jueves, 11 de junio de 2009

POR PENSAR DIFERENTES, Ramón Jiménez Arencibia.

El Condado, Santa Clara, Villa Clara, 18 de junio del 2009 (FDC). A partir del año 1998 se inició en el país una bien orquestada campaña de propaganda a través de todos los medios masivos de comunicación. Esta resultó bautizada con el nombre de “Batalla de Ideas”, con el claro propósito de tergiversar la realidad cubana.

Esto surgió a raíz del caso Elian González Brotons, el niño que fue llevado por su madre a Estados Unidos de América, los cuales sufrieron en la travesía un naufragio, en la que pereció su progenitora. Según la leyenda al infante unos delfines lograron rescatarlo y luego fue entregado a sus familiares en la ciudad de Miami.

Lo que originó éste hecho, donde el mundo entero conoció cada uno de los detalles de éste proceso, al calor de la inmensa movilización organizada personalmente por Fidel Castro y las organizaciones de masas a él subordinadas. Surgieron las Mesas Redondas, como panel de periodistas acérrimos defensores del sistema totalitario.

Cada vez que se producía algún acontecimiento en la arena internacional, que podía servir para alimentar los sentimientos antinorteamericanos, sistemáticamente azuzados en los pueblos de América Latina. Entonces se realizaban las grandes marchas del pueblo combatiente, copia fiel de las efectuadas por Adolfo Hither en la Alemania.

La acumulación de éstos hechos tan notorios, movilizaciones, mítines, concentraciones provocativas frente a las sedes de muchas embajadas europeas. Que sólo reclaman al gobierno cubano respeto por los derechos humanos, libertad para los presos políticos y de conciencia, además la apertura del camino hacia la democracia.

Esas mismas reacciones, pero con más fuerza, la volcaron contra la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana. Allí instalaron una mal llamada Tribuna Libre Antiimperialista “José Martí”, de donde lanzan constantemente graves insultos contra los funcionarios de aquel centro diplomático.

Batalla, en el diccionario de la Lengua Española tiene los siguientes significados: “Combate, Lucha, Pelea, y la Idea en forma literal es la representación de una cosa en la mente. Modo de ver. Ideas políticas. Intención, cambiar de ideas”. Por lo tanto en Cuba, lo que el gobierno lleva a cabo es la lucha contra el pensamiento libre.

Los agoreros de la dictadura castrista, cuyos mejores exponentes los encontramos en la Mesa Redonda todos los días, olvidan un principio expresado por la propia Dialéctica Marxista, que reza directamente: “La lucha de contrarios es la fuente del desarrollo”.

Sólo ellos, los acólitos del fidelismo son los dueños del espectáculo, a los únicos que les está permitido hablar, difamar y calumniar. Porque parece que tuvieran miedo debatir sus “triunfantes” ideas con los adversarios políticos, esto en buen cubano se diría que están arratonados ante el debate.

Durante 50 años, ha prevalecido el terror más atroz, la falta de libertad de expresión, las violaciones abiertas de los derechos humanos, la persecución y el acoso a todo aquel que no comulgara con el sistema. ¿Donde está la Batalla de Ideas que tanto pregonan?, ¿Quiénes pueden utilizar los medios de prensa?

Faltan a la más elemental ética y actúan con ridiculez, cuando atacan verbalmente estos epígonos de los hermanos Castro, nombrados Randy Alonso, Lázaro Barrero, Reinaldo Taladrid y Arleen Rodríguez. Desde sus cómodos asientos lanzan epítetos contra quienes se oponen a la perpetuación de la dinastía gobernante.

Desarrollan furibundas embestidas contra los líderes del movimiento disidente, versus los hombres y mujeres que arriesgándolo todo, se lanzan a un combate desigual. “Frente a los que le roban a los pueblos su libertad de información, que es robarle a los hombres su decoro”, si parafraseamos a José Martí.

Palizas, encarcelamientos, acosos permanentes, amenazas de imponerles largas condenas de prisión, como hicieron con 75 patriotas en el 2003. Además de calumnias, chantajes y agresiones físicas, todo ocurre sin que éstos tengan una tribuna para denunciar y defender su verdad.

Sucede esto en la Cuba actual por solo atreverse a pensar diferente, a discrepar del pensamiento oficial y luchar por el cambio democrático. Algunos perciben a los luchadores prodemocráticos como dementes, no porque les falta razón sino debido al inescrupuloso aparato represivo que arrostran.

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