Camajuaní, Villa Clara, 8 de octubre de 2009 (FDC). Los cubanos, debido a la falta de información por los medios de difusión oficialistas, se ven obligados a informarse de lo que el argot popular llama “Bolas”. Estas se basan en rumores de situaciones en el aparato gubernamental o en la población, que se filtran no importa como.
El caso es que por su base de procedencia, siempre terminan en cuestiones ciertas, cuando en esta tierra oigas un comentario de alguna reforma en cualquier esfera social, se puede sentar tranquilamente a esperarlo, el cubano no falla, la fuerza de la costumbre hace que así sea. De ahí el refrán, “Cuando el río suena, es porque piedras trae”.
Se advirtió del cambió de responsabilidad sobre el traslado de pacientes en ambulancia y no tardó mucho en que este apareciera. Esta labor que fuera siempre bien llevada por los operativos de la Cruz Roja Cubana, pasó a ser comandada por el Sistema de Urgencias Médicas (SIUM), en sus flamantes Puestos de Mando.
Algo se dijo sobre las los comercios que expenden en divisas libremente convertibles y no hace mucho tiempo se vieron cerradas por inventario, las de la Cadena de Tiendas “Cubalse”, para después pasar a formar parte de la cadena TRD. Un grupo comercial que pertenece a al Sistema Empresarial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
Por otra parte, como se predijo, acaban de desaparecer las escuelas becadas en el campo. Suposiciones hay muchas, pero por cualquiera que sea el motivo y aunque no hayan querido sacar a la luz el real por qué, el caso es que estos centros de estudios dejaron de existir, lo que afianza la veracidad de estas hablillas.
Ejemplos hay cientos, hace algún tiempo se empezó a correr la voz de la evaporación de los Comedores Obreros por falta de recursos. Pues ya llegó, ofialmente se han puesto a pruebas los comedores de algunos ministerios, para lo cual se les pagará a los afectados, en los días que asistan al centro laboral, el valor de 15 pesos moneda nacional para el sufragio de su alimento.
Hace tiempo se habla de la desaparición de las casas particulares, que pagan un permiso al estado para la venta de carnes porcinas y ovinas a la población. Los conocidos popularmente como Paladares, así bautizadas con ese nombre, proveniente de una novela brasileña televisada aquí, ya hace algunos años.
En recientes ocasiones estos han tenido que parar sus expendios, por trabas impuestas por quienes gobiernan, pero parece que no han tenido suficiente fuerza moral para quitarle a la población, lo que la sustenta, si a lo alimenticio se refiere. Pues aunque con sacrificio, es la única manera de poner en la mesa cubana un pequeño pedacito de carne.
Ahora parece que tienen ya la solución para abolirlos de una vez, aunque no acaban de decir la última palabra sobre el tema, cosa nada extraña en esta isla. Por el momento hace alrededor de 15 días todos estos abastecedores se encuentran inactivos, en espera de no se sabe que desición del gobierno. Aunque la bola que ahora corre, es que se debe a la pandemia.
Hasta donde se sabe fueron convocados a una reunión, donde además de no entregarles el certificado para la adquisición y matanza de su materia prima, se les amenazó con multas y castigos severos. Aunque se dice que algunos de ellos se quejaron, otros por miedo no lo hicieron y esto es normal, porque el pueblo mientras, come… bolas.
El caso es que por su base de procedencia, siempre terminan en cuestiones ciertas, cuando en esta tierra oigas un comentario de alguna reforma en cualquier esfera social, se puede sentar tranquilamente a esperarlo, el cubano no falla, la fuerza de la costumbre hace que así sea. De ahí el refrán, “Cuando el río suena, es porque piedras trae”.
Se advirtió del cambió de responsabilidad sobre el traslado de pacientes en ambulancia y no tardó mucho en que este apareciera. Esta labor que fuera siempre bien llevada por los operativos de la Cruz Roja Cubana, pasó a ser comandada por el Sistema de Urgencias Médicas (SIUM), en sus flamantes Puestos de Mando.
Algo se dijo sobre las los comercios que expenden en divisas libremente convertibles y no hace mucho tiempo se vieron cerradas por inventario, las de la Cadena de Tiendas “Cubalse”, para después pasar a formar parte de la cadena TRD. Un grupo comercial que pertenece a al Sistema Empresarial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
Por otra parte, como se predijo, acaban de desaparecer las escuelas becadas en el campo. Suposiciones hay muchas, pero por cualquiera que sea el motivo y aunque no hayan querido sacar a la luz el real por qué, el caso es que estos centros de estudios dejaron de existir, lo que afianza la veracidad de estas hablillas.
Ejemplos hay cientos, hace algún tiempo se empezó a correr la voz de la evaporación de los Comedores Obreros por falta de recursos. Pues ya llegó, ofialmente se han puesto a pruebas los comedores de algunos ministerios, para lo cual se les pagará a los afectados, en los días que asistan al centro laboral, el valor de 15 pesos moneda nacional para el sufragio de su alimento.
Hace tiempo se habla de la desaparición de las casas particulares, que pagan un permiso al estado para la venta de carnes porcinas y ovinas a la población. Los conocidos popularmente como Paladares, así bautizadas con ese nombre, proveniente de una novela brasileña televisada aquí, ya hace algunos años.
En recientes ocasiones estos han tenido que parar sus expendios, por trabas impuestas por quienes gobiernan, pero parece que no han tenido suficiente fuerza moral para quitarle a la población, lo que la sustenta, si a lo alimenticio se refiere. Pues aunque con sacrificio, es la única manera de poner en la mesa cubana un pequeño pedacito de carne.
Ahora parece que tienen ya la solución para abolirlos de una vez, aunque no acaban de decir la última palabra sobre el tema, cosa nada extraña en esta isla. Por el momento hace alrededor de 15 días todos estos abastecedores se encuentran inactivos, en espera de no se sabe que desición del gobierno. Aunque la bola que ahora corre, es que se debe a la pandemia.
Hasta donde se sabe fueron convocados a una reunión, donde además de no entregarles el certificado para la adquisición y matanza de su materia prima, se les amenazó con multas y castigos severos. Aunque se dice que algunos de ellos se quejaron, otros por miedo no lo hicieron y esto es normal, porque el pueblo mientras, come… bolas.
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