jueves, 2 de julio de 2009

EL COMERCIO INTERIOR CUBANO, Fernando Reyes Pérez.

El Condado, Santa Clara, Villa Clara, 2 de julio del 2009 (FDC). La falta de organización de la economía cubana trae la anarquía en el comercio minorista. Esto unido al ineficiente y absurdo andamiaje burocrático son los que hace que el patrimonio económico de la isla no posea una adecuada hacienda interna.

Podemos poner como ejemplo, que Cuba es el único país del mundo donde el servicio gastronómico es todavía propiedad estatal. Este aferramiento de la nomenclatura castrista sería para cualquier gobierno del mundo un absurdo asumirlo y solo denota la caducidad de quienes tienen el poder.

Por los abusos del totalitarismo que rige política y económicamente todos los aspectos fundamentales de la sociedad cubana. Cuestión que no deja que los nacionales puedan tener propiedad privada, pues eso iría contra los principios del gobierno, que a través de sus medios de propaganda e información sataniza los empujes individuales.

De intensificarse la iniciativa empresarial del cubano como ente alternativo al régimen, desde luego estos no dependerían en absoluto del estado. Una peligrosa manera de comenzar a perder poder económico, pero esencialmente se aflojaría el control político-social que ahora existe, al no vivir a cuenta del empleo con las entidades estatales.

Ya sería hora que los gobernantes del archipiélago miraran lo que ocurre con las economías de los otros países que aun se proclaman socialistas, como es el caso de China y Viet Nam. Debido a que sus dirigentes hace mucho tiempo subastaron todas las industrias productivas a manos privadas de sus ciudadanos o inversores extranjeros.

En el caso de la llamada industria de los servicios hacen décadas que pasaron a manos de propietarios particulares, allí están incluidas la gastronomía y el comercio interior de esos aliados ideológicos del totalitarismo tropical. Pero de estos cambios aquí en Cuba no pueden hablarse y mucho menos proponerse su aplicación.

De hacerlo así los actuales gobernantes cubanos, el estado se ahorraría el dedicar casi el 80 % de los recursos para esta actividad en el país. Mientras el tesoro de la nación se beneficiaría por el ingreso al fisco por las ganancias de los compatriotas que realizarían este trabajo, sin trabas del estado de ningún tipo.

También podría ser una razón por la cual resurgiría una fuente de empleo bien renumerada y que mantendría una alta motivación laboral de un considerable segmento de la población. Que en el momento actual están desmotivados por las magras cuotas salariales que no satisfacen ni medianamente las necesidades de los cubanos de a pie.

Ganancias que pudieran dedicarse a otras funciones sino fueran dilapidadas por algunos funcionarios corruptos que están proliferando con la situación económica del país. Debido a que en la percepción social de los cubanos residentes en la isla, ser corrupto o mejor dicho ser ladrón es visto como un modo de poseer iniciativa ante los negocios.

La vida del cubano en los próximos meses pudiera ser aun más difícil, reproduciéndose de nuevo los momentos más peliagudos del Periodo Especial. Por lo que si se liberaran las trabas para que el pueblo pueda realizar sus servicios por cuenta propia, aliviaría en algo a paliar la situación que se nos avecina, todos sabremos lo emprendedor que es este pueblo.

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