Sakenaff, Santa Clara, Villa Clara, 30 de julio del 2009 (FDC). Durante el último lustro del siglo XIX, Cuba se encontraba sumergida en su lucha por la independencia del colonialismo español. En Santa Clara, por su parte, ocurrió un hecho luctuoso, el 23 de marzo de 1896, cayeron en combate el coronel del Ejercito Libertador Leoncio Vidal Caro y su ayudante el cabo Ramón Brito.
Concluida la guerra, los cubanos esperaban con anhelo el advenimiento de la republica, llegada esta el 20 de mayo del 1902, se pretendió la reconstrucción total de la isla. Para ello se celebró aquí, ese mismo año, la Feria Exposición Regional Agrícola-Industrial, de la que dijo el primer presidente de la república: “Este es el mejor Arco de Triunfo levantado en mi camino”.
El 2 de enero de 1909, moría en Paris Marta Abreu de Estévez, hija ilustre de esta ciudad. Los santaclareños y el Ayuntamiento Municipal guardárosles luto, el Senado de la República la honró en sesión extraordinaria, donde Salvador Cisneros Betancourt comentó: “…ha muerto la mujer más grande de nuestros tiempos…lo abarcó todo, en todos los ordenes del apostolado”.
Corría el año 1916 y las violentas elecciones para la reelección del general Mario García Menocal provocaron divisiones hasta en lo cultural. Los conservadores menocalistas abandonaron el liceo, considerado para ellos “campamento” de los liberales y pusieron sus sillones en la terraza del Unión Club, altos del Teatro “La Caridad”.
El clima eleccionista creció y provocó la revolución de 1917, la cual terminó con el encuentro entre “leales” y “rebeldes” en una comarca de la región central. El general villareño José Miguel Gómez, jefe de aquel movimiento y primer gobernador constitucional de Villa Clara, cayó prisionero en el poblado Caicaje, cercano a Báez.
Florentino Martínez Rodríguez “Floro”, poeta local se adjudicó, en 1910, el primer premio de un certamen literario convocado por El Liceo Villa Clara, con el trabajo “La leyenda de la Cruz del Puente”. Para 1917, Justiniano A. Pedraza, político y poeta, presidió La Peña Unión Club hasta su muerte en 1939. El Ateneo Villa Clara y su tertulia se fundaron en 1919, por el periodista Sergio Álvarez Mariño y el doctor Rafael García Pérez.
Fueron pequeños los locales donde radicó la sala de la tertulia del Ateneo Villa Clara debido a la situación económica. Su primera sede fue en la calle Marta Abreu, contigua al café “El Parisien”, hoy pizzería “La Toscana”, pasó por la esquina de Renacimiento con Villuendas y el salón cedido por el liceo que daba a la calle Padre Chao, así como el saloncillo de la Biblioteca “José Martí”.
La imagen del centro de Santa Clara en su cumpleaños 236 se transformó, al eliminar unos elementos e incorporar otros. El 15 de julio de 1925 se inauguró el Parque “Leoncio Vidal”, después de una total remodelación, para ello se demolió la Parroquial Mayor y se colocó un monumento a Marta Abreu, en el lugar que ocupara la Pila Baustimal de la mencionada iglesia.
Los años 40, fueron pródigos en la materialización de proyectos en pos de una mayor diversificación de la cultura local. 1941 fue el año del debut de la Orquesta Sinfónica de Las Villas. En 1948, fue inaugurada la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas y un año más tarde surgió la revista de acción católica “Adelante”.
Mucho se ha dicho sobre la fundación de la villa de Santa Clara próxima a un árbol de tamarindo, el cual parece haber sido talado, en 1918. Para 1923, se colocó una tarja a un nuevo tamarindo, que se sembró cerca de la Iglesia “El Carmen” y en 1952 se creó un monumento a su alrededor, el cual fue declarado Monumento Nacional a mediados de 1991.
Obras de carácter social y religiosa se vieron culminadas en la última década republicana, gracias a los donativos de Eutimio Falla Bonet. Se construyó en 1952, La Clínica Dispensario “Dolores Bonet” y el Asilo del Niño. Para 1956, el propio Bonet sufragó la Escuela “Casa Salesiana Rosa Pérez Velanca”, donde continuaban los niños del asilo sus estudios.
Otra construcción puramente eclesiástica vio la luz gracias a la perseverancia del padre Ángel Tudurí tras la forzosa demolición sufrida en la Parroquial Mayor. Tudurí no cedió en su empeño de construir un templo para los parroquianos afectados y coronó su obra al concluirse en 1954, La Catedral Santa Clara de Asís, aunque no llegó a verla terminada, pues murió en 1948.
Casi toda Cuba deseaba, para fines de los años 50 del pasado siglo XX, el triunfo guerrillero aparentemente liderado por un joven llamado Fidel Castro. Santa Clara fue un hervidero de acciones encaminadas a derrocar la dictadura impuesta por el general Fulgencio Batista. La batalla librada aquí en diciembre de 1958, fue crucial para terminar con el gobierno existente.
Concluida la guerra, los cubanos esperaban con anhelo el advenimiento de la republica, llegada esta el 20 de mayo del 1902, se pretendió la reconstrucción total de la isla. Para ello se celebró aquí, ese mismo año, la Feria Exposición Regional Agrícola-Industrial, de la que dijo el primer presidente de la república: “Este es el mejor Arco de Triunfo levantado en mi camino”.
El 2 de enero de 1909, moría en Paris Marta Abreu de Estévez, hija ilustre de esta ciudad. Los santaclareños y el Ayuntamiento Municipal guardárosles luto, el Senado de la República la honró en sesión extraordinaria, donde Salvador Cisneros Betancourt comentó: “…ha muerto la mujer más grande de nuestros tiempos…lo abarcó todo, en todos los ordenes del apostolado”.
Corría el año 1916 y las violentas elecciones para la reelección del general Mario García Menocal provocaron divisiones hasta en lo cultural. Los conservadores menocalistas abandonaron el liceo, considerado para ellos “campamento” de los liberales y pusieron sus sillones en la terraza del Unión Club, altos del Teatro “La Caridad”.
El clima eleccionista creció y provocó la revolución de 1917, la cual terminó con el encuentro entre “leales” y “rebeldes” en una comarca de la región central. El general villareño José Miguel Gómez, jefe de aquel movimiento y primer gobernador constitucional de Villa Clara, cayó prisionero en el poblado Caicaje, cercano a Báez.
Florentino Martínez Rodríguez “Floro”, poeta local se adjudicó, en 1910, el primer premio de un certamen literario convocado por El Liceo Villa Clara, con el trabajo “La leyenda de la Cruz del Puente”. Para 1917, Justiniano A. Pedraza, político y poeta, presidió La Peña Unión Club hasta su muerte en 1939. El Ateneo Villa Clara y su tertulia se fundaron en 1919, por el periodista Sergio Álvarez Mariño y el doctor Rafael García Pérez.
Fueron pequeños los locales donde radicó la sala de la tertulia del Ateneo Villa Clara debido a la situación económica. Su primera sede fue en la calle Marta Abreu, contigua al café “El Parisien”, hoy pizzería “La Toscana”, pasó por la esquina de Renacimiento con Villuendas y el salón cedido por el liceo que daba a la calle Padre Chao, así como el saloncillo de la Biblioteca “José Martí”.
La imagen del centro de Santa Clara en su cumpleaños 236 se transformó, al eliminar unos elementos e incorporar otros. El 15 de julio de 1925 se inauguró el Parque “Leoncio Vidal”, después de una total remodelación, para ello se demolió la Parroquial Mayor y se colocó un monumento a Marta Abreu, en el lugar que ocupara la Pila Baustimal de la mencionada iglesia.
Los años 40, fueron pródigos en la materialización de proyectos en pos de una mayor diversificación de la cultura local. 1941 fue el año del debut de la Orquesta Sinfónica de Las Villas. En 1948, fue inaugurada la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas y un año más tarde surgió la revista de acción católica “Adelante”.
Mucho se ha dicho sobre la fundación de la villa de Santa Clara próxima a un árbol de tamarindo, el cual parece haber sido talado, en 1918. Para 1923, se colocó una tarja a un nuevo tamarindo, que se sembró cerca de la Iglesia “El Carmen” y en 1952 se creó un monumento a su alrededor, el cual fue declarado Monumento Nacional a mediados de 1991.
Obras de carácter social y religiosa se vieron culminadas en la última década republicana, gracias a los donativos de Eutimio Falla Bonet. Se construyó en 1952, La Clínica Dispensario “Dolores Bonet” y el Asilo del Niño. Para 1956, el propio Bonet sufragó la Escuela “Casa Salesiana Rosa Pérez Velanca”, donde continuaban los niños del asilo sus estudios.
Otra construcción puramente eclesiástica vio la luz gracias a la perseverancia del padre Ángel Tudurí tras la forzosa demolición sufrida en la Parroquial Mayor. Tudurí no cedió en su empeño de construir un templo para los parroquianos afectados y coronó su obra al concluirse en 1954, La Catedral Santa Clara de Asís, aunque no llegó a verla terminada, pues murió en 1948.
Casi toda Cuba deseaba, para fines de los años 50 del pasado siglo XX, el triunfo guerrillero aparentemente liderado por un joven llamado Fidel Castro. Santa Clara fue un hervidero de acciones encaminadas a derrocar la dictadura impuesta por el general Fulgencio Batista. La batalla librada aquí en diciembre de 1958, fue crucial para terminar con el gobierno existente.
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