Santa Catalina, Santa Clara, Villa Clara, 5 de noviembre del 2009 (FDC). Cuba debido a su posición geográfica es un país rodeado por mar, situado a la entrada del Golfo de México. Por lo que se supone que aquí en este país se vive rodeado de peces, mariscos, crustáceos y otros animales, cuyo habitad es el ambiente marítimo.
Los peces viven en los mares y ríos, es decir que ante cualquier intento de justificar su carencia se impone la necesidad de un obligatorio desmentido. Con tal afirmación no se pretende agredir a nadie en lo particular, pero si aclarar que es imposible para un archipiélago, escaseen en grado sumo estos vertebrados.
En esta isla los niños se preguntan: ¿Por qué no comemos pescado de mar en nuestras casas? o ¿Por qué no forma parte de nuestra dieta, se cuestionaran los no tan niños? Son interrogantes muy lógicas, porque no constituye un secreto para nadie, que al menos en Santa Clara, no se distribuye casi nunca ese pescado a la población…. ni por la Tarjeta de Abastecimientos.
Conocido es por todos, las propiedades alimenticias que poseen estos: son ricos en fósforo, nitrógeno, por las proteínas, tienen aceite que es menos dañino que la grasa, motivo por el cual los médicos lo incluyen en las dietas para combatir el exceso de colesterol y triglicéridos. Diabéticos, cardiópatas e hipertensos añoran este saludable alimento.
Muchas de las especies que habitan en las aguas de la plataforma insular cubana, pertenecen a los cordados, ya sean invertebrados o vertebrados, en su mayoría de carnes blancas. Los peces son cordados vertebrados y pueden ser de dos tipos si se atiende a su esqueleto: cartilaginosos u óseos. Ambos de exquisito sabor y de gran valor nutricional.
Después del triunfo revolucionario, de 1959, conseguir buen pescado en Cuba se hizo un problema, porque al ser su carne más saludable se reserva para los “sacrificados” dirigentes, sus familiares y para exportarlo. El cubano de a pie tiene que recurrir a la bolsa negra, si desea probarlo. Con la apertura de la isla al turismo esto empeoró.
La exportación de los deliciosos productos marinos, ha hecho que los cubanos apenas conozcan estas delicias. Su sentido del gusto adaptado a zamparse lo que encuentren a mano, además de lo que les han ofrecido en las escuelas o en los centros de trabajo. Al probar uno de estos manjares no les gustan, algo que beneficia a la dirección del país, así no habrá reclamos.
En la cocina cubana se come de diversas formas, el pescado que los extranjeros y los dirigentes no consumen por ser de mala calidad. Desde un pescado frito, aporreado con adobo y en la lista interminable del arte culinario no se puede quedar El Crudo de Pescado que a muchos les gusta. Es una de las maneras que tienen los ictiófagos, de comerse lo que los privilegiados desechan.
Últimamente sucede con frecuencia, que a cambio de pescado se distribuye pollo, otra carne blanca de exquisito sabor, que les gusta a muchas personas en especial a niños y ancianos. Aunque es dañina por ser rica en colesterol, cuestión que atenta contra la salud de muchas personas, incluidas las que ya tienen una patología diagnosticada.
Es irrisorio ver la cantidad de pollo que distribuyen a la población a cambio del pescado, que tampoco es mucho, pero lo cierto es, que del ave te toca la ínfima cantidad de seis onzas por persona. Para las cocineras cubanas les llegó la hora de mandar a buscar a Mandrake El Mago, con el firme propósito de multiplicar la posta correspondiente al núcleo familiar.
Otra solución pudiera ser, efectuar un sorteo con el fin de evitar una presunta rotura de cerebro, al intentar que todos en el hogar puedan comer del plumífero animal. No quepa ni la menor duda que este problema no lo resuelve ningún sortilegio, porque con menos no se come más, por lo que la ecuación arroja un resultado…. de más hambre cada día.
Los paleontólogos del futuro, si llegaran a estudiar los restos fósiles de lo que han consumido los cubanos en los últimos 50 años, pensarán que existió una mutación en estas aves, pues encontraran los restos óseos incompletos. Lo contrario sucederá con los peces, de estos nada se hallara, pensaran que estaban extintos. Es mejor no divagar, por ahora…. coge lo que te toca.
Los peces viven en los mares y ríos, es decir que ante cualquier intento de justificar su carencia se impone la necesidad de un obligatorio desmentido. Con tal afirmación no se pretende agredir a nadie en lo particular, pero si aclarar que es imposible para un archipiélago, escaseen en grado sumo estos vertebrados.
En esta isla los niños se preguntan: ¿Por qué no comemos pescado de mar en nuestras casas? o ¿Por qué no forma parte de nuestra dieta, se cuestionaran los no tan niños? Son interrogantes muy lógicas, porque no constituye un secreto para nadie, que al menos en Santa Clara, no se distribuye casi nunca ese pescado a la población…. ni por la Tarjeta de Abastecimientos.
Conocido es por todos, las propiedades alimenticias que poseen estos: son ricos en fósforo, nitrógeno, por las proteínas, tienen aceite que es menos dañino que la grasa, motivo por el cual los médicos lo incluyen en las dietas para combatir el exceso de colesterol y triglicéridos. Diabéticos, cardiópatas e hipertensos añoran este saludable alimento.
Muchas de las especies que habitan en las aguas de la plataforma insular cubana, pertenecen a los cordados, ya sean invertebrados o vertebrados, en su mayoría de carnes blancas. Los peces son cordados vertebrados y pueden ser de dos tipos si se atiende a su esqueleto: cartilaginosos u óseos. Ambos de exquisito sabor y de gran valor nutricional.
Después del triunfo revolucionario, de 1959, conseguir buen pescado en Cuba se hizo un problema, porque al ser su carne más saludable se reserva para los “sacrificados” dirigentes, sus familiares y para exportarlo. El cubano de a pie tiene que recurrir a la bolsa negra, si desea probarlo. Con la apertura de la isla al turismo esto empeoró.
La exportación de los deliciosos productos marinos, ha hecho que los cubanos apenas conozcan estas delicias. Su sentido del gusto adaptado a zamparse lo que encuentren a mano, además de lo que les han ofrecido en las escuelas o en los centros de trabajo. Al probar uno de estos manjares no les gustan, algo que beneficia a la dirección del país, así no habrá reclamos.
En la cocina cubana se come de diversas formas, el pescado que los extranjeros y los dirigentes no consumen por ser de mala calidad. Desde un pescado frito, aporreado con adobo y en la lista interminable del arte culinario no se puede quedar El Crudo de Pescado que a muchos les gusta. Es una de las maneras que tienen los ictiófagos, de comerse lo que los privilegiados desechan.
Últimamente sucede con frecuencia, que a cambio de pescado se distribuye pollo, otra carne blanca de exquisito sabor, que les gusta a muchas personas en especial a niños y ancianos. Aunque es dañina por ser rica en colesterol, cuestión que atenta contra la salud de muchas personas, incluidas las que ya tienen una patología diagnosticada.
Es irrisorio ver la cantidad de pollo que distribuyen a la población a cambio del pescado, que tampoco es mucho, pero lo cierto es, que del ave te toca la ínfima cantidad de seis onzas por persona. Para las cocineras cubanas les llegó la hora de mandar a buscar a Mandrake El Mago, con el firme propósito de multiplicar la posta correspondiente al núcleo familiar.
Otra solución pudiera ser, efectuar un sorteo con el fin de evitar una presunta rotura de cerebro, al intentar que todos en el hogar puedan comer del plumífero animal. No quepa ni la menor duda que este problema no lo resuelve ningún sortilegio, porque con menos no se come más, por lo que la ecuación arroja un resultado…. de más hambre cada día.
Los paleontólogos del futuro, si llegaran a estudiar los restos fósiles de lo que han consumido los cubanos en los últimos 50 años, pensarán que existió una mutación en estas aves, pues encontraran los restos óseos incompletos. Lo contrario sucederá con los peces, de estos nada se hallara, pensaran que estaban extintos. Es mejor no divagar, por ahora…. coge lo que te toca.
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