Ranchuelo, Villa Clara, 9 de julio del 2009 (FDC). Decenas de coterráneos manifiestan que el ciudadano cubano utiliza la estafa como procedimiento para subsistir. También el estado de la isla emplea el robo, el chantaje, el desfalco, el hurto, la usurpación y el fraude para ingresar dólares a las arcas del gobierno.
Esta es una estratagema que se aplica de ciudadano a ciudadano, entre los miles de habitantes del país y el gobierno de turno para incrementar la economía familiar. De igual modo del estado hacia su pueblo, para palear los efectos de la prolongada crisis económica, que dura ya 50 años.
La sustracción se observa en bodegas, carnicerías o cualquier otro comercio a lo largo y ancho del país. Inevitablemente el dependiente de la tienda hurta al usuario, por el bajo salario que devenga de su trabajo, equivalente a unos 400 pesos nacionales al mes. Este robo se materializa en el volumen o peso del producto que se entrega al consumidor.
Al arribar el cliente a su hogar tras adquirir los productos de la denominada canasta básica, generalmente presenta faltantes en gramos y en repetidas ocasiones hasta en kilogramos de arroz, azúcar y frijoles. Fórmula empleada por los vendedores para ingresar efectivo a sus bolsillos, a través de la posterior reventa.
Las cafeterías de moneda nacional producen alteraciones en las normas de consumo. Ofertan refrescos, rones y cervezas a granel, con más agua de la debida. De la misma manera jamones, mortadellas, picadillos y otros embutidos se venden congelados para alterar su pesaje.
De un único huevo se elaboran un par de tortillas. Cigarrillos, tabacos y otras mercancías adquiridas en el mercado sumergible se expenden a menor precio que los suministrados por los proveedores estatales, hecho que igualmente ocurre en las tiendas recolectoras de divisas.
El fraude se percibe en el pago de la tarifa eléctrica en la zona residencial, debido a su incremento en los últimos meses. Los pobladores para reducir la liquidación de electricidad ponen los denominados “chivos” o trampas en sus metros contadores. Otros toman la corriente desde las conductoras y abonan menos de lo que consumen.
Una de las formas más desvergonzadas de saqueo es la que aplica el gobierno, a los habitantes que tramitan abandonar la nación, estos pagan 55 pesos convertibles (CUC) por el Pasaporte. Además la cúpula de poder los obliga a desembolsar 150 CUC, igual a 3750 pesos nacionales (PN) por el Permiso de Salida Definitivo.
Para colmo tienen que realizarse un chequeo médico en centros hospitalarios que se convierte en toda una odisea, dado las cientos de personas que se encuentran en trámites migratorios. Además, a veces no hay planillas en las oficinas de Inmigración y Extranjería de la región o falta la química para la realización de la radiografía de tórax.
Cuando los materiales no están ausentes los pobladores palpan como en apenas 20 minutos culmina el examen. Les extraen sangre, efectúan la prueba de Rayos X y transitan por unos diez especialistas en medicina, que solo anotan en los documentos las respuestas que los clientes dan.
A través de un análisis físico superficial que excluye todo tipo de tratamiento, los destinados a viajar se trasladan por la consultas del clínico, estomatólogo, otorrinolaringólogo, oftalmólogo, psicólogo, ginecólogo las féminas y pediatra los chicos, entre otras. Todo lo cual tiene un coste de 400 CUC, sin dudas la mayor estafa.
Esta es una estratagema que se aplica de ciudadano a ciudadano, entre los miles de habitantes del país y el gobierno de turno para incrementar la economía familiar. De igual modo del estado hacia su pueblo, para palear los efectos de la prolongada crisis económica, que dura ya 50 años.
La sustracción se observa en bodegas, carnicerías o cualquier otro comercio a lo largo y ancho del país. Inevitablemente el dependiente de la tienda hurta al usuario, por el bajo salario que devenga de su trabajo, equivalente a unos 400 pesos nacionales al mes. Este robo se materializa en el volumen o peso del producto que se entrega al consumidor.
Al arribar el cliente a su hogar tras adquirir los productos de la denominada canasta básica, generalmente presenta faltantes en gramos y en repetidas ocasiones hasta en kilogramos de arroz, azúcar y frijoles. Fórmula empleada por los vendedores para ingresar efectivo a sus bolsillos, a través de la posterior reventa.
Las cafeterías de moneda nacional producen alteraciones en las normas de consumo. Ofertan refrescos, rones y cervezas a granel, con más agua de la debida. De la misma manera jamones, mortadellas, picadillos y otros embutidos se venden congelados para alterar su pesaje.
De un único huevo se elaboran un par de tortillas. Cigarrillos, tabacos y otras mercancías adquiridas en el mercado sumergible se expenden a menor precio que los suministrados por los proveedores estatales, hecho que igualmente ocurre en las tiendas recolectoras de divisas.
El fraude se percibe en el pago de la tarifa eléctrica en la zona residencial, debido a su incremento en los últimos meses. Los pobladores para reducir la liquidación de electricidad ponen los denominados “chivos” o trampas en sus metros contadores. Otros toman la corriente desde las conductoras y abonan menos de lo que consumen.
Una de las formas más desvergonzadas de saqueo es la que aplica el gobierno, a los habitantes que tramitan abandonar la nación, estos pagan 55 pesos convertibles (CUC) por el Pasaporte. Además la cúpula de poder los obliga a desembolsar 150 CUC, igual a 3750 pesos nacionales (PN) por el Permiso de Salida Definitivo.
Para colmo tienen que realizarse un chequeo médico en centros hospitalarios que se convierte en toda una odisea, dado las cientos de personas que se encuentran en trámites migratorios. Además, a veces no hay planillas en las oficinas de Inmigración y Extranjería de la región o falta la química para la realización de la radiografía de tórax.
Cuando los materiales no están ausentes los pobladores palpan como en apenas 20 minutos culmina el examen. Les extraen sangre, efectúan la prueba de Rayos X y transitan por unos diez especialistas en medicina, que solo anotan en los documentos las respuestas que los clientes dan.
A través de un análisis físico superficial que excluye todo tipo de tratamiento, los destinados a viajar se trasladan por la consultas del clínico, estomatólogo, otorrinolaringólogo, oftalmólogo, psicólogo, ginecólogo las féminas y pediatra los chicos, entre otras. Todo lo cual tiene un coste de 400 CUC, sin dudas la mayor estafa.
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