jueves, 29 de octubre de 2009

EPÍSTOLA DE LA REDACCIÓN, No: 19


Al fin se terminó el tan llevado y traído concierto “Paz sin Fronteras” y su culminación contribuye a que se atenúe la discordia entre los cubanos que desean la liberación de Cuba. Para unos este festival resultó todo un éxito, mientras que para otros demostró el fracaso del totalitarismo de lograr coartar a la libertad como concepto.

Quienes primero comprendieron que habían caído en una trampa de ingenuidad política, fueron los propios Juanes, Miguel Bosé y compañía. Entendieron en su mismísima piel, cual es el comportamiento respecto a la privacidad de las personas, que tienen en cuenta los órganos de espionaje y contraespionaje cubanos.

No sucedió por falta de advertencias de personas que antes fueron perjudicados por ese aparato diabólico, nombrado Órganos de la Seguridad del Estado Cubano. A veces algunos seres humanos tienen que quemarse en su propia epidermis, para así entender el significado de la palabra fuego.

Los organizadores de este evento artístico celebrado, una calurosa tarde en el 20 de septiembre del 2009, fueron capaces de entender que los mensajes de libertad y democracia debían ser emitidos en un lenguaje metafórico. Incluso para ellos, famosos y conocidos ciudadanos extranjeros en el suelo de la isla.

A ninguno de los cantores que acudieron al llamado del autor colombiano Juanes, le pudo pasar desapercibido el ilustrativo detalle, que si para ellos que no son ciudadanos nacionales, ni dependen jurídicamente del estado castrista no hubo libertad de expresión. Entonces como será este derecho para los que si residen dentro de la isla-prisión.

No obstante existieron pedidos de canciones con significados subliminales por parte de Juanes. A todos los isleños que oyeron el concierto, les llamó poderosamente la atención que el convocador del evento, le solicitara al inefable cantautor nacional Silvio Rodríguez Domínguez, que cantara su antológica canción “Ojala”.

En esta pieza se oyó una frase, que en las circunstancias histórico-políticas actuales, se constituye por si misma en ilustrativa del deseo reprimido de la mayoría del pueblo cubano. Pues, el líder de la Revolución Cubana se muere un poco cada día y tararear en una plaza llena con más de un millón de personas: “Ojala por lo menos te llevara la muerte…”, es algo que sonó a subversivo.

Un poco de todo tuvo la convocatoria de Juanes y sus seguidores compañeros de escenario. Se pudo observar a unos artistas, asqueados de la represión sin abangues contra ellos y de las restricciones versus sus colegas de trabajo al interior de la isla. Los nombres más ilustrativos de los ausentes fueron Frank Delgado y Pedro Luís Ferrer, así como el grupo Los Aldeanos.

Bajo esas condiciones se hacia prácticamente imposible poder invitar a artistas del exilio cubano, que poseen conocidas canciones degustadas por sus compatriotas. En ese grupo de parias para los castristas, galardón que estos llevan con mucho honor, estuvieron Willy Chirino, Gloria Estefani y Albita Rodríguez.

La fisura que escindió a la oposición al fidelismo, entre los que rechazaban la celebración del concierto y aquellos disidentes que entendían que este si debía producirse, ya es hora que cese. En estos momentos lo primordial es centrar todos los esfuerzos de los oponentes a la dictadura de los hermanos Castro, implementar la democracia en esta tierra.

Guardar pasadas residías, por haber estado en contra o a favor del concierto, solo beneficiaría al enemigo único de la libertad de Cuba, que sin dudas es el gobierno totalitario. Es tiempo de unirse en el primer y esencial paso para la liberación de este suelo, por el que tanta sangre se ha derramado y lagrimas se han vertido, esto es la salida de prisión de los reos políticos.

FDC.

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