Parroquia, Santa Clara, Villa Clara, 24 de septiembre del 2009 (FDC). “Oye socio, ¿cúal fue el de anoche?”, la respuesta fue: “el chivo” y replicó: “¡coño y yo que le puse al sapo!”. Este diálogo puede ser escuchado a lo largo y ancho del país y da fe, que así como las malas hierbas, el juego de azar, se ha extendido por todos los rincones del mismo. Conocido como “la bolita”, involucra a miles de personas en todo el archipiélago.
Las malezas pueden erradicarse con facilidad, pero los males sociales no. El juego en particular, no es un vicio nuevo en Cuba. Durante la época colonial, este y la vagancia aparejada a los mismos, se enraizaron en el país, lo que podemos leer en el libro escrito por José Antonio Saco y López, titulado “Memoria sobre la Vagancia en la Isla de Cuba”.
“Tan graves son las enfermedades morales que padece la isla de Cuba, que la sociedad Patriótica de La Habana se apresura a buscarles remedios”, escribía en dicha obra. En ella describe no solo recreos de azar, sino también, las peleas de gallos y la lotería, que en su tiempo llegó a causar furor entre los residentes de la colonia.
Las lidias de gallos se insertaron de tal forma en aquella sociedad colonial, en la vida republicana y aun en el socialismo, que varios artistas como Eduardo Abela, Federico Miahle y Atilano Armenteros los llevaron a sus lienzos. Otros juegos como los dados, también fueron interpretados por artistas como Víctor Patricio de Landaluce en su cuadro “Los Mataperros”.
Samuel Hazard, un norteamericano que visitó dos veces la isla y que la abandonó, poco antes de 1868, es posible haya escrito el primer libro que pudiera considerarse como una guía turística para los viajeros de la época. Relata en él, anécdotas muy interesantes sobre estos temas. Pero uno de los que más llamó su atención fue sin dudas “La Lotería”.
Sobre esta dijo textualmente: “puede afirmarse que la lotería es la maldición de los cubanos” y añadió: “esta produce al tesoro tanto como cualquier otro ramo, puesto que ingresa en él la cuarta parte de su producto”. Motivo evidente para que el régimen colonial se tomara tanto interés en la misma y editara unos 500 000 billetes al año.
Se refirió también muy detalladamente a las peleas de gallos y su descripción de las mismas, no está para nada alejada de cómo eran estas en la época republicana y aún en el día de hoy. Tanto es así, que en la fraseología de los cubanos decir: “esto es una valla de gallos”, se usa para referirse al desorden, la gritería y todo lo que represente desorganización.
Ya en su famoso alegato de defensa, por los sucesos del Cuartel Guillermón Moncada, en julio de 1953, el Dr. Fidel Castro Ruz, había pronosticado la desaparición de todas estas lacras sociales, si llegaba al poder la revolución, que aún estaba en su génesis. Estas se achacaban a la corrupción imperante en la época y al sistema capitalista.
Se esperaba que después de 50 años de construcción de una sociedad nueva, los proletarios vivieran en un mundo perfecto. Puesto que se habrían desprendido de todo lo que oliera al capital y si abrazarían las ideas socialistas, según las cuales el hombre sería el hermano de sí mismo y no su lobo.
No tendrían ya cabida los añejos vicios y sobre todo las causas que generaban los mismos debían desaparecer. Pero hay una vieja locución latina que reza: “errare humanun est” y parece que en esa construcción social los “albañiles” cometieron algunos errores. Así, muchos juegos del azar aún subsisten y las contiendas de gallos son cosa común.
La llamada “bolita” o lotería criolla, es hoy quizás la empresa más productiva del país, así como lo fue en la colonia. Existe en toda la isla, no tiene una estructura tan complicada como las empresas estatales, sin dirigentes, ni carros a su servicio, carente de computadoras, sin embargo, infinitud de personas diariamente juegan y cobran puntualmente sus premios en efectivo.
Las malezas pueden erradicarse con facilidad, pero los males sociales no. El juego en particular, no es un vicio nuevo en Cuba. Durante la época colonial, este y la vagancia aparejada a los mismos, se enraizaron en el país, lo que podemos leer en el libro escrito por José Antonio Saco y López, titulado “Memoria sobre la Vagancia en la Isla de Cuba”.
“Tan graves son las enfermedades morales que padece la isla de Cuba, que la sociedad Patriótica de La Habana se apresura a buscarles remedios”, escribía en dicha obra. En ella describe no solo recreos de azar, sino también, las peleas de gallos y la lotería, que en su tiempo llegó a causar furor entre los residentes de la colonia.
Las lidias de gallos se insertaron de tal forma en aquella sociedad colonial, en la vida republicana y aun en el socialismo, que varios artistas como Eduardo Abela, Federico Miahle y Atilano Armenteros los llevaron a sus lienzos. Otros juegos como los dados, también fueron interpretados por artistas como Víctor Patricio de Landaluce en su cuadro “Los Mataperros”.
Samuel Hazard, un norteamericano que visitó dos veces la isla y que la abandonó, poco antes de 1868, es posible haya escrito el primer libro que pudiera considerarse como una guía turística para los viajeros de la época. Relata en él, anécdotas muy interesantes sobre estos temas. Pero uno de los que más llamó su atención fue sin dudas “La Lotería”.
Sobre esta dijo textualmente: “puede afirmarse que la lotería es la maldición de los cubanos” y añadió: “esta produce al tesoro tanto como cualquier otro ramo, puesto que ingresa en él la cuarta parte de su producto”. Motivo evidente para que el régimen colonial se tomara tanto interés en la misma y editara unos 500 000 billetes al año.
Se refirió también muy detalladamente a las peleas de gallos y su descripción de las mismas, no está para nada alejada de cómo eran estas en la época republicana y aún en el día de hoy. Tanto es así, que en la fraseología de los cubanos decir: “esto es una valla de gallos”, se usa para referirse al desorden, la gritería y todo lo que represente desorganización.
Ya en su famoso alegato de defensa, por los sucesos del Cuartel Guillermón Moncada, en julio de 1953, el Dr. Fidel Castro Ruz, había pronosticado la desaparición de todas estas lacras sociales, si llegaba al poder la revolución, que aún estaba en su génesis. Estas se achacaban a la corrupción imperante en la época y al sistema capitalista.
Se esperaba que después de 50 años de construcción de una sociedad nueva, los proletarios vivieran en un mundo perfecto. Puesto que se habrían desprendido de todo lo que oliera al capital y si abrazarían las ideas socialistas, según las cuales el hombre sería el hermano de sí mismo y no su lobo.
No tendrían ya cabida los añejos vicios y sobre todo las causas que generaban los mismos debían desaparecer. Pero hay una vieja locución latina que reza: “errare humanun est” y parece que en esa construcción social los “albañiles” cometieron algunos errores. Así, muchos juegos del azar aún subsisten y las contiendas de gallos son cosa común.
La llamada “bolita” o lotería criolla, es hoy quizás la empresa más productiva del país, así como lo fue en la colonia. Existe en toda la isla, no tiene una estructura tan complicada como las empresas estatales, sin dirigentes, ni carros a su servicio, carente de computadoras, sin embargo, infinitud de personas diariamente juegan y cobran puntualmente sus premios en efectivo.
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