jueves, 9 de julio de 2009

EL REY HA MUERTO, Feliberto Pérez Del Sol.


Sakenaff, Santa Clara, Villa Clara, 9 de junio del 2009 (FDC). Con la muerte de Michael Jackson, el mundo del espectáculo sufrió la perdida de uno de sus mayores exponentes. El Rey del Pop dejó tras su repentino fallecimiento un gran vacío en el universo sonoro, artístico y cultural difícil de llenar, pues en este artista coincidieron elementos raras veces vistos en una persona.

Desde su aparición en la pequeña pantalla o conciertos públicos, a finales de la década sexta del siglo pasado, como vocal de los “Jackson Five”, el éxito lo catapultó al camino de la fama. Miles de seguidores vieron con asombro las excelentes cualidades vocales, escénicas y danzarias del chico negro, que con apenas un decenio de vida los cautivó para siempre.

Después de su desprendimiento, del también exitoso quinteto con los hermanos, salió el primer disco suyo en solitario “Off The Wall”, de 1979, al que siguieron muchos otros. La obra de este monarca continúo su enorme producción en vinilos como “Bad”, cargado de energía rítmica y “Dangerous”, donde el hit “Black or White” dejó un saludable acento postmoderno.

En lo comercial impuso marcas cual campeón, por la cantidad de copias que el álbum “Triller”, grabado en 1982, logró vender. Este acetato ha sido el más comprado en la historia de la música universal y los 109 millones de ejemplares comercializados le otorgaron una supremacía no igualada jamás.

Las barreras políticas e idiomáticas, resultaron de muy baja estatura para que la obra del más famoso de los hermanos Jackson se sumara al gusto musical cubano. Comenzados los años 80, las ondas radiales de frecuencia moduladas provenientes de los Estados Unidos de América, invadieron los hogares de muchos nacionales, emocionados ante la estrella pop del momento.

Fue tanto el impacto de la imagen de Michael en el mundo a través de revistas, carteles, cassetes, camisetas y videos clips, que hasta la comunista isla de Cuba sufrió de la “Michaelmanía”. Los jóvenes de tez india y mulata fueron los primeros en imitarlo, se chorreaban el pelo, usaron camisas blancas de mangas largas y pantalones de color negro a los tobillos.

Imitar al estadounidense, nacido un 29 de agosto de 1958 en el estado de Indiana, fue mucho más que seguir los cánones establecidos, ya que solo no había que parecerse a su forma de vestir. Sino tratar de semejar en la medida de las carencias materiales del archipiélago todo un estilo de vida y cosmovisión a lo Michael Jackson.

La práctica de la anorexia para tener cuerpos delgados, hizo sus primeros asomos por esta isla. Mientras otros más hábiles calcaron su forma de bailar e intentaron burlar las leyes de física, en tanto los más atrevidos manifestaron una tendencia homosexual ambigua y sobretodo no declarada.

De todas las cosas que Michael Jackson incorporó a las modas y al vivir farandulero, que parecen ser bastantes, solo una no pudo ser practicada por los cubanos. El intentarse cambiar el color de la piel de negra a blanca, más que un reto a la medicina, pareció a sus semejantes criollos algo solo glorificado por él.

El pasado 25 de junio de 2009, dejó de latir un corazón que estremeció al de varios cientos de isleños. Todos estaban consternados, no podían creer que nunca verían nuevamente sobre el escenario a la estrella más iluminada conocida por ellos. La que los guió en sus acertados gustos musicales, maneras de vestir y preferencias sexuales.

Alrededor del “Maikel”, como le decían en la isla, hubo una nube de rarezas, la de mayor impacto fue su total blanqueadura de la epidermis, también manifestó, este ser insólito, tener un niño dentro de si. Pero nos dejó algo más, logró fundir la música negra blues, soul, funk y rithym and blue con la tenida por blanca folk., country and wester o rock and roll.

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