Sakenaff, Santa Clara, Villa Clara, 24 de septiembre del 2009 (FDC). La noche del 8 de septiembre de 1997, miles de santaclareños como en toda Cuba, manifestaron su devoción en peregrinaje a un culto que les fue negado por más de 35 años. Porque para el marxismo más ortodoxo simplemente “…la religión es el opio de los pueblos…”.
El gobierno cubano en un acto de buena voluntad, después de tanto daño hecho a los que practicaban la religión y como manera de hacer un gesto de desagravio hacia su “santidad”, el Papa Juan Pablo II. Autorizó a sus simpatizantes en la isla y permitió el regreso de la procesión de la Virgen de la Caridad.
Relatan documentos antiguos, que un día no precisado del año 1612, dos indios orientales, Rodrigo y Juan de Hoyos, junto al niño negro esclavo Juan Moreno, encontraron una imagen de la Virgen María que flotaba sobre las olas del mar, cuando iban a buscar sal a la bahía de Nipe. Moreno contó el 11 de abril de 1687, que el hallazgo decía: “yo soy la Virgen de la Caridad”.
Todos eran hombres de fe, quienes admirados por el tesoro recogieron la imagen y gozosamente la llevaron al Hato de Barajagua, donde le levantaron una modesta ermita y un altar. Después la trasladaron en larga y devota procesión hasta el poblado de El Cobre, donde la expusieron para veneración de los obreros que trabajaban en la iglesia parroquial.
A mediados de 1648, en aquel lugar le construyeron una pequeña ermita y más tarde 1680, un espacioso templo, donde acudían los lugareños e iban de peregrinación santiagueros, bayameses y demás comarcas cercanas. Desde su Santuario del Cobre, conquistó el corazón de muchas personas que la sentían cercana y acudían a ella para manifestarles amor y obtener sus favores.
Lentamente la devoción a María de La Caridad, se extendió de un extremo a otro del país y se propagó a amplios sectores de la población, sobre todo entre los criollos, principalmente en campesinos y grupos más humildes. En 1717, se levantó una ermita, hoy parroquia, a su nombre en Sancti Spíritus, Camaguey y Marianao hicieron lo mismo, el año 1734.
La devoción a la virgen fue tal que, en 1868, se convirtió en lazo de unión para todos los cubanos y se identificó de forma inmediata con la causa independentista. Se le llamó La Virgen Mambisa y según la tradición el pabellón enarbolado por Carlos Manuel de Céspedes en La Demajagua, se confeccionó con la tela azul que cubría el altar a ella en su propia casa.
Al terminar la guerra de 1895, el general mambí Calixto García envió al santuario del Cobre, a su homólogo Agustín Cebraco y todo su estado mayor para celebrar oficialmente la primera fiesta a la Virgen de la Caridad en una Cuba libre. Este hecho recogido en acto solemne, ocurrió el 8 de septiembre de 1898 y es considerado el primero de carácter oficial en la patria independiente.
Corría el 24 de septiembre de 1915, cuando un grupo de más de 2000 veteranos fueron a caballo desde Santiago de Cuba a El Cobre. El nutrido clan redactó, leyó y firmó un documento. En el mismo se le pidió a la “Santidad” de turno, Benedicto XV, declarase a la Virgen de la Caridad del Cobre como Patrona de Cuba.
Olga Portuondo Zúñiga en su libro “La Virgen de la Caridad del Cobre, Símbolo de Cubanía”, página 199 plantea: “…los firmantes eran negros, blancos y mulatos, militaban en los partidos Conservador, Liberal y Socialista, donde limaron asperezas estamentales….”. En respuesta el Obispo de Roma la declaró, el 10 de mayo de 1916, Patrona de la República de Cuba.
Debido a los trabajos en las minas del Cobre, el antiguo santuario se vió irremediablemente afectado y la virgen fue trasladada a la Iglesia Parroquial del El Cobre. Un nuevo santuario se inauguró el 8 de septiembre de 1927 y se trasladó la imagen a este local en procesión solemne y devota.
En el año 1930, la Patrona Nacional fue coronada, mediante el envío de una delegación papal venida expresamente del Vaticano, la coronación la realizó el Arzobispo de Santiago de Cuba Monseñor Valentín Zubizarreta. Todo se efectuó dentro de la alegría que caracteriza al pueblo de la segunda ciudad cubana.
Cual gobierno comunista, este ha descongelado un tanto las relaciones con la iglesia católica, antes de la visita del Papa Juan Pablo II. Un polaco anticomunista la coronó, el 24 de enero de 1998, en la Plaza “Antonio Maceo” de Santiago de Cuba. Los santaclareños pudieron desfilar tras la Patrona de Cuba, este 8 de septiembre, por los sacrificios mencionados.
El gobierno cubano en un acto de buena voluntad, después de tanto daño hecho a los que practicaban la religión y como manera de hacer un gesto de desagravio hacia su “santidad”, el Papa Juan Pablo II. Autorizó a sus simpatizantes en la isla y permitió el regreso de la procesión de la Virgen de la Caridad.
Relatan documentos antiguos, que un día no precisado del año 1612, dos indios orientales, Rodrigo y Juan de Hoyos, junto al niño negro esclavo Juan Moreno, encontraron una imagen de la Virgen María que flotaba sobre las olas del mar, cuando iban a buscar sal a la bahía de Nipe. Moreno contó el 11 de abril de 1687, que el hallazgo decía: “yo soy la Virgen de la Caridad”.
Todos eran hombres de fe, quienes admirados por el tesoro recogieron la imagen y gozosamente la llevaron al Hato de Barajagua, donde le levantaron una modesta ermita y un altar. Después la trasladaron en larga y devota procesión hasta el poblado de El Cobre, donde la expusieron para veneración de los obreros que trabajaban en la iglesia parroquial.
A mediados de 1648, en aquel lugar le construyeron una pequeña ermita y más tarde 1680, un espacioso templo, donde acudían los lugareños e iban de peregrinación santiagueros, bayameses y demás comarcas cercanas. Desde su Santuario del Cobre, conquistó el corazón de muchas personas que la sentían cercana y acudían a ella para manifestarles amor y obtener sus favores.
Lentamente la devoción a María de La Caridad, se extendió de un extremo a otro del país y se propagó a amplios sectores de la población, sobre todo entre los criollos, principalmente en campesinos y grupos más humildes. En 1717, se levantó una ermita, hoy parroquia, a su nombre en Sancti Spíritus, Camaguey y Marianao hicieron lo mismo, el año 1734.
La devoción a la virgen fue tal que, en 1868, se convirtió en lazo de unión para todos los cubanos y se identificó de forma inmediata con la causa independentista. Se le llamó La Virgen Mambisa y según la tradición el pabellón enarbolado por Carlos Manuel de Céspedes en La Demajagua, se confeccionó con la tela azul que cubría el altar a ella en su propia casa.
Al terminar la guerra de 1895, el general mambí Calixto García envió al santuario del Cobre, a su homólogo Agustín Cebraco y todo su estado mayor para celebrar oficialmente la primera fiesta a la Virgen de la Caridad en una Cuba libre. Este hecho recogido en acto solemne, ocurrió el 8 de septiembre de 1898 y es considerado el primero de carácter oficial en la patria independiente.
Corría el 24 de septiembre de 1915, cuando un grupo de más de 2000 veteranos fueron a caballo desde Santiago de Cuba a El Cobre. El nutrido clan redactó, leyó y firmó un documento. En el mismo se le pidió a la “Santidad” de turno, Benedicto XV, declarase a la Virgen de la Caridad del Cobre como Patrona de Cuba.
Olga Portuondo Zúñiga en su libro “La Virgen de la Caridad del Cobre, Símbolo de Cubanía”, página 199 plantea: “…los firmantes eran negros, blancos y mulatos, militaban en los partidos Conservador, Liberal y Socialista, donde limaron asperezas estamentales….”. En respuesta el Obispo de Roma la declaró, el 10 de mayo de 1916, Patrona de la República de Cuba.
Debido a los trabajos en las minas del Cobre, el antiguo santuario se vió irremediablemente afectado y la virgen fue trasladada a la Iglesia Parroquial del El Cobre. Un nuevo santuario se inauguró el 8 de septiembre de 1927 y se trasladó la imagen a este local en procesión solemne y devota.
En el año 1930, la Patrona Nacional fue coronada, mediante el envío de una delegación papal venida expresamente del Vaticano, la coronación la realizó el Arzobispo de Santiago de Cuba Monseñor Valentín Zubizarreta. Todo se efectuó dentro de la alegría que caracteriza al pueblo de la segunda ciudad cubana.
Cual gobierno comunista, este ha descongelado un tanto las relaciones con la iglesia católica, antes de la visita del Papa Juan Pablo II. Un polaco anticomunista la coronó, el 24 de enero de 1998, en la Plaza “Antonio Maceo” de Santiago de Cuba. Los santaclareños pudieron desfilar tras la Patrona de Cuba, este 8 de septiembre, por los sacrificios mencionados.
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