Camajuaní, Villa Clara, 3 de diciembre de 2009 (FDC). La ciudadanía cubana vive en constante zozobra, pues están sujetos a persistentes cambios de leyes y ordenamientos gubernamentales, que no les permiten una estabilidad social. Es por ello, que aunque todavía con miedo personas ya obstinadas, no se midan para comentar su situación.
Ejemplo de esto, es una mamá que no quiso comprometer nombre ni profesión, quien exponía sus problemas en el aula de su niño, ante las demás progenitoras de ese mismo grupo, mientras esperaban la culminación del matutino escolar. Más bien buscaba una respuesta, que le aclarara su preocupación.
En voz baja, con el miedo inducido que todavía sienten muchos cubanos, de quejarse públicamente y en voz alta de las dispocisiones gubernamentales, que les afectan. Esta señora militante del Partido Comunista de Cuba (PCC), por si fuera poco, irritada e incrédula de lo que se le avecinaba.
Expresó: “Hace alrededor de 15 años comencé a trabajar en el policlínico docente “Octavio de la Concepción y de la Pedraja” de Camajuaní, como oficinista. De pronto aparecieron los beneficios educacionales y joven al fin, decidí superarme, por lo que solicité una beca para un técnico medio en salud, que me fue otorgada”.
Prosiguió: “… estas plazas eran concedidas por necesidad de la especialidad en el municipio y se suponía, que su ubicación laboral seguiría siendo dentro del área. Razón por la cual, acepté los estudios pensando que no tendría que viajar cuando tuviera que ocuparse de mi hijo, pues en aquel momento estaba embarazada”.
Y continuó: “…. tal como se programó, al terminar mi carrera, fui empleada en esta localidad, para luego matricular la obligada Licenciatura en Tecnología de la Salud, que dicho sea de paso causo la muerte por estrés en prueba final a una Técnica en Estadística de Salud de Remedios, Villa Clara. Por lo que es fácil imaginar lo que significó para mí esta superación profesional”.
Perteneciente a las filas del PCC, tiene mejor información, aunque no del todo, de los cambios sociales que puedan ocurrir en el país, siempre según sus gobernantes para solucionar problemas en beneficio del pueblo. Por lo que está enterada hace un tiempo, de las reducciones de plazas que se avecinan.
Las reducciones de empleos van ha ser un hecho consumado, pero no sabe, como sacarlo a la palestra pública, es una bomba que nadie quiere le explote en sus manos. Mirándose en su propio espejo, piensa en la reacción de los demás, según sus estatutos ella debe dar el ejemplo y lejos de ello, está renuente a aceptar tales desafueros.
Refirió: “No es justo que ahora que terminé la licenciatura, después de haber pasado tanto trabajo viajando, con más de 15 años laborando en este sector, además soy la secretaria general del núcleo del PCC en mí departamento, tenga que aceptar ser reubicada sabe Dios donde….. porque ahora aquí sobro”.
Ejemplo de esto, es una mamá que no quiso comprometer nombre ni profesión, quien exponía sus problemas en el aula de su niño, ante las demás progenitoras de ese mismo grupo, mientras esperaban la culminación del matutino escolar. Más bien buscaba una respuesta, que le aclarara su preocupación.
En voz baja, con el miedo inducido que todavía sienten muchos cubanos, de quejarse públicamente y en voz alta de las dispocisiones gubernamentales, que les afectan. Esta señora militante del Partido Comunista de Cuba (PCC), por si fuera poco, irritada e incrédula de lo que se le avecinaba.
Expresó: “Hace alrededor de 15 años comencé a trabajar en el policlínico docente “Octavio de la Concepción y de la Pedraja” de Camajuaní, como oficinista. De pronto aparecieron los beneficios educacionales y joven al fin, decidí superarme, por lo que solicité una beca para un técnico medio en salud, que me fue otorgada”.
Prosiguió: “… estas plazas eran concedidas por necesidad de la especialidad en el municipio y se suponía, que su ubicación laboral seguiría siendo dentro del área. Razón por la cual, acepté los estudios pensando que no tendría que viajar cuando tuviera que ocuparse de mi hijo, pues en aquel momento estaba embarazada”.
Y continuó: “…. tal como se programó, al terminar mi carrera, fui empleada en esta localidad, para luego matricular la obligada Licenciatura en Tecnología de la Salud, que dicho sea de paso causo la muerte por estrés en prueba final a una Técnica en Estadística de Salud de Remedios, Villa Clara. Por lo que es fácil imaginar lo que significó para mí esta superación profesional”.
Perteneciente a las filas del PCC, tiene mejor información, aunque no del todo, de los cambios sociales que puedan ocurrir en el país, siempre según sus gobernantes para solucionar problemas en beneficio del pueblo. Por lo que está enterada hace un tiempo, de las reducciones de plazas que se avecinan.
Las reducciones de empleos van ha ser un hecho consumado, pero no sabe, como sacarlo a la palestra pública, es una bomba que nadie quiere le explote en sus manos. Mirándose en su propio espejo, piensa en la reacción de los demás, según sus estatutos ella debe dar el ejemplo y lejos de ello, está renuente a aceptar tales desafueros.
Refirió: “No es justo que ahora que terminé la licenciatura, después de haber pasado tanto trabajo viajando, con más de 15 años laborando en este sector, además soy la secretaria general del núcleo del PCC en mí departamento, tenga que aceptar ser reubicada sabe Dios donde….. porque ahora aquí sobro”.
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