Santa Catalina, Santa Clara, Villa Clara, 23 de julio del 2009 (FDC). Cuba celebra El Día de los Niños, los 19 de julio, por iniciativa del comandante en jefe Fidel Castro Ruz, en el Palacio Nacional de Pioneros Ernesto (Che) Guevara de La Habana. Un día para que los infantes puedan festejar, salir con sus padres, como es ya costumbre dedicarles los domingos a sus hijos.
Según el diario Juventud Rebelde, el 19 de julio del presente, en la capital se festejo la señalada fecha, en el Parque de Diversiones de Alamar, donde participaron payasos, equilibristas y malabaristas de La Compañía de Circo “Edwin Fernández” y el grupo de teatro “La Colmenita”. Esto es solo una pequeña cobertura que anticipó la prensa plana como parte de los agasajos.
Por otra parte, se habla con respecto al campamento de pioneros Isla de los Niños, en Cayo Saetía, provincia Holguín, la cantidad de chicos que alberga en el trascurso del año y la capacidad de alojamiento para 500 pioneros. Eso sí, con el requisito indispensable de ser vanguardias, es esa una de las salvedades que hay que tener para ser un visitante allí.
En las provincias centrales, existe también un campamento pioneril, conocido popularmente como “La Tatagua”, en el cual para visitarlo se requiere de la misma regla, o sea ser los primeros en las tareas progubernamentales. Si el niño no es aventajado en el rendimiento escolar y el político, no merece visitar este centro.
A pesar de las reglas que pueden ser establecidas por el gobierno y el Ministerio de Educación, para el disfrute de los campamentos pioneriles, nos encontramos con bastante frecuencia infortunios de no poder participar de esos campamentos. Por ejemplo las generaciones nacidas a partir de los años 80, casi desconocen de la existencia en la zona central del país de estos.
Al igual desconocen el campamento de Varadero, donde solo van los extranjeros e igualmente no saben del balneario “Tarará” en La Habana, exclusivo para que se hospeden los niños del accidente de Chernobil, de Ucrania y Rusia. Es muy gratificante dar la mano al necesitado, sobre todo en cuestiones de salud, pero. ¿Por qué olvidarse de los pequeños nacionales?
Lo que no se puede entender es el empeño que siempre pone el gobierno, el partido y los dirigentes de la Revolución Cubana en quitarles a los cubanos, en este caso a los niños uno de los pocos disfrutes a los que tenían derecho, pese a las exigencias. Nada amigos hay un refrán que reza: “Candil de la calle y oscuridad de la casa”, quizás eso lo explique todo.
También se agasajaban con los juguetes que se vendían por El Día de los Niños. Existían tres derechos a un juguete, uno básico, otro no básico y el dirigido. Con que emoción todos esperaban ese mágico día para estrenar los artefactos. Con el tiempo todo paso y un buen día no hubo mas y dicen los del (des) gobierno de la capital, que todo es por el bloqueo yanqui.
Si los infantes desean tener juguetes sus padres deben reunir durante algún tiempo parte de su salario en moneda nacional, para luego convertir sus ahorros en moneda libremente convertible y adquirir los juguetes. Un enorme sacrificio el que tienen que realizar los ascendientes para que sus hijos tengan un estímulo por el recién terminado curso escolar.
Cuando se hacen referencias a las diversiones en precios módicos, estas prácticamente no existen en moneda nacional con la que cobran los padres trabajadores en Cuba. ¿Por qué el Parque Inflable no ha dejado de ser una ilusión para muchos niños? Es una meta imposible de alcanzar para muchos progenitores, que no son más que trabajadores de a pie.
Lo mismo sucede con los parques infantiles, desvastados y deteriorados por el tiempo. En fin los niños se ven obligados a jugar en las calles y molestar la tranquilidad ciudadana. Tanto que molesta el bullicio sobre todo, si sus vecinos están cansados y pretenden reposar. ¿Y que hacer con ese futuro de nuestra nación, que no tiene donde jugar?
Para esos niños y niñas que no pudieron tener juguetes, que al igual que otras generaciones no conocen de los campamentos de pioneros, como lo reflejó el dominical Juventud Rebelde. Y para aquellos que sus padres no pueden llevarlo a un parque de diversiones, como se lo merecen por solo ser niños cubanos. Vaya una tardía y fraternal felicitación en su día.
Según el diario Juventud Rebelde, el 19 de julio del presente, en la capital se festejo la señalada fecha, en el Parque de Diversiones de Alamar, donde participaron payasos, equilibristas y malabaristas de La Compañía de Circo “Edwin Fernández” y el grupo de teatro “La Colmenita”. Esto es solo una pequeña cobertura que anticipó la prensa plana como parte de los agasajos.
Por otra parte, se habla con respecto al campamento de pioneros Isla de los Niños, en Cayo Saetía, provincia Holguín, la cantidad de chicos que alberga en el trascurso del año y la capacidad de alojamiento para 500 pioneros. Eso sí, con el requisito indispensable de ser vanguardias, es esa una de las salvedades que hay que tener para ser un visitante allí.
En las provincias centrales, existe también un campamento pioneril, conocido popularmente como “La Tatagua”, en el cual para visitarlo se requiere de la misma regla, o sea ser los primeros en las tareas progubernamentales. Si el niño no es aventajado en el rendimiento escolar y el político, no merece visitar este centro.
A pesar de las reglas que pueden ser establecidas por el gobierno y el Ministerio de Educación, para el disfrute de los campamentos pioneriles, nos encontramos con bastante frecuencia infortunios de no poder participar de esos campamentos. Por ejemplo las generaciones nacidas a partir de los años 80, casi desconocen de la existencia en la zona central del país de estos.
Al igual desconocen el campamento de Varadero, donde solo van los extranjeros e igualmente no saben del balneario “Tarará” en La Habana, exclusivo para que se hospeden los niños del accidente de Chernobil, de Ucrania y Rusia. Es muy gratificante dar la mano al necesitado, sobre todo en cuestiones de salud, pero. ¿Por qué olvidarse de los pequeños nacionales?
Lo que no se puede entender es el empeño que siempre pone el gobierno, el partido y los dirigentes de la Revolución Cubana en quitarles a los cubanos, en este caso a los niños uno de los pocos disfrutes a los que tenían derecho, pese a las exigencias. Nada amigos hay un refrán que reza: “Candil de la calle y oscuridad de la casa”, quizás eso lo explique todo.
También se agasajaban con los juguetes que se vendían por El Día de los Niños. Existían tres derechos a un juguete, uno básico, otro no básico y el dirigido. Con que emoción todos esperaban ese mágico día para estrenar los artefactos. Con el tiempo todo paso y un buen día no hubo mas y dicen los del (des) gobierno de la capital, que todo es por el bloqueo yanqui.
Si los infantes desean tener juguetes sus padres deben reunir durante algún tiempo parte de su salario en moneda nacional, para luego convertir sus ahorros en moneda libremente convertible y adquirir los juguetes. Un enorme sacrificio el que tienen que realizar los ascendientes para que sus hijos tengan un estímulo por el recién terminado curso escolar.
Cuando se hacen referencias a las diversiones en precios módicos, estas prácticamente no existen en moneda nacional con la que cobran los padres trabajadores en Cuba. ¿Por qué el Parque Inflable no ha dejado de ser una ilusión para muchos niños? Es una meta imposible de alcanzar para muchos progenitores, que no son más que trabajadores de a pie.
Lo mismo sucede con los parques infantiles, desvastados y deteriorados por el tiempo. En fin los niños se ven obligados a jugar en las calles y molestar la tranquilidad ciudadana. Tanto que molesta el bullicio sobre todo, si sus vecinos están cansados y pretenden reposar. ¿Y que hacer con ese futuro de nuestra nación, que no tiene donde jugar?
Para esos niños y niñas que no pudieron tener juguetes, que al igual que otras generaciones no conocen de los campamentos de pioneros, como lo reflejó el dominical Juventud Rebelde. Y para aquellos que sus padres no pueden llevarlo a un parque de diversiones, como se lo merecen por solo ser niños cubanos. Vaya una tardía y fraternal felicitación en su día.
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