El Condado, Santa Clara Villa Clara. 22 de octubre del 2009. (FDC). Recientemente tuvo lugar en la ciudad de La Habana, Cuba, el X Pleno del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). El mismo estuvo presidido por José Ramón Machado Ventura, Primer Vice-Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, además de otros dirigentes partidistas.
Del contenido de las intervenciones realizadas por los cuadros y militantes de la organización juvenil, poco o nada se conoce. A esas escasas informaciones brindadas por la prensa, los cubanos ya están acostumbrados, ahora comienza la especulación e imaginación del hombre común a romper la censura.
En el marco de este evento, lanzaron la convocatoria al IX Congreso de la UJC. El mismo tendrá lugar, en el mes de abril del próximo año. El anuncio de este, al igual.que el llamado a efectuar el del Partido Comunista de Cuba (PCC), no despierta ninguna ilusión en el pueblo.
No basta el discurso halagador de Machado Ventura, para que los jóvenes, hoy acérrimos críticos del sistema, cambien su forma de pensar y actuar. Numerosos son los ejemplos donde los lozanos ponen de manifiesto su repudio a la opresión, asfixia política y al poder totalitario.
Hoy, esta nueva generación no es una masa inerte, a pesar de la enorme carga de adoctrinamiento a que la someten, de las medidas compulsivas que contra ella se aplican. El gobierno no ha logrado obtener de este sector, uno de los más activos de la sociedad, el apoyo unánime a su política irracional.
Hace tiempo que el castrismo no puede atar a la juventud al carro de su nefasta política. Aquella pléyade de jóvenes que protagonizaron hazañas heroicas, como fue su participación en la lucha contra la tiranía de Fulgencio Batista y después del triunfo, la Campaña de Alfabetización, no admiten nuevas cadenas.
Machado Ventura, en su discurso cargado de vieja retórica marxista, con palabras que nadie cree, quiso incentivar a los jóvenes, planteándoles el papel fundamental a jugar por éstos en las transformaciones a efectuar, en los próximos años e insistió en la necesidad de garantizar el futuro de la Revolución Cubana.
Los duros años transcurridos, las crisis económicas, continuación de una feroz represión, no han logrado la unanimidad a la cual aspira el régimen. Es cierto que aún una parte de los adolescentes, casi la mayoría no apoyan a la dictadura, se declaran enemigos potenciales de ella, pero rehúsan escoger el camino de la oposición abierta.
El primer Vice – Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros planteaba: “…que luego de un profundo debate con todo el pueblo se tomaran las decisiones y se asumirán cambios por el bien de nuestro proceso revolucionario”. Nadie cree en el discurso oficial, no hay sinceridad cuando se habla de realizar cambios.
Los Pinos Nuevos, como los llamaba José Martí, sin perspectivas de progresar, donde no pueden poner en práctica sus iniciativas individuales, optan por liberar sus energías, lanzándose a las actividades ilegales, a las drogas, prostitución, alcoholismo y además abandonan el país en busca de una vida mejor.
Ni la celebración del pleno, ni la convocatoria al congreso de la juventud y del partido, han logrado despertar la conciencia de la nueva generación, que duerme profundamente y lo triste es, que sin perspectivas inmediatas de darle un vuelco a la situación. Aunque el ejemplo conocido de los estudiantes de la Universidad Ciencias Informáticas (UCI), puede repetirse.
Casi todas las semanas, en las diferentes ciudades de este país, ocurren hechos de sangre. Decenas de mozalbetes pierden la vida en una sociedad castrada, sin orientación moral y cívica. La ideología imperante, que ha hecho trizas de la familia cubana, sólo podrá ocupar un lugar en la historia, el basurero...
Del contenido de las intervenciones realizadas por los cuadros y militantes de la organización juvenil, poco o nada se conoce. A esas escasas informaciones brindadas por la prensa, los cubanos ya están acostumbrados, ahora comienza la especulación e imaginación del hombre común a romper la censura.
En el marco de este evento, lanzaron la convocatoria al IX Congreso de la UJC. El mismo tendrá lugar, en el mes de abril del próximo año. El anuncio de este, al igual.que el llamado a efectuar el del Partido Comunista de Cuba (PCC), no despierta ninguna ilusión en el pueblo.
No basta el discurso halagador de Machado Ventura, para que los jóvenes, hoy acérrimos críticos del sistema, cambien su forma de pensar y actuar. Numerosos son los ejemplos donde los lozanos ponen de manifiesto su repudio a la opresión, asfixia política y al poder totalitario.
Hoy, esta nueva generación no es una masa inerte, a pesar de la enorme carga de adoctrinamiento a que la someten, de las medidas compulsivas que contra ella se aplican. El gobierno no ha logrado obtener de este sector, uno de los más activos de la sociedad, el apoyo unánime a su política irracional.
Hace tiempo que el castrismo no puede atar a la juventud al carro de su nefasta política. Aquella pléyade de jóvenes que protagonizaron hazañas heroicas, como fue su participación en la lucha contra la tiranía de Fulgencio Batista y después del triunfo, la Campaña de Alfabetización, no admiten nuevas cadenas.
Machado Ventura, en su discurso cargado de vieja retórica marxista, con palabras que nadie cree, quiso incentivar a los jóvenes, planteándoles el papel fundamental a jugar por éstos en las transformaciones a efectuar, en los próximos años e insistió en la necesidad de garantizar el futuro de la Revolución Cubana.
Los duros años transcurridos, las crisis económicas, continuación de una feroz represión, no han logrado la unanimidad a la cual aspira el régimen. Es cierto que aún una parte de los adolescentes, casi la mayoría no apoyan a la dictadura, se declaran enemigos potenciales de ella, pero rehúsan escoger el camino de la oposición abierta.
El primer Vice – Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros planteaba: “…que luego de un profundo debate con todo el pueblo se tomaran las decisiones y se asumirán cambios por el bien de nuestro proceso revolucionario”. Nadie cree en el discurso oficial, no hay sinceridad cuando se habla de realizar cambios.
Los Pinos Nuevos, como los llamaba José Martí, sin perspectivas de progresar, donde no pueden poner en práctica sus iniciativas individuales, optan por liberar sus energías, lanzándose a las actividades ilegales, a las drogas, prostitución, alcoholismo y además abandonan el país en busca de una vida mejor.
Ni la celebración del pleno, ni la convocatoria al congreso de la juventud y del partido, han logrado despertar la conciencia de la nueva generación, que duerme profundamente y lo triste es, que sin perspectivas inmediatas de darle un vuelco a la situación. Aunque el ejemplo conocido de los estudiantes de la Universidad Ciencias Informáticas (UCI), puede repetirse.
Casi todas las semanas, en las diferentes ciudades de este país, ocurren hechos de sangre. Decenas de mozalbetes pierden la vida en una sociedad castrada, sin orientación moral y cívica. La ideología imperante, que ha hecho trizas de la familia cubana, sólo podrá ocupar un lugar en la historia, el basurero...
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