El Cuncuní, Santa Clara, Villa Clara, 10 de septiembre del 2009 (FDC). En Cuba se desmorona uno de los pilares propagandísticos de la mal llamada Revolución Cubana. De un tiempo a esta parte los grandes logros en el deporte revolucionario y socialista son más escasos.
Esto quedó ratificado con el bajo rendimiento de los atletas antillanos en el recién concluido Campeonato Mundial de Atletismo-Berlín 2009. Donde la selección cubana solo obtuvo una medalla de oro, cuatro preseas de plata y dos galardones de bronce.
Con la referida actuación el equipo de atletismo nacional ante la creciente competitividad y profesionalización de sus rivales, no se acaba de dar el necesario salto de calidad deportiva. Por ello, solo se logró llegar hasta el puesto duodécimo entre los 125 países participantes.
Una cifra halagadora para cualquier nación normal, menos para una como Cuba, donde la práctica de los deportes y sobre todo sus competencias internacionales son una rampa para la politización de la imagen del sistema.
Precisamente en ese terreno, el castrismo como modo de gobierno acaba de sufrir dos costosas derrotas. La primera de ellas es que el gran campeón de este certamen resultó el equipo de los Estados Unidos de América, mientras la segunda resultó que Jamaica fuera la selección mejor ubicada por América Latina.
El ejemplo dado por el corredor jamaicano Usail Bolt, quien sin lugar a ningún tipo de dudas, fue el mayor protagonista del evento deportivo. Porque pulverizó su anterior record mundial en los 100 metros planos con un electrizante 9, 58 segundos.
Y la apoteosis vino después, cuando el propio Bolt corrió los 200 metros en el increíble tiempo de 19, 19 segundos. Para opacar cualquier otra participación de atleta alguno, incluidos claro está, a los siempre presionados competidores de esta isla.
Según declaraciones del dictador Fidel Castro Ruz en unas de sus reflexiones: “Cuba es una potencia mundial en deporte”. Todo parece indicar que este ahora enfermo gobernante, no quiere aceptar bajo ningún concepto, que esa afirmación se justificaba en el pasado, hoy no es así.
Las actividades deportivas a nivel mundial y tras el derrumbe del campo socialista europeo, pero en particular de la Unión Soviética se despolitizó. Actualmente corren tiempos donde el profesionalismo se ha impuesto en todos los órdenes en el deporte y el estado cubano quiere nadar contra la corriente.
Esto ha traído como consecuencia la constante huida hacía ligas extranjeras de los atletas nacionales de todas las especialidades. Las autoridades deportivas quisieran ponerse a tono con los nuevos tiempos, pero no pueden porque los máximos dirigentes políticos del archipiélago han vetado casi toda incursión en series foráneas de competidores isleños.
Mientras a los deportistas cubanos no les den el monto en divisas libremente convertibles de sus medallas, para satisfacer los sacrificios personales en que han incurrido, que no esperen resultados. Además de los atletas mirar con impotencia como el estado cubano se apropia del fruto de sus abnegaciones, esta complicación no se zanjará.
Muchos de los propagandistas del comunismo pretenden engañar al pueblo cubano, con falsas ilusiones, pero la realidad es que el deporte de esta isla-prisión ha caído y continuará en picada. Especialidades como el boxeo o el béisbol, así también lo confirman.
Esto quedó ratificado con el bajo rendimiento de los atletas antillanos en el recién concluido Campeonato Mundial de Atletismo-Berlín 2009. Donde la selección cubana solo obtuvo una medalla de oro, cuatro preseas de plata y dos galardones de bronce.
Con la referida actuación el equipo de atletismo nacional ante la creciente competitividad y profesionalización de sus rivales, no se acaba de dar el necesario salto de calidad deportiva. Por ello, solo se logró llegar hasta el puesto duodécimo entre los 125 países participantes.
Una cifra halagadora para cualquier nación normal, menos para una como Cuba, donde la práctica de los deportes y sobre todo sus competencias internacionales son una rampa para la politización de la imagen del sistema.
Precisamente en ese terreno, el castrismo como modo de gobierno acaba de sufrir dos costosas derrotas. La primera de ellas es que el gran campeón de este certamen resultó el equipo de los Estados Unidos de América, mientras la segunda resultó que Jamaica fuera la selección mejor ubicada por América Latina.
El ejemplo dado por el corredor jamaicano Usail Bolt, quien sin lugar a ningún tipo de dudas, fue el mayor protagonista del evento deportivo. Porque pulverizó su anterior record mundial en los 100 metros planos con un electrizante 9, 58 segundos.
Y la apoteosis vino después, cuando el propio Bolt corrió los 200 metros en el increíble tiempo de 19, 19 segundos. Para opacar cualquier otra participación de atleta alguno, incluidos claro está, a los siempre presionados competidores de esta isla.
Según declaraciones del dictador Fidel Castro Ruz en unas de sus reflexiones: “Cuba es una potencia mundial en deporte”. Todo parece indicar que este ahora enfermo gobernante, no quiere aceptar bajo ningún concepto, que esa afirmación se justificaba en el pasado, hoy no es así.
Las actividades deportivas a nivel mundial y tras el derrumbe del campo socialista europeo, pero en particular de la Unión Soviética se despolitizó. Actualmente corren tiempos donde el profesionalismo se ha impuesto en todos los órdenes en el deporte y el estado cubano quiere nadar contra la corriente.
Esto ha traído como consecuencia la constante huida hacía ligas extranjeras de los atletas nacionales de todas las especialidades. Las autoridades deportivas quisieran ponerse a tono con los nuevos tiempos, pero no pueden porque los máximos dirigentes políticos del archipiélago han vetado casi toda incursión en series foráneas de competidores isleños.
Mientras a los deportistas cubanos no les den el monto en divisas libremente convertibles de sus medallas, para satisfacer los sacrificios personales en que han incurrido, que no esperen resultados. Además de los atletas mirar con impotencia como el estado cubano se apropia del fruto de sus abnegaciones, esta complicación no se zanjará.
Muchos de los propagandistas del comunismo pretenden engañar al pueblo cubano, con falsas ilusiones, pero la realidad es que el deporte de esta isla-prisión ha caído y continuará en picada. Especialidades como el boxeo o el béisbol, así también lo confirman.
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