jueves, 19 de noviembre de 2009

DE CAUTIVOS A REHENES, Carlos Valhuerdi Obregón.


Santa Catalina, Santa Clara, Villa Clara, 5 de noviembre del 2009. (FDC) Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de la cual Cuba es signataria, plantea en su Artículo # 13, primer párrafo, que: “Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir residencia en el territorio de un Estado”. En su segundo párrafo expone: “Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio y regresar a su país”.

Demás está decir, que este derecho permanece constantemente violado en la Mayor de las Antillas. Aquí la libre circulación por el territorio nacional ya es un problema y peor aún, si decides elegir residencia fuera de tu lugar de origen, “verbi gratia”: Personas oriundas de las provincias orientales son expulsados de La Habana, a no ser que se establezcan como policías.

Otro ejemplo lo constituye el municipio especial de Varadero, en Matanzas, donde hasta las permutas para allí son un problema y si te casas con un(a) residente del lugar, tienes que esperar varios años para que tu dirección sea la misma de tu cónyuge. Todo ese tiempo se te asigna un Carné Provisional, que no consta de valor legal alguno, sólo te permite estar en el lugar.

Si estas situaciones ocurren dentro del país, que de trabas no encontrará el que quiera residir en el extranjero. Para los cubanos y cubanas es una complicación, el desear abandonar su patria, como también lo es regresar a ella, todo depende de la voluntad arbitraria de funcionarios sin escrúpulos, que responden a los intereses del estado totalitario al que representan.

Todos los graduados universitarios, pero especialmente los del Ministerio del Salud Pública, tienen que pedir, a veces hasta mendigar una Carta de Liberación, que les permita la Salida Definitiva o Transitoria del País, al ministro correspondiente. El ministro de la sanidad, engloba en esa disposición a todos sus trabajadores, profesionales o no.

Argumentan los funcionarios estatales, a los que se les ha investido de tal potestad, varios elementos para justificar su negativa de permiso a los interesados: Razones de Estado, peligro para la Seguridad Nacional. Por conocer el afectado, cualquier cosa que a ellos se les ocurra presentar como Secreto de Estado.

Hasta han llegado a plantearles, que les retienen su salida por cinco o más años, porque Cuba socialista es un país planificado y necesita reponer el lugar vacante con un nuevo graduado. ¿Cómo no actúan así, cuando por motivaciones políticas envían médicos, maestros, fisioterapeutas, deportistas o cualquier otro profesional a cumplir las deseadas misiones?

Aclárese, que son añoradas dichas misiones, no por altruismo, ni solidaridad, sino porque con ellas, los pisoteados cubanos logran adquirir un poco más de dinero convertible, que mejora su paupérrima vida y la de sus familiares, incluso para poder reconstruir la casa, que se les cae encima. La mayoría de esos “internacionalistas” no son comunistas, algunos hasta desertan.

En los últimos tiempos, la violación a este artículo ha ido más lejos, la Policía Política reprime a los opositores pacíficos al régimen, amenazándolos con negarles la Tarjeta Blanca o Permiso de Salida del País. Cuando la nación que los acogerá, ya otorgó la visa a personas cuyas vidas y la de sus familiares están en peligro, que va desde golpizas hasta una larga privación de libertad.
Los motivos disímiles, todos ligados a violaciones de los diferentes artículos de la Carta Magna de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Los afectados se han atrevido a pensar libremente, a escoger religión, divulgar su forma de cavilar, trasmitiéndoselas a sus hijos, así ha pasado por ejemplo con los Testigos de Jehová.

Y porque se han decidido a tener opinión propia, expresándola, incluso han investigado, reciben información sin límites de fronteras, por cualquier medio incluido el prohibido Internet y la divulgan. Tienen además la osadía de reunirse, oponiéndose pacíficamente al totalitarismo y la manipulación, negándose a pertenecer a las organizaciones de masas oficialistas.

Muchas de éstas valientes personas han sido detenidas arbitrariamente por decir la verdad, torturados, chantajeados, amenazados ellos y sus hijos. Los defensores de los Derechos Humanos en Cuba, sufren persecución, decomisos de sus pertenencias, son asaltados, golpeados en plena calle, manchándoles el frente de sus casas con heces fecales, por bandas paramilitares.

Los domicilios de los opositores son constantemente vigilados, sus teléfonos monitoreados, al igual que su correspondencia, sus libros incautados o destruidos por agentes de la Seguridad del Estado, que no les respetan su derecho a la privacidad. Los contestatarios sufren el desprestigio, la calumnia, con ataques constantes a su honra y reputación.

Cada vez que se habla de Carta de Liberación y de Tarjeta Blanca, negada o no, se expresa ante la Opinión Pública Internacional, que éste es un pueblo sometido, esclavizado, (recuérdese la Carta de Libertad que necesitaban los esclavos hasta el siglo XIX). Los cubanos y cubanas necesitan para viajar, trámites y documentos, que no existen en ningún lugar del orbe.

En este Archipiélago, todos los ciudadanos están en cautiverio, con sus pasos controlados, pues la dictadura sabe que cada uno de ellos, aunque por temor no lo exprese, es un enemigo del régimen en potencia. Su mal gobierno, la corrupción, el nepotismo, la desidia e inoperancia económica los han hecho caer en el descrédito.

Aquellos que vencieron el miedo y de forma pacífica se han opuesto a las arbitrariedades gubernamentales con denuncias, sus vidas están inseguras aquí. El sistema que combaten, para silenciarlos, ahora les niega o retiene las salidas, como castigo al atrevimiento de haberlo desafiado. Se han convertido de cautivos…. en rehenes políticos de los Castros.




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