La Chirusa, Santa Clara, Villa Clara, 15 de octubre del 2009 (FDC). Los medios de prensa que responden al oficialismo castrista, han publicado la Convocatoria al IX Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). Este evento político juvenil se celebrará, los días 3 y 4 del abril del venidero año 2010.
Con los adultos y adolescentes cubanos de menor edad, se reunió el primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros José Ramón Machado Ventura, quien estuvo secundado por varios de geriátricos dinosaurios de la nomenclatura en el poder. Junto a él en la presidencia del acto, estaban José Ramón Fernández y José Ramón Balaguer.
Según reportó en el diario Granma la colega Leticia Martínez Hernández: “El X Pleno del Comité Nacional de la UJC acordó liberal a Julio Martínez Ramírez del cargo de primer secretario, responsabilidad que asumió por más de una década, y en su lugar nombró a Liudmila Álamo, quien se desempeñaba hasta el momento de su designación como segunda secretaria…”.
Aunque en varios de los párrafos se pondera de un modo enaltecedor las labores, actitudes y posiciones sociales de la juventud nacional, esto entra en franca contradicción con la real discusión que tuvo lugar allí. Donde se pusieron innumerables ejemplos de la falta de ánimo por parte de los lozanos para laborar por el socialismo.
En esa actividad se expresó del rechazo que hace este segmento de la población del archipiélago, a trabajar en puestos de los Ministerios de Educación y Salud Pública. Pues en estos lugares, las exigencias profesionales son muchas y los salarios percibidos se parecen más dedicados a menesterosos que a profesionales.
El Ministro de Salud Pública, el ultra conservador del status quo actual, José Ramón Balaguer Cabrera puntualizó a los asistentes, que existen grandes déficit de personal en las áreas cubiertas por su entidad. Fundamentalmente en la formación de enfermeras y que esto se ha visto ahora con la expansión del Virus A N1 H1.
También se enfatizó, en la no incorporación de estos imberbes isleños a entrar a laborar en el Ministerio de Educación y la carestía de pedagogos de calidad, que golpea al Sistema Nacional de Educación. Algunos de los directivos presentes hicieron hincapié en la constante deserción de maestros, profesores y estudiantes de carreras pedagógicas, cuestión que debilita al organismo.
Se platicó respecto a la ola de violencia en que está envuelta la juventud nacional y los estudios que hacen distintas ramas de las ciencias sociales para prevenirla. De una manera prematura y precipitada se cortó la exposición de los expertos y esto aconteció cuando estos analistas entraron a hablar del real nivel adquisitivo de los salarios estatales.
Aquellos que dirigieron la reunión, ya conocían de las conclusiones de los investigadores sociales y estaban preparados para evitar que en ese lugar se dijera, que la inmensa mayoría de la juventud residente en la isla esta frustrada. Tanto desde el punto de vista material como desde una perspectiva espiritual.
No constituye un secreto para nadie, tanto dentro como fuera de Cuba, que la mayor aspiración de casi todo joven cubano es residir en el extranjero. A veces, estos deseos se logran camuflar con supuestas motivaciones económicas, pero ni los fidelistas más recalcitrantes pueden soslayar, que poseen un trasfondo político.
La respuesta a esta dicotomía entre lo que se dice oficialmente de la juventud y lo que con ella ocurre en la realidad cotidiana, no se debe buscar en un pleno de la UJC. Pues allí, no están los jóvenes con un mayor nivel de inconformidad latente. La vetusta dirigencia castrista se sentó a hablar con la parte de la juventud que le hace el juego.
Magistral contesta dio en la sección de Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, nombrada “Cartas a la Dirección”, la joven universitaria D. Rodríguez Barral, ella escribió: “Hoy cada vez que oigo decir que la juventud está perdida, solo me queda reír. Me río porque si defender nuestras ideas,…”.
Y termina la lectora ante el asombro de los compatriotas y foráneos que leyeron ese número del diario: “…pensar como jóvenes del siglo XXI, vestirnos por dentro de inteligencia, aunque por dentro parezcamos otra cosa, actuar según nuestros ideales es estar perdidos, creo que será mejor que nunca nos encuentren”.
Esto se pude interpretar por parte de los observadores de la realidad socio-política nacional, como el modo de expresar con sutileza la necesidad de actuar ante las autoridades gubernamentales con hipocresía. O como le gusta denominarlo al aparato de control político-social, el ejercer la Doble Moral, que a pesar de lo que se diga es una formar de rebeldía de la juventud.
Con los adultos y adolescentes cubanos de menor edad, se reunió el primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros José Ramón Machado Ventura, quien estuvo secundado por varios de geriátricos dinosaurios de la nomenclatura en el poder. Junto a él en la presidencia del acto, estaban José Ramón Fernández y José Ramón Balaguer.
Según reportó en el diario Granma la colega Leticia Martínez Hernández: “El X Pleno del Comité Nacional de la UJC acordó liberal a Julio Martínez Ramírez del cargo de primer secretario, responsabilidad que asumió por más de una década, y en su lugar nombró a Liudmila Álamo, quien se desempeñaba hasta el momento de su designación como segunda secretaria…”.
Aunque en varios de los párrafos se pondera de un modo enaltecedor las labores, actitudes y posiciones sociales de la juventud nacional, esto entra en franca contradicción con la real discusión que tuvo lugar allí. Donde se pusieron innumerables ejemplos de la falta de ánimo por parte de los lozanos para laborar por el socialismo.
En esa actividad se expresó del rechazo que hace este segmento de la población del archipiélago, a trabajar en puestos de los Ministerios de Educación y Salud Pública. Pues en estos lugares, las exigencias profesionales son muchas y los salarios percibidos se parecen más dedicados a menesterosos que a profesionales.
El Ministro de Salud Pública, el ultra conservador del status quo actual, José Ramón Balaguer Cabrera puntualizó a los asistentes, que existen grandes déficit de personal en las áreas cubiertas por su entidad. Fundamentalmente en la formación de enfermeras y que esto se ha visto ahora con la expansión del Virus A N1 H1.
También se enfatizó, en la no incorporación de estos imberbes isleños a entrar a laborar en el Ministerio de Educación y la carestía de pedagogos de calidad, que golpea al Sistema Nacional de Educación. Algunos de los directivos presentes hicieron hincapié en la constante deserción de maestros, profesores y estudiantes de carreras pedagógicas, cuestión que debilita al organismo.
Se platicó respecto a la ola de violencia en que está envuelta la juventud nacional y los estudios que hacen distintas ramas de las ciencias sociales para prevenirla. De una manera prematura y precipitada se cortó la exposición de los expertos y esto aconteció cuando estos analistas entraron a hablar del real nivel adquisitivo de los salarios estatales.
Aquellos que dirigieron la reunión, ya conocían de las conclusiones de los investigadores sociales y estaban preparados para evitar que en ese lugar se dijera, que la inmensa mayoría de la juventud residente en la isla esta frustrada. Tanto desde el punto de vista material como desde una perspectiva espiritual.
No constituye un secreto para nadie, tanto dentro como fuera de Cuba, que la mayor aspiración de casi todo joven cubano es residir en el extranjero. A veces, estos deseos se logran camuflar con supuestas motivaciones económicas, pero ni los fidelistas más recalcitrantes pueden soslayar, que poseen un trasfondo político.
La respuesta a esta dicotomía entre lo que se dice oficialmente de la juventud y lo que con ella ocurre en la realidad cotidiana, no se debe buscar en un pleno de la UJC. Pues allí, no están los jóvenes con un mayor nivel de inconformidad latente. La vetusta dirigencia castrista se sentó a hablar con la parte de la juventud que le hace el juego.
Magistral contesta dio en la sección de Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, nombrada “Cartas a la Dirección”, la joven universitaria D. Rodríguez Barral, ella escribió: “Hoy cada vez que oigo decir que la juventud está perdida, solo me queda reír. Me río porque si defender nuestras ideas,…”.
Y termina la lectora ante el asombro de los compatriotas y foráneos que leyeron ese número del diario: “…pensar como jóvenes del siglo XXI, vestirnos por dentro de inteligencia, aunque por dentro parezcamos otra cosa, actuar según nuestros ideales es estar perdidos, creo que será mejor que nunca nos encuentren”.
Esto se pude interpretar por parte de los observadores de la realidad socio-política nacional, como el modo de expresar con sutileza la necesidad de actuar ante las autoridades gubernamentales con hipocresía. O como le gusta denominarlo al aparato de control político-social, el ejercer la Doble Moral, que a pesar de lo que se diga es una formar de rebeldía de la juventud.
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