El Condado, Santa Clara, Villa Clara, 15 de octubre del 2009. (FDC). En una de las páginas interiores del periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba (PCC), apareció una breve información sobre recientes hechos de sangre ocurridos en la ciudad de Chicago. La manipulación de las noticias, llevan el sello de alentar en la sociedad cubana sentimientos antinorteamericanos.
Chicago una rica y populosa localidad de Estados Unidos de América, en los siglos pasados era una inmensa pradera, donde pastaban los búfalos. En esos años, Perú exhibía una majestuosa universidad, donde fluían el conocimiento y la ciencia, hoy la urbe norteña, es un potente emporio económico, mientras Perú un país subdesarrollado
Cada vez que se producen actos de violencia en uno u otro estado de esta gran nación, de inmediato señalan un culpable: “La sociedad de Consumo”. Ante cada acontecimiento donde se afecte la sensibilidad humana, no pierden la oportunidad de responsabilizar al capitalismo, propiedad privada y al mercado.
Cientos de muertes se producen a diario en el mundo. En las capitales de los diferentes continentes tienen lugar encuentros sangrientos, donde jóvenes y adolescentes de todas las edades, se arrebatan unos a otros la vida, lo que asemeja un ataque de locura colectiva en la humanidad.
La opinión pública de este país, se estremece de terror, cuando la prensa publica la muerte en cualquier estado de la nación norteamericana en forma indiscriminada, de jóvenes de ambos sexos. Los cuales son victimas de atentados con armas de fuego, la mayor parte de las veces en centros de enseñanza.
Si analizamos con objetividad los hechos, vemos que los medios de comunicación, solo localizan la violencia en Estados Unidos y ni siquiera reflejan las victimas que a diario ocurren en México, en Rusia. Lugares donde la mafia está en plena efervescencia, como en otros muchos países del hemisferio.
¿Por qué querer sembrar en los pueblos de Nuestra América, la creencia que estos hechos monstruosos solo tienen lugar en la Patria de Abraham Lincoln? Es mejor preguntar a los cooperantes cubanos en Venezuela, por los “Los Malandros”, ellos les dirán, como pululan las bandas de delincuentes armados en todos los estados de esa nación sudamericana.
Muchos cubanos han sufrido asaltos, robos, extorsiones y hasta asesinatos, aunque esto último sea secreto de estado. Pandillas de jóvenes armados escenifican actos dantescos en muchas ciudades de ese extenso terruño. Lugares donde se aplica a los cubanos el Toque de Queda, como la prohibición a los criollos de pasear por las calles solos.
Y en Cuba ¿Que ocurre?, donde impera un estado de terror policíaco. Aquí el índice de hechos de violencia es superior al de otros países. En menos de dos meses resultaron muertos en Santa Clara 19 personas, todos entre l7 y 30 años con armas blancas.
Cierto estado de incertidumbre prendió en la población, el pánico se apoderó de la ciudadanía santaclareña. Aquí no existe la propiedad privada, que como afirman los marxistas-leninistas es fuente de egoísmo, ni tampoco la economía de mercado, que crea según ellos la desigualdad y la pobreza, que acarrea la violencia.
No obstante, crecen las ilegalidades, los asesinatos, la prostitución, el abuso sexual, se incrementa el consumo de estupefacientes. También aumentan el alcoholismo, los hurtos y asaltos. En esta etapa se elevó el número de crímenes horrendos, que cobró la vida de
Chicago una rica y populosa localidad de Estados Unidos de América, en los siglos pasados era una inmensa pradera, donde pastaban los búfalos. En esos años, Perú exhibía una majestuosa universidad, donde fluían el conocimiento y la ciencia, hoy la urbe norteña, es un potente emporio económico, mientras Perú un país subdesarrollado
Cada vez que se producen actos de violencia en uno u otro estado de esta gran nación, de inmediato señalan un culpable: “La sociedad de Consumo”. Ante cada acontecimiento donde se afecte la sensibilidad humana, no pierden la oportunidad de responsabilizar al capitalismo, propiedad privada y al mercado.
Cientos de muertes se producen a diario en el mundo. En las capitales de los diferentes continentes tienen lugar encuentros sangrientos, donde jóvenes y adolescentes de todas las edades, se arrebatan unos a otros la vida, lo que asemeja un ataque de locura colectiva en la humanidad.
La opinión pública de este país, se estremece de terror, cuando la prensa publica la muerte en cualquier estado de la nación norteamericana en forma indiscriminada, de jóvenes de ambos sexos. Los cuales son victimas de atentados con armas de fuego, la mayor parte de las veces en centros de enseñanza.
Si analizamos con objetividad los hechos, vemos que los medios de comunicación, solo localizan la violencia en Estados Unidos y ni siquiera reflejan las victimas que a diario ocurren en México, en Rusia. Lugares donde la mafia está en plena efervescencia, como en otros muchos países del hemisferio.
¿Por qué querer sembrar en los pueblos de Nuestra América, la creencia que estos hechos monstruosos solo tienen lugar en la Patria de Abraham Lincoln? Es mejor preguntar a los cooperantes cubanos en Venezuela, por los “Los Malandros”, ellos les dirán, como pululan las bandas de delincuentes armados en todos los estados de esa nación sudamericana.
Muchos cubanos han sufrido asaltos, robos, extorsiones y hasta asesinatos, aunque esto último sea secreto de estado. Pandillas de jóvenes armados escenifican actos dantescos en muchas ciudades de ese extenso terruño. Lugares donde se aplica a los cubanos el Toque de Queda, como la prohibición a los criollos de pasear por las calles solos.
Y en Cuba ¿Que ocurre?, donde impera un estado de terror policíaco. Aquí el índice de hechos de violencia es superior al de otros países. En menos de dos meses resultaron muertos en Santa Clara 19 personas, todos entre l7 y 30 años con armas blancas.
Cierto estado de incertidumbre prendió en la población, el pánico se apoderó de la ciudadanía santaclareña. Aquí no existe la propiedad privada, que como afirman los marxistas-leninistas es fuente de egoísmo, ni tampoco la economía de mercado, que crea según ellos la desigualdad y la pobreza, que acarrea la violencia.
No obstante, crecen las ilegalidades, los asesinatos, la prostitución, el abuso sexual, se incrementa el consumo de estupefacientes. También aumentan el alcoholismo, los hurtos y asaltos. En esta etapa se elevó el número de crímenes horrendos, que cobró la vida de
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