los restos del Che y los guerrilleros que murieron junto a él en Bolivia. Pero sucede que por motivos desconocidos por la ciudadanía, el estado amplió la obra con los materiales que niega a los perjudicados.

Cuando llegan los ciclones surge en las conciencias de los cubanos de a pie la burlona frase: “La Revolución no olvida a nadie”, los muertos, fechas históricas, logros de la salud. No menciona la crítica situación económica por la que atraviesa el país y sus ciudadanos. Para miles de pobladores está claro que las prioridades no son para los damnificados olvidados.

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