El Condado, Santa Clara, Villa Clara, 1ro de octubre 2009 (FDC). Causa extrañeza, que desde la elección del presidente de los Estados Unidos de América Barack Obama, se hable poco de la transición política en Cuba. Muchos consideran que se ha abierto un compás de espera, para ver la incidencia de la nueva política del inquilino de la Casa Blanca en relación al acontecer cubano.
Muchos votaban y votan después de las elecciones presidenciales en esa nación, por un cambio pacifico hacia la democracia en la isla. Este es el único camino que puede conducir al restablecimiento de las libertades plenas, además del más absoluto respeto por los derechos humanos.
Largo y angustioso ha sido ese andar, que ofrece dolorosas experiencias. La lucha armada de los primeros años, fue un fracaso, las intentonas insurreccionales posteriores, que culminaron en la invasión por la Bahía de Cochinos también, desembarcos aislados, preparación de otras acciones violentas, no encontraron el apoyo del pueblo.
La inclaudicable lucha de los que se oponen al pensamiento único, a la unanimidad impuesta, no se detuvo. Les sirve de aliento y los estimula constantemente el ejemplo viviente, que ofrecen los países del Este de Europa, las transiciones pacificas en España, Chile, Argentina y otros estados de la región incitan a proseguir.
Es lógico que la dura represión de estos años, causó graves estragos en las filas de la disidencia. Los comunistas en el poder implementaron una política retrógrada, respecto a las libertades individuales, economía y cultura. El socialismo dejó atrás el rostro humano, para enseñar su verdadera esencia totalitaria y represiva.
A pesar de las múltiples diferencias de criterios que existen en el seno de la oposición interna, la unidad en la diversidad se abre paso. El camino a recorrer es largo, lleno de obstáculos y dificultades, unirse es un imperativo del momento histórico, que le ha tocado vivir al habitante de este archipiélago.
Poco se vislumbra de los cambios que el país necesita efectuar. La investidura del General de Ejercito Raúl Castro Ruz, como presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, por los diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular, abrió ciertas expectativas, sobre la posibilidad de dar término al continuismo e iniciar la transición
Pero nada de eso ha ocurrido, el país sigue detenido en el tiempo. La elite gobernante no envía señal alguna que indique ciertas modificaciones del status quo imperante. Continua la asfixia política, la expulsión de los centros laborales a los que no comulguen con el sistema y la intolerancia política fuera del partido comunista.
Cientos de presos políticos prosiguen en las cárceles, condenados a largas penas de prisión. Otros cientos de opositores son reprimidos violentamente, por efectuar vigilias, participar pacíficamente en alguna manifestación o al expresarse en defensa de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, incluida la libertad económica.
El mundo cambia constantemente, pero todo indica, que los actuales gobernantes dejaron de ser dialécticos y ahora son metafísicos. No se percatan de la marcha indetenible de la historia, por eso se aferran e ignoran el paso del tiempo, el cual demuestra constantemente, como cualquier sistema totalitario es un fracaso.
Los patriotas del siglo XXI, abogan por las transformaciones que el país ansía y necesita. El sendero a caminar sigue lleno de obstáculos peligrosos. No obstante deben estar preparados para cuando el momento de la transición se inicie. La experiencia que en este campo ofrecen los europeos no es nada despreciable.
El viejo continente brinda valiosos paradigmas a imitar, a pesar de su política poco convincente hacia Cuba. Bajo las botas de la mal llamada Dictadura del Proletariado, muchos estados habían perdido la esperanza de ver la luz, como ocurre hoy en Cuba, pero en otras circunstancias hoy la transición política pacifica es inevitable....
Muchos votaban y votan después de las elecciones presidenciales en esa nación, por un cambio pacifico hacia la democracia en la isla. Este es el único camino que puede conducir al restablecimiento de las libertades plenas, además del más absoluto respeto por los derechos humanos.
Largo y angustioso ha sido ese andar, que ofrece dolorosas experiencias. La lucha armada de los primeros años, fue un fracaso, las intentonas insurreccionales posteriores, que culminaron en la invasión por la Bahía de Cochinos también, desembarcos aislados, preparación de otras acciones violentas, no encontraron el apoyo del pueblo.
La inclaudicable lucha de los que se oponen al pensamiento único, a la unanimidad impuesta, no se detuvo. Les sirve de aliento y los estimula constantemente el ejemplo viviente, que ofrecen los países del Este de Europa, las transiciones pacificas en España, Chile, Argentina y otros estados de la región incitan a proseguir.
Es lógico que la dura represión de estos años, causó graves estragos en las filas de la disidencia. Los comunistas en el poder implementaron una política retrógrada, respecto a las libertades individuales, economía y cultura. El socialismo dejó atrás el rostro humano, para enseñar su verdadera esencia totalitaria y represiva.
A pesar de las múltiples diferencias de criterios que existen en el seno de la oposición interna, la unidad en la diversidad se abre paso. El camino a recorrer es largo, lleno de obstáculos y dificultades, unirse es un imperativo del momento histórico, que le ha tocado vivir al habitante de este archipiélago.
Poco se vislumbra de los cambios que el país necesita efectuar. La investidura del General de Ejercito Raúl Castro Ruz, como presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, por los diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular, abrió ciertas expectativas, sobre la posibilidad de dar término al continuismo e iniciar la transición
Pero nada de eso ha ocurrido, el país sigue detenido en el tiempo. La elite gobernante no envía señal alguna que indique ciertas modificaciones del status quo imperante. Continua la asfixia política, la expulsión de los centros laborales a los que no comulguen con el sistema y la intolerancia política fuera del partido comunista.
Cientos de presos políticos prosiguen en las cárceles, condenados a largas penas de prisión. Otros cientos de opositores son reprimidos violentamente, por efectuar vigilias, participar pacíficamente en alguna manifestación o al expresarse en defensa de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, incluida la libertad económica.
El mundo cambia constantemente, pero todo indica, que los actuales gobernantes dejaron de ser dialécticos y ahora son metafísicos. No se percatan de la marcha indetenible de la historia, por eso se aferran e ignoran el paso del tiempo, el cual demuestra constantemente, como cualquier sistema totalitario es un fracaso.
Los patriotas del siglo XXI, abogan por las transformaciones que el país ansía y necesita. El sendero a caminar sigue lleno de obstáculos peligrosos. No obstante deben estar preparados para cuando el momento de la transición se inicie. La experiencia que en este campo ofrecen los europeos no es nada despreciable.
El viejo continente brinda valiosos paradigmas a imitar, a pesar de su política poco convincente hacia Cuba. Bajo las botas de la mal llamada Dictadura del Proletariado, muchos estados habían perdido la esperanza de ver la luz, como ocurre hoy en Cuba, pero en otras circunstancias hoy la transición política pacifica es inevitable....
No hay comentarios:
Publicar un comentario