jueves, 18 de junio de 2009

DEMASÍAS DE CARESTÍAS, Feliberto Pérez Del Sol.

Sakenaff, Santa Clara, Villa Clara, 18 de junio del 2009 (FDC). La carencia de lo elemental para intentar llevar una vida digna, dentro de la isla de Cuba, afecta hoy a la mayoría de las familias. Los hogares cubanos no conocen una esfera de su complejo engranaje marcado por la abundancia.

Casi todos los isleños de lo más que suelen lamentarse, es lo referido a la alimentación y lo difícil que resulta encontrar los componentes de esta. Llevarse a la boca una magra ración, adquirida de manera honrada, de arroz, frijoles y viandas puede costarles dos jornales a cualquier compatriota.

Un núcleo donde conviven abuelos, hijos y nietos bajo un mismo techo da una medida del problema habitacional existente, además del caos reinante. Este compuesto que aglutina hasta cuatro descendencias es capaz de agudizar el conflictivo choque generacional presente

El calzado junto a la ropa, han pasado a primerísimo lugares en las escala de privaciones padecidas por los nuestros. El bajo poder adquisitivo de la moneda nacional unido a los altos costos de estos productos hacen imposible comprarle a un hijo el atuendo necesario para todo un año.

Estos ejemplos de penurias antes expuestos generan, tal vez, uno de los problemas viscerales que más dañan a la sociedad actual, el divorcio. La aglomeración de necesidades conocidas como de primer orden han intensificado el deterioro de las relaciones humanas, en este caso la ruptura nupcial

El déficit de bienes materiales, derivado de una política absurda, ha incidido en que gran número de domicilios tengan un miembro al menos, desperdigado en el extranjero. El desmembramiento familiar provocado por la perenne crisis ha hecho de la emigración un tortuoso camino a seguir por los criollos.

Refugiados en el alcohol, encontramos una enorme cantidad de ciudadanos que al no hallar salida a su constante estrechez optan por estas prácticas. Evadir la realidad embriagándose ante las falta de aspiraciones, es una vía altamente frecuentada por personas de nuestra más cercana convivencia

Al observar desde este balcón que son nuestros ojos, los escarpados caminos que nos impone la vida, no hay espacio para la autoculpabilidad. La familia cubana necesita sacudirse de esa red asfixiante y compleja que es el estado “protector,” capaz solamente de crear demasías de carestías.

1 comentario:

  1. Saludos. Muy interesante su comentario en el que refleja la destrucción de la familia cubana por los problemas económicos que padece el pueblo.

    Como me gusta intercambiar con ustedes, aqui les escribo mis criterios sobre este tema.

    Nací en otra época y conocí hogares muy humildes, con tres o cuatro generaciones conviviendo en el mismo espacio, en paz y armonía porque se sentían unidos por los lazos no solo sanguíneos, sino afectivos. Donde el amor, el respeto, la consideración y la solidaridad entre todos hacían que se compartiera con alegría lo poco que se tenía.
    Recuerdo un refrán de esa epoca que decía: "un boniato compartido con amor, lleva a la gloria, manjares con rencor, solo dan dolor.
    Y no es que defienda la miseria material, sino que creo que lo que está acabando con la familia en Cuba es también la miseria humana. Miseria acumulada producto de tanta frustración individual y colectiva. Miseria humana engendrada desde el mismo momento en que se estimuló la separación de la familia, se perdió el respeto y el sentido de pertenencia y de responsabilidad con la familia. Ahí se jodío el amor, tan necesario para poder enfrentar unidos, como núcleo familiar, los grandes retos, no solo económicos sino también a los que conllevan la responsabilidad de la crianza y educación de los hijos y el cuidado de los mayores, de los enfermos, de los ancianos, el mutuo cuidado de todos y cada uno de los miembros de la familia.
    Creo que además de las tantas preocupaciones que agobian a la familia cubana por la carestía de la vida, debido a los altos precios de los articulos de primera necesidad que están muy por encima de las posibilidades reales de adquirirlos cuando solo se cuenta con el salario, tambien hay que tener en cuenta la falta de un proyecto de vida en común de la mayoría de las parejas matrimoniales.
    Es muy dificil fundar una familia cuando falta un proyecto de vida en comun, saber de dónde se parte y adónde se quiere y se puede llegar. Creo que en Cuba muchas familias han perdido la perspectiva de vida en comun como familia, como núcleo que se auto protege así mismo debido a que cada cual siente una carga muy grande al no poder aportar lo que desea para que la familia satisfaga todas sus necesidades, no solo las elementales.
    Los padres quieren darle a sus hijos lo mejor, se esfuerzan y no lo logran por muchas razones. Lo material cuesta demasiado caro y la otra parte, la espiritual, digamos el amor, la dedicación, el mimo, la ternura , la paciencia, el respeto y la dedicación a los seres queridos, requiere tiempo juntos. Pero tiempos no para pelear sino para disfrutar con alegría todo lo hermoso, bueno y sublime que nos rodea...
    Pero si lo que nos rodea está lleno de problemas, de odios, de rencores, de envidias, de frustraciones y malos tratos... Se fastidia el amor y el boniato sabe a infierno y los manjares mejor ni hablar de ellos, porque conseguirlos a veces pone en peligro hasta la propia vida.
    Esperanza.

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