Camajuaní, Villa Clara, 29 de octubre de 2009. (FDC). Las autoridades gubernamentales cubanas no se cansan de perseguir y vigilar a los disidentes pacíficos, que lejos de hacerle daño a nadie luchan por la verdadera democracia y la libertad plena de los cubanos. Pero si el pueblo se queja de sus dirigentes favorecidos, se hacen los sordos.
Cada vez, que se promueve y divulga una nueva ley, que como están acostumbrados a proclamar los voceros servidores de este mandato, es para beneficio del pueblo. Cuando este mismo pueblo reclama su derecho por que se incumple con él, puede palpar la falta de ética y desfachatez con que lo atiende cualquier funcionario oficialista.
Se pudiera escribir un libro interminable de maltratos a pobladores y desobediencia a leyes oficiales dictadas por el gobierno, por parte de quienes deben hacerlas cumplir. No le quepa duda de que en este municipio, encontraría a la jefatura casi en su totalidad, para no ser muy categórico, implicada en hechos de este tipo.
Se escuchan a diario cientos de anécdotas contadas por afectados de esta indolencia oficialista, cuando se presentan ante superiores, exteriorizan alguna queja de maltrato sufrido por un subalterno y entonces se le recomienda paciencia. Aunque hagan constar que esperan hasta años por la solución de su problema.
O cuando, es bien recibido por este, que da órdenes con carácter urgente de que su demanda sea cumplida y luego al llegar ante quien debe favorecerlo, no obedece en lo más mínimo las disposiciones. Lógica actitud, si como ellos suponen todos estos satánicos directivos, según el refrán: “Comen de un mismo plato”.
Este es el caso de una señora, que hace cinco años recibió en una de esas demostraciones de bondad de este mandato, la autorización de la construcción de su vivienda, junto a otros obreros como estimulo a su buen trabajo. Esta es la fecha en que la mayoría de estos trabajadores no han podido terminar sus casas, debido a estos desafueros.
Según ella cuenta, hasta el Partido Comunita de Cuba (PCC) en el municipio, se involucró en la consabida mentira de informar a instancias superiores, su hogar como concluido, para cumplir un plan en julio del 2007. Después de esto tuvo que mudarse con su obra a medias y aun espera los recursos que deben sumistrarle para su culminación.
La dirección del Instituto Nacional de la Vivienda en este territorio, el gobierno local y el PCC les dieron un ultimátum, en diciembre pasado, a los directivos de la Unidad Inversionista de la Vivienda (UMIV). Arnaldo Rodríguez Camaño, director de la entidad y Cristóbal Castillo, su inversionista, debían entregarle el resto de los recursos con carácter urgente.
¿Hay algo más parecido a la falta de respeto y la desobediencia? ¿Por qué se supone que a estos incumplidores de las leyes totalitarias no se les sancionen? Para muchos esta claro que el estado deja caer las culpas de su ineficiencia sobre ellos y se resignan a aceptar que estos funcionarios saquen provecho de sus mandatos.
Pues cínicamente asumen las construcciones que comienzan por lo general en el fondo de sus domicilios, manteniéndolos ante la vista exterior con una impresión de mal estado constructivo. De paso les resuelven la situación a amantes, familiares, amigos, socios solventes y vecinos allegados, algo que no se rechazaría por la población, si no se rieran del dolor ajeno.
Sería bueno que esas autoridades represivas del gobierno, como para salirse de la monotonía, apresaran a esos ladrones y corruptos portadores fachadas fidelistas. El propio doctor Fidel Castro Ruz dijo en un discurso en el Aula Magna de la Universidad de La Habana: “Que esta clase social podría derrumbar a la Revolución más que los propios disidentes…”.
Cada vez, que se promueve y divulga una nueva ley, que como están acostumbrados a proclamar los voceros servidores de este mandato, es para beneficio del pueblo. Cuando este mismo pueblo reclama su derecho por que se incumple con él, puede palpar la falta de ética y desfachatez con que lo atiende cualquier funcionario oficialista.
Se pudiera escribir un libro interminable de maltratos a pobladores y desobediencia a leyes oficiales dictadas por el gobierno, por parte de quienes deben hacerlas cumplir. No le quepa duda de que en este municipio, encontraría a la jefatura casi en su totalidad, para no ser muy categórico, implicada en hechos de este tipo.
Se escuchan a diario cientos de anécdotas contadas por afectados de esta indolencia oficialista, cuando se presentan ante superiores, exteriorizan alguna queja de maltrato sufrido por un subalterno y entonces se le recomienda paciencia. Aunque hagan constar que esperan hasta años por la solución de su problema.
O cuando, es bien recibido por este, que da órdenes con carácter urgente de que su demanda sea cumplida y luego al llegar ante quien debe favorecerlo, no obedece en lo más mínimo las disposiciones. Lógica actitud, si como ellos suponen todos estos satánicos directivos, según el refrán: “Comen de un mismo plato”.
Este es el caso de una señora, que hace cinco años recibió en una de esas demostraciones de bondad de este mandato, la autorización de la construcción de su vivienda, junto a otros obreros como estimulo a su buen trabajo. Esta es la fecha en que la mayoría de estos trabajadores no han podido terminar sus casas, debido a estos desafueros.
Según ella cuenta, hasta el Partido Comunita de Cuba (PCC) en el municipio, se involucró en la consabida mentira de informar a instancias superiores, su hogar como concluido, para cumplir un plan en julio del 2007. Después de esto tuvo que mudarse con su obra a medias y aun espera los recursos que deben sumistrarle para su culminación.
La dirección del Instituto Nacional de la Vivienda en este territorio, el gobierno local y el PCC les dieron un ultimátum, en diciembre pasado, a los directivos de la Unidad Inversionista de la Vivienda (UMIV). Arnaldo Rodríguez Camaño, director de la entidad y Cristóbal Castillo, su inversionista, debían entregarle el resto de los recursos con carácter urgente.
¿Hay algo más parecido a la falta de respeto y la desobediencia? ¿Por qué se supone que a estos incumplidores de las leyes totalitarias no se les sancionen? Para muchos esta claro que el estado deja caer las culpas de su ineficiencia sobre ellos y se resignan a aceptar que estos funcionarios saquen provecho de sus mandatos.
Pues cínicamente asumen las construcciones que comienzan por lo general en el fondo de sus domicilios, manteniéndolos ante la vista exterior con una impresión de mal estado constructivo. De paso les resuelven la situación a amantes, familiares, amigos, socios solventes y vecinos allegados, algo que no se rechazaría por la población, si no se rieran del dolor ajeno.
Sería bueno que esas autoridades represivas del gobierno, como para salirse de la monotonía, apresaran a esos ladrones y corruptos portadores fachadas fidelistas. El propio doctor Fidel Castro Ruz dijo en un discurso en el Aula Magna de la Universidad de La Habana: “Que esta clase social podría derrumbar a la Revolución más que los propios disidentes…”.
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