El Condado, Santa Clara, Villa Clara.2 de julio del 2009 (FDC). En la ciudad de Santa Clara, provincia de Villa Clara, existe un barrio de muchas anécdotas históricas y cotidianas cuyo nombre es el Condado. Dentro de este se encuentra el reparto “América Latina”, construido en la década del 60 del siglo anterior por la llamada Revolución Cubana.
La finca “Zapatero” propiedad del nombrado Manuel de Jesús, un emigrado español, abarcaba un perímetro de 2000 hectáreas, que se extendían desde la calle Amparo y Rodrigo hasta llegar en línea recta a la calle Hospital. De allí a la derecha hasta Salustiano Pedraza y de nuevo a Rodrigo, donde se cerraba la misma
Estas extensiones de tierra, no estaban en explotación y eran terrenos baldíos, allí no pastaban animales, ni existían sembrados, encontrándose totalmente abandonados. En sus alrededores un poco más al sur ya eran los suburbios de La Ciudad de Marta Abreu, conocidos por Los Grifos y Los Sirios.
Los jóvenes en los años 50 del siglo XX, penetraban en esa hacienda, rompían las cercas y chapearon la hierba del lugar para construir un rudimentario campo deportivo, donde jugaban béisbol. Ellos organizaban campeonatos, enfrentándose las zonas y barriadas entre, así como también contra otros barrios.
Aquella juventud, en su mayoría de extracción humilde e hija de la sociedad de clases, como la califican teóricamente los marxistas, no llegaron a conocer en esa época de capitalismo y de propiedad privada. Y no enfrentan los vicios que corroen a gran parte de la nueva generación, llamada por los utópicos El Hombre Nuevo del Siglo XXI.
Carboneros, leñadores, macheteros habituales de las zafras azucareras, peones, albañiles, carpinteros, trabajadoras domésticas, vendedores ambulantes, formaban la población de ésta comunidad. Existían además pequeños centros comerciales, como las bodegas cuyos dueños daban créditos a sus clientes, también el Aguinaldo Pascual de Fin de Año.
No faltaba la escuelita de barrio, con su correspondiente busto de José Martí y la bandera cubana. Un maestro con una vasta preparación pedagógica impartía clases a los cientos de niños del vecindario, con la asignatura de Moral y Cívica, cual elemento esencial en la formación patriótica del alumnado.
El reparto “América Latina” fue construido por las manos y con el sudor de los miles de vecinos que integraban los distritos antes mencionados y en los primeros años del gobierno del Dr. Fidel Castro. A cada familia que trabajó en la construcción de éstas casas, se le hizo entrega del titulo de propiedad de su hogar.
Así, es como surge esta barriada, donde cada una de sus calles lleva el nombre de las 21 repúblicas latinoamericanas de habla hispana. Característico de éste arrabal, es que a pesar de la enorme carga de propaganda ideológica, materialista y atea desarrollada por el régimen, ellos mantienen sus creencias religiosas.
Los Testigos de Jehová fue la secta mística que con más fieles contó esta jurisdicción, por esto sus seguidores fueron reprimidos y enviados como castigo a las Unidades Militares de Ayuda a la Producción UMAP, verdaderos campos de concentración. Se considera que de cuatro vecinos que convivían en éste vecindario, uno pertenecía a ésta religión.
Las fluctuaciones de los habitantes de éste lugar se producen constantemente, familias enteras abandonan sus viviendas para marchar al extranjero, tanto de forma legal como ilegal. Otros se han visto presionados a permutar para diferentes lugares de Cuba y dejar arrastrar el conflictivo estigma de desafectos al socialismo.
A las 500 casas iniciales, producto de la situación social y demográfica que atraviesa el país, ya casi no quedan residencias con su formato constructivo original. La precariedad en las viviendas para la mayoría de los nacionales ha hecho que sean convertidas en tres moradas y unido a ello los varios edificios multifamiliares que se han levantado.
Las zonas marginales abolidas han vuelto a surgir, ahora se ven los Nuevos Grifos y Nuevos Sirios, alrededor del famoso reparto “América Latina”. En su calle principal se levanta la 5ta Unidad de la Policía Nacional Revolucionaria como símbolo de la represión, para atemorizar a los ciudadanos de este distrito, que como todos esperan los cambios que la nación necesita.
La finca “Zapatero” propiedad del nombrado Manuel de Jesús, un emigrado español, abarcaba un perímetro de 2000 hectáreas, que se extendían desde la calle Amparo y Rodrigo hasta llegar en línea recta a la calle Hospital. De allí a la derecha hasta Salustiano Pedraza y de nuevo a Rodrigo, donde se cerraba la misma
Estas extensiones de tierra, no estaban en explotación y eran terrenos baldíos, allí no pastaban animales, ni existían sembrados, encontrándose totalmente abandonados. En sus alrededores un poco más al sur ya eran los suburbios de La Ciudad de Marta Abreu, conocidos por Los Grifos y Los Sirios.
Los jóvenes en los años 50 del siglo XX, penetraban en esa hacienda, rompían las cercas y chapearon la hierba del lugar para construir un rudimentario campo deportivo, donde jugaban béisbol. Ellos organizaban campeonatos, enfrentándose las zonas y barriadas entre, así como también contra otros barrios.
Aquella juventud, en su mayoría de extracción humilde e hija de la sociedad de clases, como la califican teóricamente los marxistas, no llegaron a conocer en esa época de capitalismo y de propiedad privada. Y no enfrentan los vicios que corroen a gran parte de la nueva generación, llamada por los utópicos El Hombre Nuevo del Siglo XXI.
Carboneros, leñadores, macheteros habituales de las zafras azucareras, peones, albañiles, carpinteros, trabajadoras domésticas, vendedores ambulantes, formaban la población de ésta comunidad. Existían además pequeños centros comerciales, como las bodegas cuyos dueños daban créditos a sus clientes, también el Aguinaldo Pascual de Fin de Año.
No faltaba la escuelita de barrio, con su correspondiente busto de José Martí y la bandera cubana. Un maestro con una vasta preparación pedagógica impartía clases a los cientos de niños del vecindario, con la asignatura de Moral y Cívica, cual elemento esencial en la formación patriótica del alumnado.
El reparto “América Latina” fue construido por las manos y con el sudor de los miles de vecinos que integraban los distritos antes mencionados y en los primeros años del gobierno del Dr. Fidel Castro. A cada familia que trabajó en la construcción de éstas casas, se le hizo entrega del titulo de propiedad de su hogar.
Así, es como surge esta barriada, donde cada una de sus calles lleva el nombre de las 21 repúblicas latinoamericanas de habla hispana. Característico de éste arrabal, es que a pesar de la enorme carga de propaganda ideológica, materialista y atea desarrollada por el régimen, ellos mantienen sus creencias religiosas.
Los Testigos de Jehová fue la secta mística que con más fieles contó esta jurisdicción, por esto sus seguidores fueron reprimidos y enviados como castigo a las Unidades Militares de Ayuda a la Producción UMAP, verdaderos campos de concentración. Se considera que de cuatro vecinos que convivían en éste vecindario, uno pertenecía a ésta religión.
Las fluctuaciones de los habitantes de éste lugar se producen constantemente, familias enteras abandonan sus viviendas para marchar al extranjero, tanto de forma legal como ilegal. Otros se han visto presionados a permutar para diferentes lugares de Cuba y dejar arrastrar el conflictivo estigma de desafectos al socialismo.
A las 500 casas iniciales, producto de la situación social y demográfica que atraviesa el país, ya casi no quedan residencias con su formato constructivo original. La precariedad en las viviendas para la mayoría de los nacionales ha hecho que sean convertidas en tres moradas y unido a ello los varios edificios multifamiliares que se han levantado.
Las zonas marginales abolidas han vuelto a surgir, ahora se ven los Nuevos Grifos y Nuevos Sirios, alrededor del famoso reparto “América Latina”. En su calle principal se levanta la 5ta Unidad de la Policía Nacional Revolucionaria como símbolo de la represión, para atemorizar a los ciudadanos de este distrito, que como todos esperan los cambios que la nación necesita.
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