jueves, 29 de octubre de 2009

EL MOVIMIENTO PRODEMOCRACIA EN CUBA, Joaquín Cabezas De León.


La Ceiba, Camajuaní, Villa Clara, 17 de septiembre del 2009 (FDC). El movimiento pro democracia como fenómeno emergente dentro de la sociedad cubana, tiene sus dinámicas, peculiaridades y perspectivas propias, que afloran de su accionar en un contexto donde la Policía Política con rigor científico trata de silenciarlo. Al evaluar su valor real, hay que realizar un análisis no solo cuantitativo.
Artuar solamente un examen en números, en esa dirección se perdería la verdadera dimensión de su significado. Es fundamental abordar con énfasis sus aspectos cualitativos, su naturaleza, multiplicidad de nichos socio-culturales, que los últimos años ha cubierto, en una relación tensionada y retroalimentada por la realidad.

Una visión cabal de Movimiento Pro-Democracia es denotarlo en la calidad, profundidad y madurez de sus propuestas. La diversidad de enfoque a la hora de dialogar con la sociedad en condiciones desfavorables y la capacidad de articular iniciativas desde perspectivas múltiples, que engloban todos los sectores y regiones del país.

El carácter endógeno del movimiento opositor cubano está expresado en su condición de ser consecuencia, resultado y respuesta al conjunto de problemas que presenta la sociedad y el inmovilismo perseverante del régimen. Su surgimiento y crecimiento en términos cualitativos, están matizados por el despertar de segmentos sociales alternativos.

Estos actores alternos al poder buscan soluciones a la crisis nacional y el discurso oficial los pretende presentar como una construcción artificial desde el exterior, desconectada de las realidades del país. La vida ha demostrado que la democracia es un producto imposibilitado de importar y se forja en las entrañas de los pueblos.

Prometeico y vital son los rasgos que definan la naturaleza emergente del movimiento opositor cubano, en un contexto en extremo difícil, donde una élite se aferra al poder y pretende encerrar a la sociedad en el laberinto de sus fracasadas utopías. Los gobernantes tienen como única respuesta a las dinámicas de cambio la represión.

Evaluar objetivamente al movimiento pro democracia en Cuba, es entender su significado promisorio. Qué bien puede ilustrar, parafrasear a Ortega y Gasset y asumir que: “… el movimiento pro democracia es él y sus circunstancias”. Y en el más constructivo sentido, salvar estas circunstancias, es salvar toda la nación.

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