La Chirusa, Santa Clara, Villa Clara, 12 de junio del 2009 (FDC). El actual gobierno cubano a cada paso que da se contradice una y otra vez. En todos los medios oficialistas de (des) información se aseguró con mucha alegría, que la resolución respecto a Cuba tomada en San Pedro Sula, Honduras había sido una victoria histórica.
Lo único que se hizo fue dejar sin efecto la Resolución VI, adoptada el 31 de enero de 1962, donde se excluía al gobierno de Cuba de la Organización de Estados Americanos de su participación en el Sistema Interamericano. En otras palabras los representantes del estado cubano quedaron fuera por entrar en la orbita soviética.
Esto sin lugar a dudas, resultó todo un triunfo mediático para la fragmentada nomenclatura castro-raulista que detenta el poder en la isla. Por eso, sin abangues de ningún tipo, el rostro del castrismo Randy Alonso Falcón, en su programa de debate “Mesa Redonda” se proyectó triunfalistamente.
Pero otros observadores ven una derrota en esta resolución de la O.E.A. porque en el resuelvo número 2 se plantea: “Que la participación de Cuba en la OEA será el resultado de un proceso de dialogo iniciado a solicitud del Gobierno de Cuba y de conformidad con las prácticas, los propósitos y principios de la OEA”.
En primer lugar, este documento desacredita al doctor Fidel Castro Ruz, quien no se ha cansado de escribir en sus (in) reflexiones que ellos no quieren regresar a la OEA. Lo que fue ratificado por Raúl Castro, en una reunión de hace algo más de un mes en San Salvador de Bahía, Brasil.
Hasta el nuevo canciller Bruno Rodríguez Parrilla ha repetido la mentira, pues el estamento gubernamental fidelista si desea retornar a la O.E.A. Y el propio texto de dicha resolución los delata y se cita: “….Que la participación de Cuba en la OEA será el resultado de un dialogo iniciado a solicitud del gobierno de Cuba…..”.
Es una clara señal de debilidad ante el nuevo contexto económico-político americano. Donde el presidente de los Estados Unidos de América, quita uno tras otro los pretextos a la necesaria confrontación y que ya dejó de ser ilimitada la petro-ayuda de Hugo Chávez Frías, como también su poder de subversión izquierdista.
Mucho más interesante es la última oración de la resolución de marras, que publica: “…. y de conformidad con las prácticas, los propósitos y principios de la OEA”. En esas letras terminales del documento es donde los cubanos prodemocráticos deben aferrarse y exigir de la no aceptación de los hermanos Castro en dicha entidad.
Otros observadores de la realidad nacional, aun con mayor grado de paranoia, creen que está en marcha un complot para introducir al gobierno de Cuba en el seno de la O.E.A. Algo que les hace temer por el desprestigio de esta institución democrática y las consecuencias a pagar si son desatadas las manos de los marxistas de estado.
No exigirle a los gobernantes cubanos que para entrar a la O.E.A. deben cumplir los preceptos de la Carta Inter Americana Democrática sería inmoral. De lo contrario se burlarían de aquellos que dieron la vida, murieron en el exilio, están presos o reciben cotidianas pateaduras, por intentar de modos no violentos traer la libertad para Cuba.
La gobernatura del archipiélago cae constantemente en sorprendentes dicotomías políticas, porque apuesta a jugar al día a día, para lograr mantenerse en el poder. Los patriotas de la isla deben salvaguardarse atentos y denunciar ante el más mínimo indicio cualquiera conspiración contra el pueblo de Cuba en la O.E.A.
cocofari62@yahoo.es
Lo único que se hizo fue dejar sin efecto la Resolución VI, adoptada el 31 de enero de 1962, donde se excluía al gobierno de Cuba de la Organización de Estados Americanos de su participación en el Sistema Interamericano. En otras palabras los representantes del estado cubano quedaron fuera por entrar en la orbita soviética.
Esto sin lugar a dudas, resultó todo un triunfo mediático para la fragmentada nomenclatura castro-raulista que detenta el poder en la isla. Por eso, sin abangues de ningún tipo, el rostro del castrismo Randy Alonso Falcón, en su programa de debate “Mesa Redonda” se proyectó triunfalistamente.
Pero otros observadores ven una derrota en esta resolución de la O.E.A. porque en el resuelvo número 2 se plantea: “Que la participación de Cuba en la OEA será el resultado de un proceso de dialogo iniciado a solicitud del Gobierno de Cuba y de conformidad con las prácticas, los propósitos y principios de la OEA”.
En primer lugar, este documento desacredita al doctor Fidel Castro Ruz, quien no se ha cansado de escribir en sus (in) reflexiones que ellos no quieren regresar a la OEA. Lo que fue ratificado por Raúl Castro, en una reunión de hace algo más de un mes en San Salvador de Bahía, Brasil.
Hasta el nuevo canciller Bruno Rodríguez Parrilla ha repetido la mentira, pues el estamento gubernamental fidelista si desea retornar a la O.E.A. Y el propio texto de dicha resolución los delata y se cita: “….Que la participación de Cuba en la OEA será el resultado de un dialogo iniciado a solicitud del gobierno de Cuba…..”.
Es una clara señal de debilidad ante el nuevo contexto económico-político americano. Donde el presidente de los Estados Unidos de América, quita uno tras otro los pretextos a la necesaria confrontación y que ya dejó de ser ilimitada la petro-ayuda de Hugo Chávez Frías, como también su poder de subversión izquierdista.
Mucho más interesante es la última oración de la resolución de marras, que publica: “…. y de conformidad con las prácticas, los propósitos y principios de la OEA”. En esas letras terminales del documento es donde los cubanos prodemocráticos deben aferrarse y exigir de la no aceptación de los hermanos Castro en dicha entidad.
Otros observadores de la realidad nacional, aun con mayor grado de paranoia, creen que está en marcha un complot para introducir al gobierno de Cuba en el seno de la O.E.A. Algo que les hace temer por el desprestigio de esta institución democrática y las consecuencias a pagar si son desatadas las manos de los marxistas de estado.
No exigirle a los gobernantes cubanos que para entrar a la O.E.A. deben cumplir los preceptos de la Carta Inter Americana Democrática sería inmoral. De lo contrario se burlarían de aquellos que dieron la vida, murieron en el exilio, están presos o reciben cotidianas pateaduras, por intentar de modos no violentos traer la libertad para Cuba.
La gobernatura del archipiélago cae constantemente en sorprendentes dicotomías políticas, porque apuesta a jugar al día a día, para lograr mantenerse en el poder. Los patriotas de la isla deben salvaguardarse atentos y denunciar ante el más mínimo indicio cualquiera conspiración contra el pueblo de Cuba en la O.E.A.
cocofari62@yahoo.es
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