El Condado, Santa Clara, Villa Clara, l6 de julio del 2009 (FDC). En el año 2000, el Partido Comunista de Cuba se dio a la tarea de seleccionar a un grupo de empresas, para aplicar un nuevo sistema de dirección empresarial. La cual se basó en las experiencias obtenidas en las entidades militares, cuyos resultados deben imitar el resto de los sectores productivos del país.
La baja productividad registrada en las empresas estatales, la ineficiencia en el manejo de los recursos materiales, financieros y humanos, ha sido la característica principal, que ha distinguido a todas las ramas de la economía nacional. Creer resolver esta situación ha otorgado cierta descentralización en la base por lo que ha sido un error.
Tenemos el ejemplo de una industria en Villa Clara, de subordinación nacional, cuyo objeto social es la producción de bebidas alcohólicas. Esta fue una de las escogidas por el Ministerio de la Industria Alimenticia para entrar en el Sistema de Perfeccionamiento Empresarial. El Consejo de Dirección de la misma recibió a tales efectos un ciclo de preparación.
Como requisitos básicos para ser aprobadas se exige poseer estas condiciones: Contabilidad Confiable, Aseguramiento de Recursos y Garantía de Mercado. Los trabajadores de las Unidades Empresariales de Base subordinadas al núcleo central, mediante diferentes seminarios aprendieron a recitar de memoria éstos principios.
El Director General por lo que había oído de los organismos rectores y del Grupo Ejecutivo de Perfeccionamiento Empresarial, planteó a los trabajadores en las diferentes asambleas en las que participo, que cada uno iba a llevar en forma metafórica una carretilla de pesos para sus casas e iban a palear sus necesidades.
Después de muchos años de descalabros en los métodos de dirección empresarial, los que producen las riquezas del país estaban contentos por las perspectivas que teóricamente se abrían ante ellos. Estas contemplan diferentes sistemas de pagos, que incluyen premios y penalizaciones, además de un mayor autofinanciamiento e independencia relativa.
A partir del año 2002, fecha en que el Grupo Ejecutivo del Consejo de Ministros aprobó el expediente de perfeccionamiento a ésta entidad. Comenzó el triste itinerario, con el que constantemente han chocado sus trabajadores, cual dura realidad económica que vive el país, envuelto en una falta de recursos materiales y financieros acuciantes.
Se autorizaba a las empresas para que de las utilidades alcanzadas al cierre del año, después de cumplir con las obligaciones establecidas de pago. Como aportes al Fondo para Contingencias, Impuesto sobre Utilidades, Pagos por el Rendimiento de la Inversión Estatal y del Saldo Libre de Ganancias, se distribuyera una parte a los trabajadores.
Nada de lo que teóricamente se planteó que se lograría con esta nueva modalidad de dirección se ha convertido en realidad, todo es pura ficción. Los trabajadores plantean con éstos sistemas de pagos, que trabajan bajo la perenne amenaza de penalización por no cumplir con las unidades físicas planificadas, por la falta de materias primas.
Carlos Lage Dávila, defenestrado recientemente de sus cargos en el partido y gobierno prohibió la distribución del Saldo Libre de Ganancia entre los Trabajadores. Además las entidades perdieron la facultad de controlar y utilizar sus recursos monetarios, ya que los ingresos deben ir a la Cuenta Única Nacional.
Por ello encontramos descontento entre la masa laboriosa del país, falta de estimulo para el trabajo, rechazo a un sistema de dirección que jamás podrá ser más eficiente que el obtenido por los capitalistas. Por más que se invente no se podrá sacar a flote un sistema que propagandiza la igualdad y solo explota al hombre.
Hasta el momento la evaluación que se ha hecho arroja lo siguiente, persisten los malos controles económicos, dificultades en la vinculación del salario a los resultados, graves afectaciones a la producción por falta de materias primas, insuficiencia financiera y constantes fraudes contables. Todo esto evidencia el mal momento del Sistema de Perfeccionamiento Empresarial.
La baja productividad registrada en las empresas estatales, la ineficiencia en el manejo de los recursos materiales, financieros y humanos, ha sido la característica principal, que ha distinguido a todas las ramas de la economía nacional. Creer resolver esta situación ha otorgado cierta descentralización en la base por lo que ha sido un error.
Tenemos el ejemplo de una industria en Villa Clara, de subordinación nacional, cuyo objeto social es la producción de bebidas alcohólicas. Esta fue una de las escogidas por el Ministerio de la Industria Alimenticia para entrar en el Sistema de Perfeccionamiento Empresarial. El Consejo de Dirección de la misma recibió a tales efectos un ciclo de preparación.
Como requisitos básicos para ser aprobadas se exige poseer estas condiciones: Contabilidad Confiable, Aseguramiento de Recursos y Garantía de Mercado. Los trabajadores de las Unidades Empresariales de Base subordinadas al núcleo central, mediante diferentes seminarios aprendieron a recitar de memoria éstos principios.
El Director General por lo que había oído de los organismos rectores y del Grupo Ejecutivo de Perfeccionamiento Empresarial, planteó a los trabajadores en las diferentes asambleas en las que participo, que cada uno iba a llevar en forma metafórica una carretilla de pesos para sus casas e iban a palear sus necesidades.
Después de muchos años de descalabros en los métodos de dirección empresarial, los que producen las riquezas del país estaban contentos por las perspectivas que teóricamente se abrían ante ellos. Estas contemplan diferentes sistemas de pagos, que incluyen premios y penalizaciones, además de un mayor autofinanciamiento e independencia relativa.
A partir del año 2002, fecha en que el Grupo Ejecutivo del Consejo de Ministros aprobó el expediente de perfeccionamiento a ésta entidad. Comenzó el triste itinerario, con el que constantemente han chocado sus trabajadores, cual dura realidad económica que vive el país, envuelto en una falta de recursos materiales y financieros acuciantes.
Se autorizaba a las empresas para que de las utilidades alcanzadas al cierre del año, después de cumplir con las obligaciones establecidas de pago. Como aportes al Fondo para Contingencias, Impuesto sobre Utilidades, Pagos por el Rendimiento de la Inversión Estatal y del Saldo Libre de Ganancias, se distribuyera una parte a los trabajadores.
Nada de lo que teóricamente se planteó que se lograría con esta nueva modalidad de dirección se ha convertido en realidad, todo es pura ficción. Los trabajadores plantean con éstos sistemas de pagos, que trabajan bajo la perenne amenaza de penalización por no cumplir con las unidades físicas planificadas, por la falta de materias primas.
Carlos Lage Dávila, defenestrado recientemente de sus cargos en el partido y gobierno prohibió la distribución del Saldo Libre de Ganancia entre los Trabajadores. Además las entidades perdieron la facultad de controlar y utilizar sus recursos monetarios, ya que los ingresos deben ir a la Cuenta Única Nacional.
Por ello encontramos descontento entre la masa laboriosa del país, falta de estimulo para el trabajo, rechazo a un sistema de dirección que jamás podrá ser más eficiente que el obtenido por los capitalistas. Por más que se invente no se podrá sacar a flote un sistema que propagandiza la igualdad y solo explota al hombre.
Hasta el momento la evaluación que se ha hecho arroja lo siguiente, persisten los malos controles económicos, dificultades en la vinculación del salario a los resultados, graves afectaciones a la producción por falta de materias primas, insuficiencia financiera y constantes fraudes contables. Todo esto evidencia el mal momento del Sistema de Perfeccionamiento Empresarial.
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