Santa Catalina, Santa Clara, Villa Clara, 17 de septiembre del 2009 (FDC). La Virgen de la Caridad del Cobre ocupa un lugar muy singular en la vida de Cuba como nación. La historia cubana está jalonada de maravillosas muestras de amor a su Patrona a cuyos pies la imagen muestra dos indios y un negro como símbolos de la pluralidad étnica de nuestro pueblo.
Esta venerada imagen había sido encontrada a flote en la bahía de Nipe, al norte del oriente cubano por tres hombres de humilde condición, los hermanos indios Juan y Rodrigo de Hoyos y el negro esclavo de solo 10 años, Juan Moreno en el año 1612. La recogieron y la llevaron al hato de Barajagua, de allí al poco tiempo fue llevada en procesión hasta el poblado del Cobre.
Ya en el pueblo la Virgen comenzó a derramar gracias y favores sobre los habitantes de la región de El Cobre, pueblo minero donde está su Santuario, allí fue el primer lugar de Cuba donde se les concedió la libertad a los esclavos. A partir de este lugar se hizo extensiva a toda la nación de la devoción a la Virgen madre de Dios, debido a la fama que adquirieron sus milagros.
Toda la historia de su hallazgo se conoce gracias a la declaración que se le tomara a Juan Moreno en 1687, cuando contaba con 85 años. Este documento se conserva en el Archivo de Indias en España encontrado hace poco, gracias a la búsqueda del historiador y geógrafo cubano exiliado, Leví Marrero.
Dicha confesión no solo es valiosa y bella por su testimonio histórico sino que también por recoger y dar fuerza legal por primera vez a las palabras de un negro esclavo, en aquel tiempo carente de derechos. Para muchos esto ocurrió gracias a una intervención especial de la Virgen, que vino para cubrirnos e igualarnos a todos bajo su manto.
Los cubanos por gratitud no olvidan los acontecimientos de su historia que están relacionados con su Reina y Patrona. Con el dosel del altar familiar, Carlos Manuel de Céspedes, confeccionó la bandera del alzamiento en La Demajagua y el 24 de noviembre del 1868, al tomar el poblado de El Cobre visitó el santuario y postrado a sus pies puso la lucha por la libertad de Cuba.
Desde ese día la Virgen que estaba en el corazón de los cubanos acompañó a la manigua a los mambises, soldados cubanos, que la llevaban sobre su pecho en una medalla, y la medida de su milagrosa imagen alrededor de su sombrero con una cinta tricolor. Fue por eso que se le llamo mambisa.
Se reconoce como “La Virgen Mambisa” a la replica que los acompañó a los campos de batalla, la que hoy se encuentra en la iglesia de Santo Tomás en Santiago de Cuba. Esta imagen fue la que presidió el Encuentro Nacional Eclesial Cubano celebrado en La Habana en 1986, de gran trascendencia para la iglesia que peregrina en el país.
El primer acto de Cuba libre, tuvo lugar cuando las tropas del general mambí Calixto García Iñiguez se postraron a los pies de la bendita imagen el 8 de septiembre del 1898 en una solemne misa de Te Deum. En ella se dijo que: “…los cubanos tienen en la Virgen de la Caridad una Madre que los enseñara a consolidar una República cristiana”.
Pasaría esta misa a la posteridad como la “Declaración Mambisa de Independencia del pueblo cubano” aunque el actual régimen borró hasta de los libros de textos este acontecimiento junto a otros tantos que forman parte de la Historia de Cuba. Pretenden de esta forma los comunistas mostrar un pueblo desligado de toda religiosidad, cuestión que no coincide con la realidad.
Los fieles veteranos de nuestras gestas libertarias redactaron el 24 de septiembre del 1915 una carta a Su Santidad Benedicto XV, solicitándole proclamara a la Virgen de la Caridad, Patrona de la naciente República de Cuba. Este documento fue firmado por 2000 mambises entre oficiales y soldados.
Decía esta carta entre otras cosas que: “En el fragor de los combates y en la mayores vicisitudes de la vida cuando más cercana estaba la muerte o más próxima la desesperación, surgió siempre como luz disipadora de todo peligro, como roció consolador para nuestras almas, la visión de esta Virgen cubana por excelencia”. El papa accedió a proclamarla Patrona el 10 de mayo 1916.
El actual santuario fue inaugurado el 8 de septiembre de 1927, y elevado a la dignidad de Basílica Menor el 22 de diciembre 1977, por el papa Pablo VI en solemne celebración presidida por su enviado personal el Cardenal Bernardin Gantin, de origen africano. En la actualidad se encuentra en restauración con vista a la celebración de los 400 años del hallazgo de la Virgen.
Ha salido del Cobre la imagen encontrada en Nipe en cuatro ocasiones: La primera fue el 20 de diciembre del 1936, para la clausura del Congreso Nacional Eucarístico, después el 20 de mayo 1952, al ser llevada a La Habana por el Cincuentenario de la República, y en noviembre del 1959, para la clausura del I Congreso Católico Nacional en la Plaza Cívica José Martí.
Con la visita de Juan Pablo II a la isla fue llevada a la emotiva celebración en la plaza Antonio de la Caridad Maceo y Grajales en Santiago de Cuba, el 24 de enero de 1998, donde fue coronada por el como Reina Madre y Patrona de todos los cubanos, tanto de los que están dentro como de los que viven en la diáspora.
Ella acompaña a los cubanos donde quiera que estén, prueba de ello es la capilla de los exvotos donde podemos encontrar referencias de toda la historia de la nación, tanto de los que la han proclamado con sus labios valientemente y de los que la llevan oculta en su cartera por temor a la represión. También lo manifiesta la multitud de templos en su honor dispersos por el mundo.
Muchos quisieron borrar infructuosamente este símbolo de cubanía, este signo de la nacionalidad pues ella representa donde quiera que este a Cuba y a sus hijos. La Caridad reside más que nada en el corazón de este pueblo y cada hijo de esta tierra tienen en su alma un altar para su virgencita que es Madre y Protectora.
Esta venerada imagen había sido encontrada a flote en la bahía de Nipe, al norte del oriente cubano por tres hombres de humilde condición, los hermanos indios Juan y Rodrigo de Hoyos y el negro esclavo de solo 10 años, Juan Moreno en el año 1612. La recogieron y la llevaron al hato de Barajagua, de allí al poco tiempo fue llevada en procesión hasta el poblado del Cobre.
Ya en el pueblo la Virgen comenzó a derramar gracias y favores sobre los habitantes de la región de El Cobre, pueblo minero donde está su Santuario, allí fue el primer lugar de Cuba donde se les concedió la libertad a los esclavos. A partir de este lugar se hizo extensiva a toda la nación de la devoción a la Virgen madre de Dios, debido a la fama que adquirieron sus milagros.
Toda la historia de su hallazgo se conoce gracias a la declaración que se le tomara a Juan Moreno en 1687, cuando contaba con 85 años. Este documento se conserva en el Archivo de Indias en España encontrado hace poco, gracias a la búsqueda del historiador y geógrafo cubano exiliado, Leví Marrero.
Dicha confesión no solo es valiosa y bella por su testimonio histórico sino que también por recoger y dar fuerza legal por primera vez a las palabras de un negro esclavo, en aquel tiempo carente de derechos. Para muchos esto ocurrió gracias a una intervención especial de la Virgen, que vino para cubrirnos e igualarnos a todos bajo su manto.
Los cubanos por gratitud no olvidan los acontecimientos de su historia que están relacionados con su Reina y Patrona. Con el dosel del altar familiar, Carlos Manuel de Céspedes, confeccionó la bandera del alzamiento en La Demajagua y el 24 de noviembre del 1868, al tomar el poblado de El Cobre visitó el santuario y postrado a sus pies puso la lucha por la libertad de Cuba.
Desde ese día la Virgen que estaba en el corazón de los cubanos acompañó a la manigua a los mambises, soldados cubanos, que la llevaban sobre su pecho en una medalla, y la medida de su milagrosa imagen alrededor de su sombrero con una cinta tricolor. Fue por eso que se le llamo mambisa.
Se reconoce como “La Virgen Mambisa” a la replica que los acompañó a los campos de batalla, la que hoy se encuentra en la iglesia de Santo Tomás en Santiago de Cuba. Esta imagen fue la que presidió el Encuentro Nacional Eclesial Cubano celebrado en La Habana en 1986, de gran trascendencia para la iglesia que peregrina en el país.
El primer acto de Cuba libre, tuvo lugar cuando las tropas del general mambí Calixto García Iñiguez se postraron a los pies de la bendita imagen el 8 de septiembre del 1898 en una solemne misa de Te Deum. En ella se dijo que: “…los cubanos tienen en la Virgen de la Caridad una Madre que los enseñara a consolidar una República cristiana”.
Pasaría esta misa a la posteridad como la “Declaración Mambisa de Independencia del pueblo cubano” aunque el actual régimen borró hasta de los libros de textos este acontecimiento junto a otros tantos que forman parte de la Historia de Cuba. Pretenden de esta forma los comunistas mostrar un pueblo desligado de toda religiosidad, cuestión que no coincide con la realidad.
Los fieles veteranos de nuestras gestas libertarias redactaron el 24 de septiembre del 1915 una carta a Su Santidad Benedicto XV, solicitándole proclamara a la Virgen de la Caridad, Patrona de la naciente República de Cuba. Este documento fue firmado por 2000 mambises entre oficiales y soldados.
Decía esta carta entre otras cosas que: “En el fragor de los combates y en la mayores vicisitudes de la vida cuando más cercana estaba la muerte o más próxima la desesperación, surgió siempre como luz disipadora de todo peligro, como roció consolador para nuestras almas, la visión de esta Virgen cubana por excelencia”. El papa accedió a proclamarla Patrona el 10 de mayo 1916.
El actual santuario fue inaugurado el 8 de septiembre de 1927, y elevado a la dignidad de Basílica Menor el 22 de diciembre 1977, por el papa Pablo VI en solemne celebración presidida por su enviado personal el Cardenal Bernardin Gantin, de origen africano. En la actualidad se encuentra en restauración con vista a la celebración de los 400 años del hallazgo de la Virgen.
Ha salido del Cobre la imagen encontrada en Nipe en cuatro ocasiones: La primera fue el 20 de diciembre del 1936, para la clausura del Congreso Nacional Eucarístico, después el 20 de mayo 1952, al ser llevada a La Habana por el Cincuentenario de la República, y en noviembre del 1959, para la clausura del I Congreso Católico Nacional en la Plaza Cívica José Martí.
Con la visita de Juan Pablo II a la isla fue llevada a la emotiva celebración en la plaza Antonio de la Caridad Maceo y Grajales en Santiago de Cuba, el 24 de enero de 1998, donde fue coronada por el como Reina Madre y Patrona de todos los cubanos, tanto de los que están dentro como de los que viven en la diáspora.
Ella acompaña a los cubanos donde quiera que estén, prueba de ello es la capilla de los exvotos donde podemos encontrar referencias de toda la historia de la nación, tanto de los que la han proclamado con sus labios valientemente y de los que la llevan oculta en su cartera por temor a la represión. También lo manifiesta la multitud de templos en su honor dispersos por el mundo.
Muchos quisieron borrar infructuosamente este símbolo de cubanía, este signo de la nacionalidad pues ella representa donde quiera que este a Cuba y a sus hijos. La Caridad reside más que nada en el corazón de este pueblo y cada hijo de esta tierra tienen en su alma un altar para su virgencita que es Madre y Protectora.
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