Santa Catalina, Santa Clara, Villa Clara, 19 de noviembre del 2009 (FDC). Pensaran los señores de la elite gubernamental que es cierto, prudente y además justo, que después de varios días de trabajo para aspirar a ganar el misérrimo salario devengado por su labor, los ciudadanos de a pie no tendrán una vez más a donde ir. O por el contrario será por imposición el acudir a una sauna.
También tendrán por elección directa, que asistir a disfrutar del calor en algún que otro salón de restaurante, como única medida de recreación posible para la familia. Sabido es por todos, que en esta isla no abundan las opciones de esparcimiento para los obreros que integran las filas de los ciudadanos de bajos ingresos económicos.
Todas estas alocadas leyes atentan en contra del turismo nacional y foráneo, por lo que si entienden que el consumo energético perjudica al país, entonces como entender que algún día pudiéramos dejar detrás el subdesarrollo. Los jóvenes se preguntan ¿Qué hacer en un país donde todo es malo? ¿Cuándo pudiéramos al menos comenzar a pensar en el desarrollo?
Por otra parte, no se entiende como la desidia permite que lámparas del alumbrado público permanezcan encendidas, desde el 14 de junio del año en curso, solo por mencionar una parte de las negligencias que desafortunadamente se cometen y no se mencionan en ningún lugar. Entonces ¿Cómo se ahorra en esta isla? ¿Se economizan kilos y se despilfarran pesos?
Lo que no resulta convincente, es que después de tanta campaña por ahorrar, que trae como consecuencias el fastidio de escuchar lo mismo de siempre, no exista explicación alguna para tanta negligencia. Sucede que en la Empresa Eléctrica se les ocurre dar como explicación, que el único carro cesta que tienen se encuentra en los municipios.
Miembros del Parido de Solidaridad Democrática (PSD) son partícipes de las inquietudes que todos los habitantes de Santa Clara tienen y se preguntan ¿Será ex profeso el derroche de corriente en horario diurno? ¿Quién paga ese consumo sobregirado? Por supuesto que la culpa no cae al vació y si de pagar se trata, que lo pague el pueblo.
¿Quien tiene la responsabilidad de velar porque el alumbrado público permanezca apagado por el día? Ya que no cumple objetivo alguno que subsistan apagadas de noche. No es de extrañarse que en el país de las hormigas locas, estas cosas sucedan, como también ocurre la ceguera conveniente ante problemáticas como estas.
El Granma Órgano Oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, publicó el llamado a intensificar las medidas de ahorro energético en el sector estatal y residencial. Yadira García Vera, ministra de la Industria Básica junto a Ramiro Valdés Menéndez, vicepresidente del Consejo de Ministro, exhortan a incorporar a los inspectores al control en la comunidad.
Todos conocen, que estos inspectores devengan además de su salario, un estimulo en divisa que se les paga solo si cumplen el plan de multas a los usuarios. Es decir que se corre el riesgo de ser multado, aunque no se cometa la infracción, es cuestión de apelar a la buena voluntad y honradez de los inspectores.
¿Por qué el pueblo tiene que pagar la culpa de las decisiones erráticas de sus gobernantes? ¿Por qué hicieron gastar y endeudar a las familias cubanas con equipos que no resultaron eficientes en cuanto a gastos energéticos y económicos? Si ahora son capaces de reprocharle a la población el gasto de electricidad, a todas estas interrogantes las han bautizado como la artimaña energética.
También tendrán por elección directa, que asistir a disfrutar del calor en algún que otro salón de restaurante, como única medida de recreación posible para la familia. Sabido es por todos, que en esta isla no abundan las opciones de esparcimiento para los obreros que integran las filas de los ciudadanos de bajos ingresos económicos.
Todas estas alocadas leyes atentan en contra del turismo nacional y foráneo, por lo que si entienden que el consumo energético perjudica al país, entonces como entender que algún día pudiéramos dejar detrás el subdesarrollo. Los jóvenes se preguntan ¿Qué hacer en un país donde todo es malo? ¿Cuándo pudiéramos al menos comenzar a pensar en el desarrollo?
Por otra parte, no se entiende como la desidia permite que lámparas del alumbrado público permanezcan encendidas, desde el 14 de junio del año en curso, solo por mencionar una parte de las negligencias que desafortunadamente se cometen y no se mencionan en ningún lugar. Entonces ¿Cómo se ahorra en esta isla? ¿Se economizan kilos y se despilfarran pesos?
Lo que no resulta convincente, es que después de tanta campaña por ahorrar, que trae como consecuencias el fastidio de escuchar lo mismo de siempre, no exista explicación alguna para tanta negligencia. Sucede que en la Empresa Eléctrica se les ocurre dar como explicación, que el único carro cesta que tienen se encuentra en los municipios.
Miembros del Parido de Solidaridad Democrática (PSD) son partícipes de las inquietudes que todos los habitantes de Santa Clara tienen y se preguntan ¿Será ex profeso el derroche de corriente en horario diurno? ¿Quién paga ese consumo sobregirado? Por supuesto que la culpa no cae al vació y si de pagar se trata, que lo pague el pueblo.
¿Quien tiene la responsabilidad de velar porque el alumbrado público permanezca apagado por el día? Ya que no cumple objetivo alguno que subsistan apagadas de noche. No es de extrañarse que en el país de las hormigas locas, estas cosas sucedan, como también ocurre la ceguera conveniente ante problemáticas como estas.
El Granma Órgano Oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, publicó el llamado a intensificar las medidas de ahorro energético en el sector estatal y residencial. Yadira García Vera, ministra de la Industria Básica junto a Ramiro Valdés Menéndez, vicepresidente del Consejo de Ministro, exhortan a incorporar a los inspectores al control en la comunidad.
Todos conocen, que estos inspectores devengan además de su salario, un estimulo en divisa que se les paga solo si cumplen el plan de multas a los usuarios. Es decir que se corre el riesgo de ser multado, aunque no se cometa la infracción, es cuestión de apelar a la buena voluntad y honradez de los inspectores.
¿Por qué el pueblo tiene que pagar la culpa de las decisiones erráticas de sus gobernantes? ¿Por qué hicieron gastar y endeudar a las familias cubanas con equipos que no resultaron eficientes en cuanto a gastos energéticos y económicos? Si ahora son capaces de reprocharle a la población el gasto de electricidad, a todas estas interrogantes las han bautizado como la artimaña energética.
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