jueves, 16 de julio de 2009

CÓMO ZOE VALDÉS INCURSIONÓ EN CAMAJUANÍ, Joaquín Cabezas De León.

Camajuaní, Villa Clara, 16 de julio del 2009 (FDC). Cuba es un país donde la paradoja se apropió increíblemente de la sociedad. Una prueba irrefutable de esta afirmación es el extraño modo en que La nada cotidiana, novela de la escritora cubana Zoe Valdés, llegó al municipio de Camajuaní, provincia de Villa Clara.

No fue de la mano de un laborioso bibliotecario del Instituto Cubano del Libro (ICL), ni su venta se efectuó en la desolada librería municipal, donde se exhiben los mismos libros de siempre que nadie lee. Ni siquiera un empleado del estado muy estudioso de la literatura la localizó al navegar en Internet.

Su arribo fue algo inverosímil, pues vino de la mano de una exitosa jinetera sin hábito de lectura, se la obsequió a un profesor de inglés. Y según le expresó: “Yo no estoy para novelas, usted quiere mejor novela que mi propia vida y el pepe tan educado hasta me la dedicó con las palabras Nada más que lo mejor, te desea, Javier”.

La nada cotidiana se convirtió en todo un acontecimiento editorial aquí. Igual aceptación solo han tenido el documento “La Patria es de Todos” y algunos números de la revista “Encuentro de la Cultura Cubana”. De pronto todos los camajuanenses de cualquier signo ideológico desean leer la famosa novela de la literata exiliada.

Existen comentarios de que ortodoxos funcionarios de la cultura también la escrutaron. En fin de cuentas aquellos que dicen representar a la Patria al igual que la merolica Yocandra, el traidor a si mismo y a su familia, la gusana, el nihilista. Y muchos otros que son de alguna forma un poco de todos nosotros mismos e hijos de “una isla que quiso intentar construir el paraíso”.

Decía ese gran bibliotecario y narrador nombrado Jorge Luís Borges que “la certidumbre de que todo está escrito nos anula”. Nosotros los cubanos que como manifesté al principio, vivimos en una isla sumergida en la paradoja, que en ella se realizó una campaña masiva de alfabetización y existen más escuelas y maestros que en ningún otro lugar de América

Pero podemos afirmar, si parafraseamos a ese mismo Borges: “….la certidumbre de que casi todo está por leer nos aterra”. Por eso y no por otra cosa se teme que la gran parte de la ciudadanía nacional hojee escritos de la señora y compatriota Zoe Valdés, como si el conjunto de sus composiciones literarias fueran malignas para algunos.

Los “monjes neoestalinistas tropicales” quienes son nuestros compatriotas, esos que deciden lo que se puede publicar o no. Ellos que inventaron las pírricas batallas ideológicas para descalificar y excluir por decreto estatal todo lo que es ajeno a sus dogmas, nos niegan el derecho de leer a famosos escritores cubanos.

De la talla de Guillermo Cabrera Infante, Carlos Alberto Montaner, Leví Marrero, por citar sólo un trío de estos. Porque para vergüenza de la cultura cubana y sobretodo de sus máximos responsables la lista hasta ahora es infinita e incluye a innumerables maestros de narrativa o la poesía de otras latitudes.

Los cubanos no sólo tienen que apelar al mercado soterrado para adquirir alimentos de primera necesidad. Ellos se la ingenian también para satisfacer sus necesidades espirituales, como es leer aquellos libros que dignifican el alma, que inflaman la razón y como decía Unamuno: “Leer, leer, vivir la vida que otros soñaron”

Y es en este contexto donde aparecen para fortuna de muchos y desventura de los “monjes neoestalinistas tropicales” una red de bibliotecas independientes. Que de modo callado, pero perseverante comienzan a irradiar el horizonte de los exigentes lectores y hacen profundas grietas en el muro de la censura.

Para los maximalistas, que buscan los grandes golpes, lo tremendo, las bibliotecas independientes pueden pasar desapercibidas en su verdadera dimensión. Son los minimalistas que saben, porque leyeron que las pirámides de Egipto se construyeron piedra a piedra, eslabón a eslabón, que la vida es un proceso de eterno aprendizaje y que la democracia, esa aspiración del “animal político” es la vinculación de “instituciones” y “disposiciones culturales”.

Estas afloran por supuesto antes que las instituciones emerjan, esto lo conocen perfectamente los minimalistas. O sea que las bibliotecas independientes son una simiente de un espacio cultural, plural, crítico y autónomo, una suerte de candil en el túnel del totalitarismo. Como se inició esta salutación fraterna a ellas, las bibliotecas alternativas.

Esta referencia a una destacada narradora cubana en la diáspora demuestra que la cultura no tiene fronteras y mucho menos barreras ideológicas. Se concluye al apelar a la frase de un laureado poeta cubano, el amigo Sigfredo Ariel, para resumir, eso es lo hermoso de la poesía, su poder de síntesis, que las bibliotecas independientes son: “La luz, brother, la luz”.

4 comentarios:

  1. JOAQUINITO AUNQUE SE QUE ZOE VALDES ES UNA ESTRELLA SE QUE ERES TODO UN CABALLERO Y NI CON EL PETALO DE UNA ROSA DAñARIAS A UNA MUJER PORQUE DE AHI SALIERON LOS HOMBRES AQUELLOS QUE SABEN LO QUE ES UNA MADRE NO SE ATREVERIAN A HACERLO . KEEP GOING . ME ENCANTO TU TRABAJO TE DI LA LUZ . ESTAMOS CANSADOS DE POLITICA BROTHER .

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  2. Club de Camajuani .18 de julio de 2009, 8:31

    Joaquin me encanta que estes ahi , para que lleves tu paz , ecuanimidad , inteligencia y luz a otros . Felicidades . Gracias .

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  3. Roberto de la Chirusa .18 de julio de 2009, 18:30

    BROTHER , I AM GOING TO GIVE YOU GREEN LIGHT .

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  4. Estimado Joaquín Cabeza de León, estimado amigo no sé donde te halles en este momento, pero este amigo Domingo Hernandez, el de Placetas aquel que obtuvo un premio, quizás inmerecido, porque no creo que mi obra tuviese tantos valores, en el Concurso " Espuelas de Plata", desde aquí del exilio te envío un saludo; ojalá que te halles bien con toda tu familia; un saludo afectuoso de Domingo Hernandez.

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