La Chirusa, Santa Clara, Villa Clara, 10 de diciembre del 2009 (FDC). Casi nadie imagina el verdadero rol del aparato de control político-social cubano en el aparentemente inocente programa televisivo de cada domingo “A mí manera”. Que supuestamente se realiza para amenizar las noches dominicales de cada cubano adulto.
Este es un espacio trasmitido por el canal nacional Cubavisión, que está dirigido por Manolo Luís Y su principal peculiaridad consiste, en que cada ocasión se renueva el presentador o presentadora y claro esta, cada uno de ellos lo hace a su manera, de ahí proviene la curiosa denominación del espacio.
Sin embargo, varios son los organismos que chequean detalladamente cada una de sus emisiones y sobretodo la aceptación popular del artista caso por caso. Esto se ejecuta por parte de expertos encuestadores del desenvolvimiento en cuanto a Comunicación Humana con sus invitados y el carisma a nivel social que este actor o actriz logre desplegar.
En esta tarea secreta están involucrados la Sección Opinión del Pueblo del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, el Instituto de Estudios Psicológicos y Sociológicos de Cuba, así como el Departamento de Estudios de Opinión del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT).
Estas entidades constituyen toda una capa para el necesario camuflaje de otros organismos pertenecientes a los Órganos de la Seguridad del Estado. Detrás de todo esto se encuentra el ultraconservador coronel Rolando Alfonso Borges y en menor medida Rafael Calderín Tamayo, Eduardo Delgado Rodríguez, Julio Cesar Gandarilla Gálvez y hasta Carlos Fernández Gondín.
Tras la huida de Carlos Otero hacia suelo norteamericano y su inserción a toda leche, con programa propio en el Canal 41 de Miami, denominado “Pellízcame que estoy soñando”. El cual es seguido por gran parte de teléaudiencia del archipiélago, por medio de receptores clandestinos esencialmente en La Habana y copias en memorias flash o discos para toda la nación.
Pues, ni sus más acérrimos detractores pueden negar, que la ausencia en la Televisión Cubana del actor, comediante y conductor Carlos Otero, ha dejado un hueco difícil de suplantar. Desde su espectacular escapada a través del frío Canadá a los Estados Unidos de América, todavía la misma produce muchos inconvenientes en el ICRT.
A esto se debe agregar, que sendos proyectos para llenar el hueco presentados ante el presidente del ICRT, el también coronel Ernesto López Domínguez, han sido vetados por este. Debido a que se trata de los reconocidos comunicadores Julio Acanda, Marino Luzardo y Alfredito Rodríguez, porque todos poseen debilidades político-ideológicas de algún tipo.
Varios Grupos Multi Disciplinarios de Análisis de los cuerpos represivos castristas dieron señales de alerta, que se trasmiten mensajes subliminales peligrosamente anticastristas por los espacios televisivos musicales del sur de la Florida. Al ya mencionado programa de Otero, se debe agregar el del también cubano Aleixis Valdés, nombrado “Esta noche Tu night”, en el canal MegaTV.
Los expertos concluyeron en la unánime opinión, que la salida de Carlos Otero acentuó el déficit de conductores multifacéticos en los espacios de la televisión nacional. Algo que ya se notaba, pero que hizo crisis hace cerca de un año y por tanto, los telespectadores nacionales acuden a programas en lengua española facturados en el extranjero.
Aunque en público no se maneja el término, con cada salida al aire de “A mí manera” se cumple el críptico objetivo, de tratar de encontrar un presentador para el Sistema de la Televisión Cubana, que sea portador de telegenia. Y no se plantea abiertamente, porque sería la manera tácita de reconocer que en este aspecto, todo el andamiaje de Educación Artística ha fracasado.
Cada programa es un nuevo experimento, para ver si aparece la conjugación perfecta, según lo que buscan estos viejos y jóvenes “comisarios culturales” del castrismo ortodoxo. Por todo esto, al pueblo de Cuba no se le permite ni escoger a sus propios artistas y las más altas autoridades fidelistas andan a la caza de un confiable y telegénico…. show man.
Este es un espacio trasmitido por el canal nacional Cubavisión, que está dirigido por Manolo Luís Y su principal peculiaridad consiste, en que cada ocasión se renueva el presentador o presentadora y claro esta, cada uno de ellos lo hace a su manera, de ahí proviene la curiosa denominación del espacio.
Sin embargo, varios son los organismos que chequean detalladamente cada una de sus emisiones y sobretodo la aceptación popular del artista caso por caso. Esto se ejecuta por parte de expertos encuestadores del desenvolvimiento en cuanto a Comunicación Humana con sus invitados y el carisma a nivel social que este actor o actriz logre desplegar.
En esta tarea secreta están involucrados la Sección Opinión del Pueblo del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, el Instituto de Estudios Psicológicos y Sociológicos de Cuba, así como el Departamento de Estudios de Opinión del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT).
Estas entidades constituyen toda una capa para el necesario camuflaje de otros organismos pertenecientes a los Órganos de la Seguridad del Estado. Detrás de todo esto se encuentra el ultraconservador coronel Rolando Alfonso Borges y en menor medida Rafael Calderín Tamayo, Eduardo Delgado Rodríguez, Julio Cesar Gandarilla Gálvez y hasta Carlos Fernández Gondín.
Tras la huida de Carlos Otero hacia suelo norteamericano y su inserción a toda leche, con programa propio en el Canal 41 de Miami, denominado “Pellízcame que estoy soñando”. El cual es seguido por gran parte de teléaudiencia del archipiélago, por medio de receptores clandestinos esencialmente en La Habana y copias en memorias flash o discos para toda la nación.
Pues, ni sus más acérrimos detractores pueden negar, que la ausencia en la Televisión Cubana del actor, comediante y conductor Carlos Otero, ha dejado un hueco difícil de suplantar. Desde su espectacular escapada a través del frío Canadá a los Estados Unidos de América, todavía la misma produce muchos inconvenientes en el ICRT.
A esto se debe agregar, que sendos proyectos para llenar el hueco presentados ante el presidente del ICRT, el también coronel Ernesto López Domínguez, han sido vetados por este. Debido a que se trata de los reconocidos comunicadores Julio Acanda, Marino Luzardo y Alfredito Rodríguez, porque todos poseen debilidades político-ideológicas de algún tipo.
Varios Grupos Multi Disciplinarios de Análisis de los cuerpos represivos castristas dieron señales de alerta, que se trasmiten mensajes subliminales peligrosamente anticastristas por los espacios televisivos musicales del sur de la Florida. Al ya mencionado programa de Otero, se debe agregar el del también cubano Aleixis Valdés, nombrado “Esta noche Tu night”, en el canal MegaTV.
Los expertos concluyeron en la unánime opinión, que la salida de Carlos Otero acentuó el déficit de conductores multifacéticos en los espacios de la televisión nacional. Algo que ya se notaba, pero que hizo crisis hace cerca de un año y por tanto, los telespectadores nacionales acuden a programas en lengua española facturados en el extranjero.
Aunque en público no se maneja el término, con cada salida al aire de “A mí manera” se cumple el críptico objetivo, de tratar de encontrar un presentador para el Sistema de la Televisión Cubana, que sea portador de telegenia. Y no se plantea abiertamente, porque sería la manera tácita de reconocer que en este aspecto, todo el andamiaje de Educación Artística ha fracasado.
Cada programa es un nuevo experimento, para ver si aparece la conjugación perfecta, según lo que buscan estos viejos y jóvenes “comisarios culturales” del castrismo ortodoxo. Por todo esto, al pueblo de Cuba no se le permite ni escoger a sus propios artistas y las más altas autoridades fidelistas andan a la caza de un confiable y telegénico…. show man.
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